31/10/15


Punto y final a la aventura de Sitges...por este año. Nadie puede saber qué le deparará el futuro, pero yo tengo claro que al menos haré todo lo posible por repetir, una vez más, en 2016. Adoro este festival y este año ha sido particularmente bueno a título personal por muchos motivos.

Pero antes de echar el cierre aún quedaban siete últimas películas por ver. La primera, la cinta de clausura, "Into the forest", que veo en el pase de primera hora de la mañana. Inicio del mundo postapocalíptico y dos hermanas que sobreviven solas en una cabaña, intentando descubrir cómo seguir adelante. Lo diré en pocas palabras, usando sólo tres adjetivos: Aburrida. Pedante. Prescindible.


Del mismo modo que aplaudía la elección de "The witch" para inaugurar el certamen, no puedo entender por qué quieren terminarlo con una película tan floja y tan alejada del nivel de calidad que ha ofrecido Sitges 2015. El problema ya no es sólo que me cuenten lo mismo que ya he visto cientos de veces y mejor hecho. Lo malo es que la directora cree que está descubriendo la pólvora. Al menos la veo por la mañana y aún tengo tiempo de quitarme el mal sabor de boca.

Aunque no será con "Dark Star: the world of H.G. Giger", Un documental en las antípodas del de Tom Savini, que ni me descubre a la persona ni me ofrece una visión interesante ni hace ningún esfuerzo en pensar en el espectador. No, la cinta es una monumental loa a Giger por parte de sus amigos, que le han preparado un video-homenaje de 90 minutos que quieren compartir con el resto del mundo. Pues bien, me alegro por ellos, pero las celebraciones privadas no suelen interesarme demasiado.


A ver, un documental sobre Giger siempre será interesante. Los que somos fans de su trabajo siempre apreciamos poder saber algo más sobre sus obras, aunque nos ofrezcan la información a cuentagotas. El problema es que este documental en concreto no sirve para conocer mejor al personaje,entender sus motivaciones, conocer su trayectoria o valorar su trabajo. No, en vez de eso escuchamos a sus amigos decir lo bueno que es Giger, a su ayudante decir lo mucho que le gusta trabajar para Giger... lo dicho, un anuncio publicitario extremadamente largo. Y, en mi caso, muy decepcionante.

Menos mal que todo empieza a mejorar con "Demon", una curiosa película polaca que oscila entre el terror, la comedia y el cine social. Que dicho así no suena muy bien, lo sé, pero háganme caso, merece mucho la pena. "Demon" se centra en la figura del "dybbuk", una especie de espíritu maligno que se niega a abandonar la tierra y que busca a algún humano con el que entienda que tiene muchos puntos en común para adherirse a él y, en última instancia, tomar control de su cuerpo.


Pues bien, todo arranca cuando una pareja va a casarse en un terreno de la familia de ella. Pero en el lugar hay un dybbuk mujer que se encapricha del novio y comienza a asediarle, hasta que éste deja de ser él mismo...lo que sucede durante el banquete de bodas. Y claro, mientras el pobre hombre pasa su particular calvario, sus allegados intentan averiguar qué ha pasado para poder ayudarle...salvo el padre de la novia, más preocupado por el qué dirán sus invitados. Pues eso, terror, comedia y un vistazo a la sociedad polaca.

Por gustos personales (que nunca he ocultado) más aún me gustan las dos siguientes películas, que veo en un programa doble: "Parasyte 1 & 2". Se trata de una nueva adaptación a la gran pantalla y con actores de carne y hueso de un conocido manga, en el que unos seres extraños, los "parásitos", toman el control de algunos humanos, introduciéndose en su cerebro. Pero por diversas circunstancias el parásito que intenta controlar al protagonista se queda atrapado en su mano derecha, por lo que los dos tendrán que coexistir, al tiempo que se enfrentan a la amenaza del resto de parásitos.


Lo de dividir la película en dos por una vez, y sin que sirva de precedente, me parece un gran acierto, ya que reducir el metraje habría sido catastrófico. Ambas películas están muy bien hechas, son muy entretenidas, pasan cosas constantemente...pero hacen falta esas tres horas y media para que la historia se entienda bien. Aunque, si crees que te va a gustar la película, casi recomiendo ver las dos partes seguidas. La experiencia fue de lo más gratificante.

El resto de la jornada se puede considerar casi como un epílogo. Comenzando con la simpática "Bloodsucking bastards", una comedia sobre vampiros que toman el control de una empresa para mejorar su efectividad convirtiendo a sus empleados en no-muertos. Es una serie B como la copa de un pino, una tontería mayúscula y muy, muy ligera. Pero te ríes un rato, esa es la verdad.


Su falta de pretensiones, su manera de decir "sí, sabemos que hay cientos de fallos, pero no seas quejica y déjate llevar 80 minutos" hace que sea uno de estos placeres culpables que todos necesitamos de vez en cuando. Y más rodeado por un público igual de friki que tú. Más cuando estás en Sitges.

Pero un festival tan bueno debía tener un final a la altura. Por eso la última película que veo, ya de madrugada (muy madrugada) es el tercer film del programa firmado por Sion Sono, y posiblemente su macarrada más divertida, extravagante, desconcertante y (elijan su propio adjetivo, que seguro que cabe): "The virgin psychics".


Voy a intentar resumirles el argumento: una serie de personas reciben poderes (como telepatía, telequinesis, teletransportación) como consecuencia de ser todas ellas vírgenes y haberse estado masturbando en el mismo momento. Entonces tendrán que unirse para luchar contra amenazas como las de una lesbiana que sustituye a las chicas de instituto por réplicas o una mujer que puede cambiar los recuerdos de las personas. Todo ello sazonado por la aparición de personajes como una mujer que ve el futuro de todos aquellos que le miran las tetas u otra que convierte a las réplicas de las que acabo de hablarles en muñecas hinchables.

¿Cómo se les ha quedado el cuerpo?

Me lo pasé en grande. No tiene ni pies ni cabeza, pero da igual, me divertí igual. Y, como decía en la crítica, hay serie de televisión previa y ya la tengo en mi poder. Espero tener tiempo la semana que viene para empezar a verla. Eso me ayudará a que sea más fácil la transición de tener que decirle adiós a Sitges 2015.

Gran festival. Gran equipo, Gran público. Grandes películas. El año que viene confío en verles allá. Es una experiencia inolvidable, espero que estas crónicas les hayan servido (aunque sea un poco) para darse cuenta de ello.