2/11/17


Sí, ya sé que esta crítica hubiera sido ideal para la noche de Halloween, pero bueno, sólo llego con dos días de retraso (no me hagan empezar a hablar de nuevo de lo difícil que es sacar tiempo para escribir, que empiezo a sentirme en una especie de círculo vicioso).

Pero al menos la espera creo que ha merecido la pena, porque hoy toca hablar de una de esas cintas que compensan su bajo presupuesto con una dosis extra de ilusión, inteligencia y un gran conocimiento del género (y del oficio). Así es "The terror of Hallow's Eve", una de las gratas sorpresas de este Sitges 2017 que, incomprensiblemente (al menos para el que aquí suscribe) tuvo su estreno en la sección Brigadoon y no como parte de la programación estándar.

A ver, no seré yo quien tire piedras contra Brigadoon (que siempre hace un trabajo ejemplar). Pero, siendo sinceros, la película que nos ocupa no sólo merecía ser proyectada en los grandes cines (si no el Auditori, como mínimo el Retiro) sino que además, siendo sinceros, es superior a algunas de las propuestas de la sección oficial.


En cualquier caso, lo importante ahora es hablar de "The terror of Hallow's Eve". Una película de terror-terror, con un aroma muy clásico (sí, ochentero), y que puede acabar siendo el principio de una larga saga, protagonizada por un tan peculiar como inquietante ser llamado "The Trickster".

Situémonos. Tim es un joven creativo, sensible, amante del género del terror y que, por desgracia, no encaja muy bien en el pueblo en el que tiene la desgracia de vivir. Que es la forma elegante de decir que sufre no sólo la incomprensión de sus vecinos (lo que ya de por sí es malo), sino también el bullying de los matones del instituto (lo que sin duda es mucho peor). Y el hecho de que su madre sea demasiado protectora con él y luche todas sus batallas, aunque es algo admirable y que está claro que hace con la mejor voluntad, la verdad es que en realidad sólo sirve para empeorar las cosas.


Un día, después de recibir otra paliza, Tim conoce a un curioso personaje: el ya citado "Trickster", un ser en apariencia inofensivo que sólo quiere ayudarle concediéndole un deseo. Pero ¿saben eso de tener cuidado con lo que se desea? Pues aquí se aplica a las mil maravillas, porque Tim quiere venganza por lo sucedido, pero lo que no termina de calibrar es la sed de sangre de su nuevo amigo sobrenatural, que tiene ideas mucho más radicales que las del joven sobre lo que significa ajustar cuentas con los matones...y con todo el que se cruza en su camino.

"The terror of Hallow's Eve" es, como decía, una carta de amor al género, a las películas de los años 70 y 80 (que queda reflejado en los efectos especiales de la película, mucho más enfocados a lo que se conoce como "efectos prácticos" (es decir, marionetas y trucos de toda la vida) que al uso del CGI sin el que hoy día muchos directores parecen no saber vivir). Una historia que sigue fielmente los patrones del género pero que, al mismo tiempo, sabe cómo introducir algunas pequeñas novedades que le confieren una identidad propia (y de lo más interesante).


Tras un primer acto digamos "convencional", la película comienza a volverse más oscura de lo que uno podría imaginarse. Sin dejar de ser fiel a sí misma, sí que hay ciertas cuestiones en su desarrollo que no son las que cabría esperar. Es decir, si eres aficionado al género, conoces las claves, sabes lo que va a pasar a cada momento. Pero aquí hay un punto, un momento concreto, en el que piensas "ey, esto no me lo esperaba". Y hasta aquí puedo leer.

Todo ello es posible gracias a la labor detrás de las cámaras de Todd Tucker, en su debut como director en el género (sólo había dirigido otra película antes, "Chucho monstruoso", que no es precisamente material para Sitges) pero curtido en mil batallas gracias a su dilatada carrera en los departamentos de maquillaje y efectos visuales en grandes producciones como "Watchmen", "Geostorm" o "Apocalypto", por citar tan sólo tres ejemplos.


Tucker pone en práctica no sólo todo lo que ha aprendido sobre cómo hacer que un presupuesto ínfimo luzca maravillosamente en la pantalla, sino que además se rodea de un equipo de primer nivel, empezando por el ya imprescindible Doug Jones, que aquí pone rasgos y voz (algo no tan habitual) al  malvado Trickster, que a primera vista parece un primo lejano de Dobby, el elfo doméstico de Harry Potter, pero que poco a poco va dejando atrás esa apariencia inofensiva y casi lastimosa para revelarse como una figura terrorífica con la que sería mejor no tener tratos.

Pero la película no es sólo Doug Jones (que hace doblete, por cierto, ya que también interpreta a un espantapájaros), puesto que el resto del casting también está a la altura, con mención especial al protagonista, Caleb Thomas, y a su madre en la pantalla, Sarah Lancaster a la que muchos recordarán por su papel en la serie "Chuck". ¡Qué diablos, si incluso hay un cameo del gran Eric Roberts!


"The terror of Hallow's Eve" es una historia sobrenatural de muerte y destinos trágicos, que pese a todo no renuncia a hablar también de temas sociales como el bullying (la película dice estar basada en hechos reales, algo que obviamente me hizo sonreír - no es la primera peli de terror que usa esa estrategia falsa - ...hasta que descubrí que en este caso sí que era cierta, pero no la parte sobrenatural sino la de los abusos, ya que está basada en los recuerdos del propio director, que sufrió acoso de niño. Mira tú por dónde, al final fue él quien rió el último, y tanto que me alegro).

No obstante, no nos engañemos. El director puede haber aprovechado la oportunidad para exorcizar algunos demonios, pero su cinta no intenta ser una crítica social, sino un divertimento para todos los que hemos crecido amando el género del terror. Para los que sabemos que cuando alguien se ofrece a ayudarte a que te vengues de tus enemigos, por bonito que parezca en realidad nada bueno puede salir de ahí.


En sus muy ajustados 80 minutos no hay tiempo para el aburrimiento. Es una montaña rusa llena de momentos escalofriantes que incluso dejan la puerta abierta para una segunda parte en la que Todd Tucker admite que ya ha pensado...y yo admito que me encantaría verla. Al final The Trickster también ha logrado engatusarme a mí.