4/4/16


Opinar sobre esta película es puro veneno, si no es para unos, para otros. Pero hagas lo que hagas, te van a moler por algún lado, eso seguro. Parece que no existan las medias tintas, hay que ir a degüello. Así que allá voy, intento poner en orden mis ideas y mis sensaciones para intentar definir algo muy etéreo, casi invisible, complicado y seguro que, en momentos, hasta contradictorio. 


Es una película de superhéroes, ok. De DC Comics, vale, de acuerdo. ¿Vamos a entrar en el clásico juego de comparaciones entre Marvel (su eterna rival) y DC? Mejor no, terreno peligrosísimo. Lo que pasa es que los dos superhéroes que da nombre a la película no son unos cualquieras. Estamos hablando de los dos superhéroes más icónicos que existen. Luz/oscuridad, cielo/tierra, Apolo/Plutón, dos arquetipos que han sido moldeados a lo largo del tiempo por incontables guionistas hasta los días de hoy, donde parece que la mayoría de los lectores/as ya los tienen formada una idea de una manera muy clara de cómo son estos personajes, cómo deben comportarse, cómo deben expresarse, porque si lo hacen de otra manera no son ellos.

Pero estamos hablando de dos personajes que han cambiado mucho a lo largo de su existencia y que esos cambios han influido incluso la visión de muchos otros. No existe un Batman o un Superman, existen muchos de ellos. Como en la propia editorial que publica sus cómics, en la que existen otras tierras, otros universos donde pudes encontrarte los mismos personajes pero con cambios sutiles o drásticos. Pues bien, esta película es la visión de estos personajes de Zack Snyder y la nueva DC, os guste o no, es la que nos ha tocado ver en pantalla. No es la que teníamos en nuestros corazones, eso seguro, pero es que no son nuestros personajes, por más que nos gustaría. Un punto positivo para el fiel lector de sus cómics: que al menos están intentando crear un universo coherente, conectado entre las muchas películas que están preparando, como se anticiparon los estudios Marvel. Pero eso va en detrimento del buen paladar cinematográfico. Demasiados datos, demasiados guiños para el entendido…


Siendo muy básicos podría definirse como personajes bidimensionales convertidos en actores que necesitan mucha trimidimensionalidad para poder interpretarlos de forma creíble, si no quieren salir mal parados. Y encima la presión de los fanáticos, nunca, NUNCA, contentos con nada. Por todo esto hay que aplaudir a Snyder de esta hazaña. Llevar a buen puerto una visión diferente de Superman, alejándose de la visión de Richard Donner y la fanfarria de John Wiliams y ahora ir mas allá y conseguir sacar adelante la misión suicida de reunir en pantalla a los principales superhéroes (o meta humanos) de la DC. Bravo. Sabemos que Snyder es un buen creador de imágenes, pero un narrador no muy dotado. Un enérgico director pero guionista frágil. Solución (y seguramente asesorado por Ben Affleck) fichar a Chris Terrio para retocar un guión bosquejado por Goyer. ¿Lo bueno de Terrio? Que es muy buen guionista. ¿Lo malo? (para esta película) Que no ha sido lector asiduo de cómics. Al final tenemos algunos diálogos brillantes, pero insuficientes en su conjunto, que acaban fagocitados por la pirotecnia. Pero es que es una película de superhéroes, tiene que haber pirotecnia, ¿no?... bueno si, pero… ya empiezan las contradicciones, ya lo sabía, ya…

Continuación directa de “Man of Steel”, la película intenta profundizar los efectos que ha tenido la primera aparición pública de Superman y su enfrentamiento con Zod y más concretamente lo que provoca en Bruce Wayne. Un Batman medio retirado, bastante pasado de vuelta, que no ha tenido la suerte de contar con compañeros que le hayan “reblandecido” un poco. Al contrario, en su nueva Batcueva tiene el recuerdo de la pérdida de su Robin a manos de un brutal Joker (a ver ese Jared Leto...) y parece no haber puesto límite en sus métodos, hastiado de lo que le rodea y considerándose a si mismo un criminal más, tal como le comenta a su fiel compañero Alfred en un momento de la película. Y creo que la película (y las que tienen que llegar) tratan sobre eso mismo, sobre la alienación de los “semidioses”, un tema que hasta ahora había sido explotado en el bat-universo, pero que en esta nueva etapa también afecta al Hombre de Acero. 


Porque, ¿en qué podemos convertirnos sin el apoyo de nuestros compañeros/as? En la película, como decía unas frases más arriba, nos encontramos a un Batman insatisfecho de su trabajo como justiciero, sin un colega que le apoye moralmente y para colmo, la aparición de Superman y la destrucción que provoca en Metrópolis acaba siendo la gota que colma el vaso. Batman empieza a marcar a los delincuentes, a mostrar la faceta mas violenta y oscura de su personaje, llevándolo (y un poco ayudado por Luthor) a enfrentarse al hombre de acero. 

Durante esa confrontación y gracias al gesto misericordioso de Kal-El, que preparado para morir y en su último aliento no hace otra cosa que pedir ayuda a su “enemigo” para que salve a Martha, es entonces cuando Bruce lo entiende. Un nombre que lo cambia todo, un nombre que al inicio de la película ya tiene su importancia (ahora entiendo porqué empezaste la película así, Zack) y que nos llevará a un cambio. Batman decide no marcar a Luthor en su celda y pide ayuda a Diana (Wonder Woman) para encontrar a sus iguales (sus futuros Super Amigos). Un rayo de luz y esperanza ha aparecido. Todo viaje necesita sus contrastes y Zack Snyder ha decidido empezar con senderos un tanto oscuros, que han hecho enfurecer a mucho fandom. 


Pero todo está más pensado de lo que parece. El plan está ahí, se intuye. Y apunte freak, han tenido la valentía de meter una escena 100X100 comiquera, con visión del futuro alternativo y aparición de un Flash, viajando por el Multiuniverso, toma ya! Vale, vale, no todo es bonito. Hay aspectos de la dirección de Snyder que pueden llegar a cargar bastante. ¿Hacía falta tantos primeros planos? Podemos contar los casquillos que caen al suelo durante toda la proyección. Y el montaje no ayuda demasiado, como en la escena del BatMóbil, que por momentos no se entiende ni papa. Pero es de agradecer el intento de hacer algo un poco diferente, pretendidamente más arriesgado y complejo (si, he dicho complejo) rascando un poco se puede ver, de verdad. Dejad de pensar quién es vuestro Batman o Superman y intentad disfrutad de estos Batman y Superman.

Ale, ahora a cagarse en todo.