11/11/16


A veces nos empeñamos en intentar encasillar a la gente siguiendo únicamente nuestros propios deseos. Llevo años tratando de convencerme de que el genial Johnnie To es un Autor (con mayúsculas), cuando lo cierto es que en realidad el director de Hong Kong es simplemente un gran artesano. Que está muy bien...pero llamemos a las cosas por su nombre.

Porque claro, pienso en su productora Milkyway, en sus grandes títulos policíacos, como "The mission", "Exiled", "Election" (ambas partes), "Drug War"... y me creo que este es el género en el que más cómodo se siente To. Que cada nueva película va a ser una nueva demostración de cómo rodar escenas de acción (lo de "Exiled" es lo más grande que he visto, rivalizando con el clímax final de una hora de la espectacular "Hard Boiled" de su colega John Woo).


Y no es así. Me ha costado, pero finalmente me he dado cuenta de que por cada thriller que nos regala, Johnnie To se saca de la manga una comedia tonta, un musical o todo tipo de películas interesantes pero en las que las escenas de acción o son escasas o brillan por su ausencia. Por cada "Running out of time" hay dos "Don't go breaking my heart".

Esta reflexión es importante para valorar en su justa medida "Three", su nuevo trabajo que pudimos ver en Sitges. Porque aquí To vuelve al género policíaco, sí, pero con una historia pequeñita, en la que hay mucha más tensión que acción propiamente dicha, y que podríamos catalogar como "obra menor"...según nuestra injusta clasificación (pero insisto, eso es porque nos tiene muy mal acostumbrados).


"Three" se desarrolla íntegramente en un hospital, al que han trasladado al jefe de una banda de ladrones que acaba de atracar un banco, con una herida de bala en la cabeza. Su cirujana, una doctora tan brillante como arrogante, únicamente piensa en la salud de su paciente, mientras que el policía que le custodia sólo quiere poder interrogar al detenido, consciente además de que sus secuaces posiblemente no van a dejar las cosas así y harán todo lo posible por liberarle. 

Y así transcurre gran parte del metraje de la película, con la sensación de que en cualquier momento se va a liar parda...lo que, creo que tampoco les estoy contando nada que no se imaginen, termina ocurriendo, dando lugar a una secuencia final tan espectacular como corta (al menos para mí, que me quedé con ganas de más).


En ese sentido "Three" no es una gran película. Menos de 90 minutos, mucho diálogo, poca acción y una trama que se podría resumir en unas pocas líneas (en realidad, aparte de lo que les he contado, poco más pasa, no vayan a creerse). Sabiendo de lo que es capaz Johnnie To, es imposible no sentirse decepcionado. Hasta que te recuerdas, una vez más, que hace las películas que a él le apetece y no necesariamente esas con las que tú sueñas.

Hay algo que por fuerza hay que reconocerle al señor To; que es un maestro a la hora de crear tensión...y saber mantenerla. Posiblemente la película empeore en un segundo visionado, porque ya sabes exactamente lo que va a ocurrir, pero la primera vez... la primera vez todo el mundo te parece sospechoso. Y estás pegado a la butaca, consciente de que, como si fuera una atracción de feria, en algún momento, cuanto menos te lo esperes, la cosa se va a poner en marcha. Y cuando lo haga la espera va a merecer la pena.


Es un director tan, tan grandioso contando historias de triadas, de policías y ladrones, de tiroteos y persecuciones imposibles, que cuando no me da eso (y sucede más a menudo de lo que me gustaría) me siento decepcionado. Pero sería injusto decir que "Three" es una mala película sólo porque en mi cabeza todo debía ser mucho más espectacular.

Porque la verdad es que es un thriller pequeño pero muy efectivo, que funciona como un reloj. Como todo lo que hace Johnnie To. El artesano que sirve para un roto, para un descosido, y que lo mismo te narra una historia de amor que te monta una persecución por las calles de Hong Kong. Una caja de sorpresas, oigan.