26/10/16


Tony y Austin son padre e hijo y comparten espacio de trabajo (la casa familiar) y profesión: ambos son médicos forenses. El maestro y el aprendiz. Una noche, cuando ya están a punto de irse, reciben la visita del jefe de policía, que les pide un favor: que le practiquen de inmediato la autopsia al cadáver de una chica joven, no identificada, que ha aparecido en una casa en la que se ha producido un extraño asesinato múltiple.

Los dos se ponen manos a la obra. Pero conforme van indagando en las causas de la muerte, las cosas se van haciendo más y más extrañas. Hasta que lo que prometía ser una noche normal, se convierte en una auténtica pesadilla.


André Ovredal, el director de la muy interesante "Troll Hunter", cambia de país, que no de continente ("La autopsia de Jane Doe" se rodó en Reino Unido) para narrar una más que interesante película de terror, posiblemente el mejor título que ha dado el género en todo el 2016. Estamos ante uno de los títulos estrella de la temporada, que se sostiene principalmente gracias a tres elementos:

1. Su casting. Es difícil imaginar una pareja de protagonistas mejor que la formada por Brian Cox y Emile Hirsch. El primero, siempre excelente en cualquier papel, lo borda como el padre viudo que aún no ha superado la muerte de su esposa y que se refugia en su trabajo, en el que es una auténtica eminencia. Y Hirsch, gran actor cuando está bien dirigido, está igual de fantástico como ese hijo que se debate entre seguir ayudando a su padre o intentar empezar su propia vida. Es un médico muy competente, pero mucho más impulsivo, al que aún le quedan algunas cosas por aprender. La química entre los dos es sencillamente sublime. Vamos, que te los crees a pies juntillas.


Junto a ellos, en papeles secundarios, encontramos a Ophelia Lovibond (que al menos a mí me cautivó durante la docena de episodios en los que participó en la serie "Sherlock", y que aquí hace de novia de Emile Hirsch) y Olwen Kelly, a la que le toca el papelón de hacer de cadáver (sólo eso, un cadáver sobre la mesa de operaciones)...y aún así logra resultar inquietante.

2, Su guión. Es imposible hablar demasiado de él sin desvelar algunas de las sorpresas de la película (y créanme, se disfruta mucho más cuando no sabes lo que estás viendo, de modo que todo cuanto sucede te coge por sorpresa). Pero, sin hacer spoilers, sólo puedo decir que Ian B. Goldberg y Richard Naing saben cómo mantener la tensión y crear una historia de terror modélica, que va in crescendo y que logra ponerte los pelos de punta.


3. Dejamos lo mejor para el final: la labor detrás de la cámara de Ovredal (a quien también entrevistamos; sean pacientes, que todo llegará). El director hace un trabajo totalmente en las antípodas de su anterior largometraje, sin perder por ello sus señas de identidad. Si en "Troll Hunter" todos los diálogos eran improvisados, si la película fue cambiando durante el rodaje, aquí se enfrenta a una historia perfectamente estructurada, en el que nada queda al azar. Y le sale de escándalo.

Ovredal es un director de los de la vieja escuela (o al menos de los de la cuerda de James Wan). Ha construido una película adulta, que realmente da miedo sin necesidad de recurrir a los socorridos golpes de música y los sustos fáciles. No hay concesiones al público adolescente. No hay un festival gore, ni demasiados efectos especiales. Porque Ovredal entiende muy bien los verdaderos mecanismos del miedo. Que un sonido, una sombra... puede ser mucho más efectivo que cualquier truco de película de terror de tres al cuarto (ay, esa campanilla...).


Así que, con un guión que funciona como un reloj, un director que planifica a la perfección cada secuencia (con Hitchcock como gran influencia, como él mismo reconoció) y unos actores fantásticos que logran desaparecer detrás de los papeles que interpretan, "La autopsia de Jane Doe" ha sido una de las más grandes y agradables sorpresas del festival de Sitges. Y un título clave en la historia del género de terror.

Con muchas ganas de que se estrene comercialmente para poder hablar de todo aquello que no podemos comentar sin desvelar detalles claves del argumento. Porque menudas las sorpresas que encierra la película de marras, vaya que sí.