2/11/17


Entramos en la recta final, con posiblemente la jornada más descafeinada del festival (aunque para compensar hay una obra maestra). Los hados quisieron que este día sólo me interesaran dos películas y una serie, a lo que añadiré otro título que no vi en Sitges porque ya lo había visto en San Sebastián. Y me lo podía haber saltado, para qué negarlo.

Pero basta de ser tan negativo y vamos a lo nuestro. La jornada comenzó con "Errementari", película rodada en euskera con producción ejecutiva de Álex de la Iglesia, basada en una vieja leyenda sobre un misterioso herrero con poderes sobrenaturales, una niña y un demonio.


"Errementari" es una de esas cintas a las que le viene muy bien eso de tardar un par de semanas en hablar de ella, porque en caliente habría dicho, para qué negarlo, que es muy floja (en realidad habría usado un término más chungo). Pero cuando la dejas reposar, te das cuenta de que en el fondo no es tan mala. Lo que no la convierte en una gran cinta, tampoco nos pasemos, pero sí que tiene el suficiente mimo y es lo suficientemente original como para darle una oportunidad.

A ver, es una peli de bajo presupuesto (por mucho Alex de la Iglesia que ronde por ahí), al director se le nota que es su primera peli y los efectos son un poco de andar por casa. Pero el resultado final es digno, y la elección de los desconocidos (al menos para un servidor) actores termina siendo un gran acierto de casting, hasta el punto de que ni siquiera la niña termina resultando especialmente cargante (cuando lo habitual es que los quieras matar a todos; y a los españoles más aún).


Pero el plato fuerte del día, del mes y del año es "Survival family", obra maestra sin paliativos de Shinobu Yaguchi. De nuevo no sólo de lo mejor de Sitges sino de lo que llevamos de año en general. 

Yaguchi ya me había maravillado años atrás con "Robo G", una de esas películas que nunca recomendaré lo suficiente. Pero es que"Survival family" no se queda atrás. La historia sigue a una típica familia japonesa (madre ama de casa, padre ausente siempre en su oficina, niños adictos a las tecnologías) que de repente ven cómo la electricidad se pierde en todo Japón. Lo que tiene consecuencias más desastrosas de lo que uno podría pensar en un primer momento, y les lleva a decidir emigrar hasta un pequeño pueblo costero donde vive el padre de la señora, y donde están convencidos de que podrán sobrevivir a pesar de la falta de electricidad.


La película funciona a múltiples niveles. De entrada es una interesante llamada de atención al modo en que actualmente dependemos de la tecnología. Porque una de las cosas que mejor hace la película es ahondar en las consecuencias que tendría que nos quedáramos sin electricidad. Desde las más evidentes (teléfonos y cosas así) hasta algunas que seguro que nunca nos hemos planteado. Déjenme que se lo resuma: sin electricidad colapsaríamos como sociedad. Yo particularmente no creo que pudiera sobrevivir más allá del primer mes.

Yaguchi no deja pasar la oportunidad de meter el dedo en la yaga, pero centra su atención en los cuatro protagonistas. Personas que poco a poco tendrán que aprender a desenvolverse de un modo que creían imposible. Que tendrán que poner a prueba sus límites y que, sobre todo, aprenderán a conectar de nuevo, de verdad, como familia. Es una historia llena de sentimientos que no se hace nada empalagosa. 

Una joya se mire por donde se mire.


Igualmente magnífico, aunque sea para la pequeña pantalla, es el primer capítulo de "La zona", la nueva serie de Movistar creada por los artífices de "Crematorio", los hermanos Sánchez-Cabezudo. Sí, ya sé que a estas alturas deberían estar superados comentarios como éste, pero para que lo entiendan, digamos que la factura técnica de la serie no tiene nada que envidiar al de las producciones americanas.

Y claro, si a eso le sumamos un reparto de altura con Eduard Fernández, Alexandra Jiménez, Emma Suárez (que sale muy poquito, confío en que en los siguientes capítulos veamos más de ella, sobre todo porque es una actriz que me fascina) y muchos otros grandes intérpretes, pues creo que estamos ante uno de los grandes productos de la temporada.


Que, todo sea dicho, en Sitges en otra sesión se pudieron ver también los capítulos 2 al 4, pero ahí ya pasé. Porque si me veo la mitad de la serie en un día y luego tengo que esperar dos meses hasta el capítulo 5 en la tele me iba a dar algo.

(A todas estas, la serie trata sobre un asesinato en un lugar radioactivo de Asturias donde años atrás se produjo un accidente en una central nuclear. Pero mi descripción es penosa en comparación a lo buena que es la serie, ya se los digo, así que quédense con que hay un misterio, un asesinato y una gran descripción de personajes).


Aunque aproveché el resto de la tarde para pasear por Sitges, hacer entrevistas y descansar (que esas cosas también cuentan, aunque no hable de ello) voy a aprovechar para dedicar unas líneas a "Fireworks", película de animación que vi en San Sebastián y que algunos comparaban con "Your name". Supongo que la comparativa era de bromistas o responsables de marketing, porque todo lo bueno que tenía la película de Shinkai lo tiene de aburrido y cutre "Fireworks".

Más aún. Soy un enamorado de las pelis de animación asiáticas. Vi el film rodeado de otros fanáticos de la animación. A ninguno nos gustó. Así que, una vez hecha la no-recomendación, tampoco hace falta entrar en más detalles.