16/11/16


Por San Sebastián pasó un poco sin pena ni gloria (porque...bueno, que no se me ofenda nadie, pero es que el público y los críticos de ese festival son un poco snobs) y en Sitges tampoco es que se le diera demasiado bombo. Que sí, que ganó el premio a la mejor película de animación, pero aún así me da la sensación de que no se la promocionó todo lo que se merecía. 

Y sin embargo ahí está "Your name", 12 semanas en el número 1 del box office en Japón, 20 billones de yenes (al cambio unos 150 millones de euros tirando por lo bajo) y, en su momento, sólo había cuatro pelis del estudio Ghibli que hubieran hecho más pasta que ella (que con la misma ahora son menos). Vale, que una película arrase en taquilla no significa necesariamente que sea buena (alguien ha dicho "Transformers 2"? O la tres, o la cuatro...). Pero es que en este caso sí que lo es. Buena no, buenísima. La película de animación del año.


"Your name" es una nueva muestra de que los japoneses son unos genios, capaces de ser arriesgados dentro de lo convencional y ser convencionales en sus propuestas más arriesgadas. Porque la película tiene una estructura limpia, con sus tres actos, sus giros de guión y su maravilloso final, de esos que saben que están perfectamente pensados. Pero también tiene, por ejemplo, canciones (a cargo de la banda Radwimps) que suenan íntegramente. No un ratito, como es habitual. No, aquí hay interludios musicales de cuatro minutos (sin que la película sea musical, que no lo es. Simplemente hay unos cuantos "videoclips" insertados en lo que la historia avanza). Y lo curioso es que la cosa funciona.

No es sólo por ese aspecto en particular. Lo de Makoto Shinkai, su director, tiene mérito por muchísimos motivos. Empezando por el punto de partida elegido: un chico y una chica que, misteriosamente, descubren que han intercambiado sus cuerpos. No es un intercambio permanente, sino que va pasando cada ciertas noches, con lo que primero tienen que aprender a entender lo que les está ocurriendo, luego a desenvolverse en el cuerpo del otro y, por último, a comunicarse, hacerse amigos y ayudarse mutuamente.


El tema del intercambio de cuerpos es tan viejo como el cine. He visto ya unas cuantas películas con esta premisa y, si lo piensan, salvo "Big" (que no era exactamente así, pero acepten pulpo como animal acuático) ninguna ha sido lo que se dice una maravilla ("Ponte en mi lugar", "El cambiazo", "¡Este cuerpo no es el mío!"...). De modo que a priori uno no apostaría porque se pueda hacer algo bueno en este campo. Pues bien, llegan los cabrones de los japoneses y lo clavan y se marcan una película casi perfecta.

¿Por qué funciona tan bien "Your name"? Sinceramente no sabría explicarlo con palabras. Es de estos casos en los que las piezas, por separado, pueden parecer absurdas, pueriles, sin sentido... pero luego las pones juntas y funcionan. A las mil maravillas. Entras de inmediato en la historia, te encariñas con sus personajes, ríes y sufres con ellos y te preguntas qué les pasará a continuación. La magia del buen cine, que se resiste a cualquier análisis crítico.


Aunque claro, si a eso le sumamos gags tan inspirados como el de la reacción del chico cada vez que despierta en el cuerpo de ella en la cama, es imposible no encariñarse con esta cinta... (es pensar en ello y aún sonrío como un idiota).

"Your name" avanza por esos derroteros, mezclando un poco de guerra de sexos con una historia de ciencia ficción y un nivel de espiritualidad como el que sólo saben incluir los orientales. El nivel justo y necesario para resultar profundos sin ser aburridos. Para hacerte pensar al tiempo que te entretienen.


Pero es que encima (y colocamos el cartel de "spoiler alert", o "semi-spoiler" para este párrafo) resulta que cuando la película da un giro inesperado, su nueva referencia vendría a ser, a grandes rasgos, "La casa del lago", aquella mediocre película de Sandra Bullock. "Ponte en mi lugar" y "La casa del lago". Parecen dos de esas opciones que a uno le saldrían a boleo en un juego de mesa, para que se fastidie y vea cómo diablos armar una historia con semejantes mimbres. Pues no, aquí Shinkai toma estos los referentes por propia voluntad... ¡y logra hacer que el tercer acto también funcione!

No sólo eso, sino que la película, en su recta final, no deja de ir hacia arriba, logrando que "Your name" vaya ganando en interés, hasta llegar a un emocionante final (a todos los niveles) y un no menos brillante epílogo. Lo dicho, una de las películas del año, por más que haya gente corta de miras que todavía siga pensando que "las películas de dibujitos son para niños".


"Your name" es una entretenida película sobre dos jóvenes que aprenden a conocerse mejor (a ellos mismos y a la otra persona). Pero al mismo tiempo también es una maravillosa fábula sobre el karma, la predestinación, el no darnos por vencido, confiar en nuestros instintos, seguir nuestros sueños. Película con muchas capas y todas ellas funcionan. Entiendo perfectamente por qué el público japonés está fascinado con esta cinta. Si yo viviera en su país, también habría pasado por taquilla dos o tres veces más (al menos parece que Selecta Visión, que ha comprado los derechos en España. tiene la idea de estrenar la película en cines. Ojalá. Crucemos los dedos...)