A estas alturas de siglo la práctica totalidad de la
población mundial reconoce a Darth Vader, y me aventuraría a decir que también
al resto de la plantilla de la trilogía clásica (Han, Luke, Leia…Chewbacca… los
droides…).
La cosa empezaría a fallar con algunos personajes de la trilogía de
las precuelas, que por mucho que tenga a uno de los personajes más molones y
mas desaprovechados de la historia, Darth Maul, quizá no todo el mundo recuerde
su nombre. Y luego ya entramos en la categoría “o eres muy fan de la saga o
simplemente eres un niño que retiene toda la información de todas las series de
dibujos”, que es donde encontraríamos a Kanan, personaje de la serie animada
“Star Wars Rebels” y del que no sabíamos nada más que lo mostrado en dicha
serie… hasta ahora.
Pese a que estamos hablando de una de las series con las
que Marvel empezó su línea Star Wars a comienzos del año 2015, y que Planeta
Comic empezó a publicar en nuestro país menos de un trimestre después, en este
caso hemos tenido que esperar 12 interminables meses para leerla en la lengua
de Cervantes, si bien el formato elegido para su publicación ha sido el tomo
recopilatorio y no la grapa como se ha hecho con todas y cada una de las series
publicadas hasta ahora.
Pero hablemos de la serie en sí, en la cual nos
encontramos a un menudito Kanan, cuyo nombre real es Caleb Dume, en su etapa
padawan bajo el manto de su mentora Depa Billaba y con los que viviremos en
primera persona ese fatídico momento conocido como ORDEN 66 y que supone unos
de los pocos momentos salvables de las precuelas.
Así, nos encontramos ante la
típica historia “yo soy rebelde porque el mundo, o el Imperio, me hizo así” y
en la que se trata de forma magistral el tema de las alianzas, amistades,
enemistades y/o traiciones que todos nos encontramos en algún momento en
nuestra vida y él como todas y cada una de ellas nos marca el camino a seguir,
ya que descubres como quien menos te esperas que te brinde ayuda lo hace y en
quien mas confías puede venderte al mejor postor. Dicha infancia de Kanan ocupa
cinco de los seis primeros números que componen el tomo, dejando el último para
hechos narrados en el presente que evidentemente guardan relación con lo
narrado anteriormente.
Greg Weisman no brilla a los guiones, pero deja una
lectura amena y entretenida aunque en cierto modo previsible. Pepe Larraz a los
lápices ya es otro cantar, con un dibujo espectacular y limpio, con los
personajes perfectamente definidos, mostrando en todos ellos gestos y
expresiones perfectas independientemente de la raza a la que pertenezcan y al
que se echa de menos en el número #6 y que habría cerrado un tomo perfecto.
Las portadas de todos y cada uno de los números corren a cargo de Mark Brooks,
pero, como no, desde TodoOcio3D nos quedamos con la versión infantilizada (aun
mas) de nuestro mesías: Skottie Young .
La periodicidad de la colección a nivel
nacional queda en entredicho, ya que en la edición americana nos encontramos en
el número 12, si bien tienen el material necesario para publicar el segundo
tomo recopilatorio sin problemas este mismo año.