22/9/16


Antes de empezar, un pequeño consejo. Niños, si os compráis un portátil, intentad que sea uno que tenga clavijas universales y no el conector más raro de la historia. Y si tenéis la mala suerte de que se os rompa, tratad de que no sea un sábado por la tarde, porque si no puede que tengáis que dejar de publicar en vuestra web por causas forzosas durante unos cuantos días...

Terminado el off topic, vamos con la esperada nueva película de J.A. Bayona, basada en un libro del aclamado Patrick Ness (autor también del guión, con lo que en este caso no puede decir eso de "me han estropeado mi material") y con Sigourney Weaver haciendo de abuela del protagonista, porque, por mucho que nos fastidie,el tiempo pasa y la gente ya va teniendo una edad.


La trama se centra en un niño cuya madre (Felicity Jones, disfrutando de sus últimos momentos de fama moderada, antes de que llegue el boom "Rogue One") se está muriendo de cáncer. Y mientras el chaval (que ni es la alegría de la huerta, ni anda sobrado precisamente de amigos) trata de lidiar con esta situación, un monstruo con forma de árbol le visita para contarle tres historias y permitir que sea el niño quien le cuente a él la cuarta (con un propósito que, obviamente, será desvelado al final de la historia).

Quien haya visto los trabajos anteriores de Bayona para la gran pantalla ("El orfanato", "Lo imposible"), ya sabe lo que le espera. Una historia humana, técnicamente impecable pero extremadamente lacrimógena, que parece patrocinada por kleenex. Un comentario que parece hecho a mala leche, lo sé, pero nada más lejos de mi intención: simplementre constato lo que es la marca personal del director, que está claro que se siente más a gusto contando historias en las que las emociones adquieren un especial protagonismo.


El problema es que quizás en este caso la cosa se le ha ido un poco de las manos. Dicho de otro modo, "Un monstruo viene a verme" no es especialmente sutil a la hora de indicarle al público cuándo tiene que llorar o emocionarse. A veces la película "ahoga" un poco al espectador, imponiéndole qué debe sentir en cada momento, en vez de permitir que las sensaciones fluyan de manera orgánica. Los que logren entrar en el juego la disfrutarán enormemente. Los que no, se quedarán bastante fríos, porque no hay nada peor que sentir que están intentando manipularte en una sala de cine.

A mí particularmente la película me gustó bastante. En primer lugar, porque no se me hizo pesada (créditos aparte, dura 95 minutos,y va al grano desde el primer instante). Porque su estructura episódica (sabes que hay cuatro historias, de modo que más o menos siempre llevas la cuenta de en qué punto te encuentras) me parece interesante, porque Bayona, te guste su cine o no, tiene un talento descomunal y a eso hay que sumarle que particularmente adoro el trabajo de Patrick Ness, y éste, su primer guión cinematográfico, no es una excepción.


"Un monstruo viene a verme" no me cuenta nada nuevo, eso es cierto. Y todo cuanto hay que decir sobre la pérdida y la muerte ya lo explicó. mejor y de forma mucho más sutil (nuevamente esta palabra) Darren Aronofsky en la infravalorada "La fuente". Dicho lo cual, la película es de lo más interesante, sobre todo por la pericia visual de Bayona, que eso sí que está fuera de toda duda. Las secuencias de los cuentos que narra el monstruo (narradas con ilustraciones y técnicas de animación, es decir, sin actores reales) son de una belleza excepcional, y con mucho lo mejor de la cinta.

Si a eso le sumamos un Liam Neeson inconmensurable (aunque su trabajo sólo se podrá apreciar en versión original, básicamente porque, motion capture aparte, lo que hace es ponerle voz al monstruo), una moraleja interesante (las cosas pueden ser blancas y negras al mismo tiempo) y unos efectos especiales de lo más dignos, he de admitir que la experiencia me resultó muy gratificante, a pesar de que no logré conectar del todo con la historia (por lo que les decía hace unos párrafos, porque soy de los que cuando le fuerzan a sentir algo en concreto, ya soy incapaz de hacerlo).


Pero, como me conozco a mi gente, también sé que cuando la película se estrene en salas en un par de semanas, va a ser uno de los grandes títulos del año, que hará mucho dinero y le gustará a casi todo el mundo, de lo cual me alegro, y mucho. Porque al final, cuando hablas de temas universales (la muerte, la soledad, sentirse invisible - tema éste de capital importancia en la historia -) , y lo haces bien, la gente siempre responde.

Por eso me da un poco de rabia y no la califico como obra maestra: porque el material y los implicados en el proyecto son lo suficientemente buenos como para que no hubiera hecho falta esa dosis extra de presión a la hora de generar sentimientos. Quizás Bayona, como sí que hace Spielberg, tendría que haber confiado un poco más en el público y en su capacidad de emocionarse sin que nadie les obligue a ello.