1/11/17


Toca celebrar que llevamos ya una semana aquí en Sitges, viendo películas hasta que me sangren los ojos, con otras cuatro nuevas propuestas en las que, como viene siendo habitual, hay de todo un poco. Aunque, eso sí, no salgo del cine queriendo arrancarme los ojos en ninguna de las sesiones, lo que ya de por sí es una buena señal.

Comenzamos por "Stephanie", que tiene como director al ínclito Akiva Goldsman (guionista competente pero el que, seamos sinceros, asocio con algunas de las mayores aberraciones de la historia del cine, como "Batman y Robin") y protagonizada por la siempre interesante Anna Torv, la prota de "Fringe" que siempre he creído que merecía mejor suerte en Hollywood.


"Stephanie" narra la historia de una niña con poderes al cuidado de unos padres sobreprotectores. Lo que no está tan claro es si la protegen a ella del mundo...o al mundo de ella. Seamos sinceros, la película es entretenida, pero no deja de ser un episodio alargado de "En los límites de la realidad". Si en vez de durar 80 minutos Goldsman lo hubiera condensado en un capítulo de 25, habría contado lo mismo pero le habría quedado mucho más redondo. Aún así, no me quejo, ya que como digo es bastante entretenida.

La siguiente peli es la joya del día y otra de las obras maestras del festival: "Lu over the wall", película de animación del mismo responsable de "Night is short, walk on girl" (dos pelis en Sitges y las dos maravillosas; necesito conocer a Masaaki Yuasa).


Si la otra cinta era una comedia alocada, ésta es una historia más profunda con la música como telón de fondo y protagonizada por, a mí que no me jodan, la primera del Ponyo de Miyazaki. Lo que no lo digo como crítica, es más, el hecho de que por momentos me recuerde a esa obra maestra del estudio Ghibli me parece algo maravilloso.

Pues bien, aquí tenemos historia de amistad entre un niño y una especie de criatura marina tan inocente como curiosa y divertida, la Lu del título, con la que termina formando un vínculo musical (si quitan la última parte ¿verdad que parece que estamos hablando de un remake/secuela de "Ponyo"? No, si ya les decía yo...)


Si tuviera que ponerle un "pero" al film, por eso de ser quisquilloso, es que quizás es un pelín demasiado larga. Vamos, que le recortas 15 minutos y no sólo no pasa nada sino que todos lo agradecemos. Pero es una pequeña apreciación sin importancia ya que, larga o no, la película es una delicia visual y además tiene ese algo tan importante y que tan bien entienden los japoneses: corazón.

A partir de aquí, vamos cuesta abajo en el día. Primero con "Hostile", que es una de esas películas que no es mala ni buena, sino todo lo contrario. Un producto inofensivo, una de esas pelis que, como ya he comentado en alguna ocasión, ves en Sitges, lo pasas bien en la sala, y unos años más tarde eres incapaz de recordar. Lo que tampoco es nada malo. No se puede tener 200 obras maestras cada año.


"Hostile" es una película pequeña consciente de sus limitaciones y que, en un futuro postapocalíptico sin recursos y con monstruos rondando por ahí (lo que permite a nuestro Javier Botet cobrar un nuevo cheque) nos narra la historia de una chica cuyo coche colisiona y que queda por la noche a merced de alguno de estos monstruos...o de seres humanos que muchas veces son incluso peores. Y mientras pasa la noche, la chica aprovecha para recordar toda su vida en flashbacks, empezando por los momentos previos a que el mundo se fuera a la mierda.

No es especialmente original (yo diría que hasta un poco ñoña, abusando del melodrama) pero está bien hecha. Así que quizás sea porque con la edad me voy volviendo indulgente, pero en definitiva que, sin ser nada del otro mundo, tampoco está mal. Y además es corta, lo que siempre se agradece.


La última peli del día viene a cargo de otro de los fijos del festival, el japonés Kiyosi Kurosawa ("Pulse") que en "before the vanish" se pasa al terreno de la ciencia ficción, contándonos una invasión extraterrestre a cargo de seres que, como si fuera "La invasión de los ultracuerpos", se van apoderando de diversos humanos.

Pero si conocen aunque sea mínimamente la filmografía del director, entenderán que la película no va exactamente por los derroteros que uno podría suponer. Es decir, que no hay acción, terror ni ninguno de los clichés del género, sino una reflexión metafísica y poética sobre el ser humano y la importancia del amor como fuerza motora, mezclado con un particular sentido del humor, marca de la casa.


Pero es que, aunque no sea su mejor película, no se puede negar que Kurosawa es fiel a sí mismo. Sus películas siempre son extrañas, bizarras, y aunque suele jugar con el género del terror y de la ciencia ficción, rara vez le da al espectador lo que éste quizás espera, sino que utiliza estos puntos de partida para reflexionar sobre lo que verdaderamente le interesa a él, que es el ser humano. Y lo hace de manera pausada (algún malintencionado podría decir que "algo falta de ritmo", ejem), fría, sin dejar que la narración se desboque en ningún momento.

Particularmente no soy un gran fan de su trabajo. Pero no porque me parezca un mal director (al contrario, creo que tiene mucho talento) sino porque yo no soy su público objetivo. A mí me tiran las gamberradas, los blockbusters, el terror extremo. Y la poesía, a eso de la medianoche cuando llevas una semana aquí, se hace un poco cuesta arriba.


Y aún así no puedo dejar de recomendarla. Porque "Before the vanish" no es mala. Simplemente no es del todo para mí...y menos a esas horas. Eso sí, tiene alguna secuencia realmente antológica.