11/10/15


Seis años han pasado ya desde que el belga Jaco Van Dormael maravillara al mundo con la preciosa (aunque difícil de entender) "Mr Nobody". Y ahora regresa a Sitges con "Le tout noveau testament", una película a priori muy diferente pero que, en el fondo, tiene mucho en común con su predecesora.

El punto de partida es diametralmente opuesto, eso es verdad. Aquí estamos en el terreno de la sátira irreverente, ya que la película nos cuenta que Dios existe, pero es un cabronazo que trata mal a su mujer y a su hija pequeña (el mayor, "JC", hace tiempo que se dio el piro), vive en Bruselas y se divierte haciéndole putadas a los humanos.


Pero todo cambia cuando la hija, Ea, decide darle una lección y hace pública a toda la humanidad la fecha de su defunción, para, a continuación escapar de su cautiverio e ir en busca de sus propios apóstoles, que en este caso serán 6 (como le dice su hermano, "yo probé con 12, como los equipos de hockey, pero al final la cosa se puso tensa")

Con la computadora estropeada Dios, demostrando su inutilidad, no tendrá más remedio que dejar también su hogar para perseguir a la pequeña, mientras ésta se embarca en una misión que cambiará su vida, la de sus "discípulos" y tal vez la de la humanidad entera.

Varias cosas quedan claras tras el visionado de la película. La primera es que Van Dormael sigue siendo un genio a la hora de componer imágenes fascinantes. La película está llena de planos de una gran belleza formal, absolutamente maravillosos. El director demuestra que se mantiene en plena forma.


Pero la segunda reflexión es que Van Dormael ha sido lo suficientemente listo como para darnos gato por liebre. O, lo que es lo mismo, disfrazar la película como una comedia (muy divertida, con momentos realmente inspirados) cuando en el fondo no deja de ser una reflexión sobre la vida y las segundas oportunidades... muy al estilo de "Mr Nobody" (de ahí que les dijera que ambos títulos tienen mucho en común). Son sólo dos formas diferentes de aproximarse a un mismo tema.

Hay muchas películas dentro de "Le tout noveau testament". Hay muchas historias y muchas reflexiones, que el director planta en tu cabeza con sutileza, sin que parezca que lo está haciendo. Pero el germen está ahí. Hace menos de 16 horas que vi la película y aún no he tenido tiempo de pensar en todos los temas que se tratan. Al principio podría parecer que la elección de los apóstoles (entre los que se encuentra Catherine Deneuve, que vive una historia de amor muy "animal") es aleatoria, que sólo se trata de buscar personajes excéntricos. Pero hay algo más. Un puzzle apasionante en el que, si juntas las piezas, descubrirás un mensaje más importante, más trascendente, de lo que podría parecer a simple vista.


No me quiero poner místico, y menos en Sitges. Por ahora quedémonos en que, con reflexión ulterior o no, la película es una genialidad, que rebosa humor y cariño a partes iguales y que, a diferencia de su anterior trabajo, aquí el final se entiende mucho mejor (aunque el director, durante la presentación, bromeara diciendo que iba a quedarse a verla "porque no la había entendido del todo").

No se queden con el aspecto irreverente, ni busquen polémicas con la religión. La cosa no va exactamente de eso. Y es que, cuando la vean, entenderán que paradójicamente una historia que a priori parece un ataque frontal contra el cristianismo, termina convirtiéndose en una cinta que los creyentes podrían llegar a amar. Algo nada fácil, eso está claro. Pero es que, a Van Dormael, lo fácil siempre le ha aburrido.