24/10/16


Dos hermanos con un plan para atracar varios bancos en poco menos de una semana. Una pareja de Rangers de Texas que siguen sus pasos para detenerlos. Y poco más en cuanto a la trama. Con un planteamiento tan sencillo, intuyo que resulta complicado hacer un "pitch" convincente para que te den el dinero suficiente como para poder en marcha la película. Pero cuando a la ecuación le añades los nombres de Chris Pine, Ben Foster y, sobre todo, un Jeff Bridges en estado de gracia, seguro que la cosa resulta mucho más fácil

El reparto de "Hell or high water" es de primer nivel, pero sería injusto decir que es lo que salva la película, porque lo cierto es que nos encontramos ante un thriller modélico con unos diálogos brillantes que bien podría haber firmado Elmore Leonard. Es de estos casos en lo que lo importante no es tanto lo que se cuenta, sino cómo se cuenta.


Lo de traer a colación a Elmore Leonard no es gratuito. La película, a ratos, recuerda a la serie "Justified" (basada en un relato del novelista), y mientras la veía no podía dejar de pensar en lo bien que encajaría Rayland Givens entre los protagonistas. Es más, en el fondo Jeff Bridges es una versión avejentada del personaje interpretado por Timothy Olyphant. Ese agente deslenguado, pasota, siempre con un comentario irónico en la boca, al borde de la jubilación, pero más listo que nadie.

Siendo sinceros, y aunque todos están muy bien, "Hell ot high water" ("Comanchería", cuando se estrene en España) es el show de Jeff Bridges. Más carismático y tejano que nunca, haciendo pareja con un Gil Birmingham que le sirve perfectamente de contrapunto. Los chistes sobre indios y mexicanos con los que tortura a su colega son de lo mejor de la función. Bridges siempre ha sido uno de los grandes, pero ahora está en ese momento en el que además es consciente de ello, hace lo que le da la gana...y lo hace a las mil maravillas.


A su lado Chris Pine y Ben Foster están un poco más deslucidos, que es distinto a decir que están mal. Foster es un todoterreno, un tipo camaleónico capaz de hacer de bueno, de malo y, como en este caso, de ambas cosas al mismo tiempo. Y Chris Pine, más allá de "Star Trek", es un actor bastante competente, con más registros de los que uno podría pensar. Y esta película es un buena muestra de ello.

Resulta difícil seguir hablando de "High or hell water" si no es para recomendar encarecidamente que vayan a verla desde que tengan oportunidad. Porque todo cuanto diga no le hará justicia a lo que se ve en pantalla. Estamos ante una historia sencilla pero muy bien construida, que a pesar de tener un pequeño giro que hace que no sea simplemente un "policías vs ladrones", tampoco necesita recurrir a demasiados artificios para mantener el interés del espectador.


Los personajes están perfectamente dibujados, el ritmo no decae nunca y, como decía, los diálogos escritos por Taylor Sheridan (guionista también de la estupenda "Sicario") no tienen desperdicio. No me extraña nada que este guión formara parte de la famosa "lista negra" de Hollywood. Y tampoco es raro que alguien haya decidido apostar por él, porque es un ejemplo de cómo hacer avanzar una historia sin recurrir a trucos de salón. Contar una historia de las de toda la vida, y aún así conseguir que el espectador le dedique una buena ración de aplausos cuando comienzan a salir los títulos de créditos.

En "Hell or high water" no hay malos. O al menos malos de opereta. Todo tiene sentido, los personajes actúan de forma comprensible y coherente, lo que no quiere decir que todo cuanto hagan sea justificable. De modo que cuando llegamos a la parte final (tranquilos, no voy a incurrir en spoilers) uno lamenta de verdad que haya dos bandos, que Jeff Bridges sea el antagonista de la pareja de atracadores, que no todos puedan ganar. El final, ese final que por una parte me gusta y por otra es lo más flojo de la película...


La buena noticia es que no habrá que esperar mucho para verla en las carteleras españolas, porque está programada para el próximo 11 de noviembre. Cuando la vean, estén atentos a la escena de la camarera y después, si quieren, comentamos. No quiero desvelarles nada, pero sólo he de añadir que, en una de las películas del año, esa es posiblemente LA escena del año.