15/11/16


Llegó en los últimos días del festival, pero ésta era la película que necesitaba ver en Sitges. La estaba esperando como agua de mayo (no ésta en concreto, pero al menos una que tuviera las mismas características) y afortunadamente no me defraudó. Tanto que "Headshot", sin ser una obra maestra, está entre las cintas que más disfruté este año.

¿Por qué? Bueno, porque "Headshot" es una película de acción al uso. No es "The raid" (no podemos pedirle peras al olmo), pero al menos comparte protagonista, el siempre excelente Iko Uwais, y aunque hay trama (¡hay trama!) eso no quita para que los protagonistas den hostias como panes.


La verdad por delante: aunque he rebajado mi nivel de exigencia (me he dado cuenta de ello al releer algunas de las críticas de este último mes) la de este año no ha sido la mejor cosecha de la que haya disfrutado el festival de Sitges. Y las películas interesantes han ido por derroteros diferentes al del cine de acción. Vamos, que no recuerdo ninguna otra película en la que haya podido disfrutar de una sana ración de violencia, patadas giratorias a lo Chuck Norris y huesos rotos. Hasta que llegó esta cinta.

Aquí Iko Uwais hace de tipo sin documentación que aparece vivo a duras penas y con una bala en la cabeza. Lo trasladan al hospital, donde una doctora muy competente (y que por supuesto se acaba enamorando de él) logra extraerle la bala y el muchacho, que es un encanto de persona (cómo no), comienza a recuperarse. 


Pero como todo eso es un poco aburrido para una película de acción, pues nada, que de repente recuerda que quizás en el pasado no fuera tan buen tío como parece ahora. Y al parecer sus antiguos compañeros son los que le regalaron la herida de la cabeza, así que toca ir a su encuentro y de paso luchar con todo lo que se le ponga delante. Como debe ser.

La película funciona a dos niveles. Como drama con historia de fondo es bastante compacta. Nadie la va a destacar por su originalidad (creo que habré visto como tropecientas películas con el mismo planteamiento), pero sí que está bien resuelta, y todavía se permite el lujo de crear personajes tridimensionales. Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Es más, que algunos de los malos aún sientan cariño por el bueno complica las cosas para ambos bandos, lo que siempre es de agradecer como espectador.


Pero, para qué engañarnos, "Headshot" funciona aún mejor en el otro nivel: el de la violencia sin tino, Ver al protagonista de "The raid" repartir golpes a diestro y siniestro siempre resulta entretenido. Y la película contiene suficientes escenas de acción como para que el ritmo no decaiga en ningún momento. Claro, si a eso le sumamos un final a la altura, con la pelea que todos estamos esperando, pues eso, que el resultado no sólo no decepciona sino que te hace aplaudir a rabiar. Porque a veces se trata simplemente de pasárselo bien en el cine.

Claro que tampoco sé por qué me sorprendo, porque los directores, Kimo Stamboel y Timo Tjahjanto (los "Mo Brothers") son los responsables de "Killers", una de las películas más interesantes de hace un par de años, otra muestra de que el cine de acción no tiene por qué estar necesariamente reñido con una trama interesante con conflicto dramático (¿estáis tomando nota, Hollywood? ¡Que resulta que se puede tener todo!)


De modo que sí, han tenido que ser los indonesios los que animen este año un poco el cotarro. Lo han hecho con una película interesante, bien hecha, con personajes carismáticos, que cuenta cosas y que además sirve para liberar un poco de adrenalina en las butacas. Insisto en que soy consciente de que cada vez rebajo más mis expectativas, pero es que ahora mismo no se me ocurre una combinación mejor. En cuanto la estrenen comercialmente (seamos optimistas y confiemos que algún día llegue a las carteleras españolas), volveré a verla con una sonrisa de oreja a oreja. Y ustedes deberían hacer lo mismo.