13/2/16


La misma mañana en que se anunciaron las nominaciones a los Oscar, Jada Pinkett Smith, reivindicativa esposa de mi querido Will Smith, abrió la caja de los truenos arremetiendo desde su cuenta de Twitter contra la Academia de Hollywood, acusándolos de racistas y animando a los actores de raza negra a boicotear la entrega de premios.


"En los Oscar... Las personas de color somos siempre bienvenidas para entregar premios...
Incluso entretener, pero raramente somos reconocidos por nuestros méritos artísticos.
¿Deberíamos las personas de color rechazar participar todos juntos?
La gente sólo puede tratarnos del modo que nosotros le permitimos.
Con mucho respeto desde esta profunda decepción. J."

A pesar de compartir (en parte) su indginación, personalmente siempre he pensado que el problema no es (sólo, que también) que nunca se acuerden de ellos en los premios... Sino que no se les dan demasiadas o mejores oportunidades, que no se les considera para papeles y proyectos dignos de su categoría. Por eso, en las raras ocasiones en que pueden hincarle el diente a un personaje con chicha en una película destacable, frustra especialmente cuando no se reconocen sus méritos. Pero eso no ocurre sólo con los actores de raza negra: Hollywood, en general y desde siempre, tiene un problema con cualquier colectivo que se salga de "su estándar".

Observemos la lista de nominados de esta edición:


Efectivamente, a primera vista resalta el blanco impoluto en los rostros de las cinco categorías más personalistas: no hay un solo negro entre los actores, actrices ni directores. El bronceado natural de Iñárritu o Mark Ruffalo (y el no tan natural de Sylvester Stallone...) sería lo único que podría aportar cierto tono tostado a la pálida gama cromática de la Academia... Pero, ¿no les llama la atención nada más?

Centrémonos esta vez en las nominadas a la Mejor Actriz: encontramos a cuatro mujeres con talento, hermosas, rubias... Blancas, sí... Pero también jóvenes. Incluso Blanchett, aunque ya con 46 años sería considerada "la madurita" de ese cuarteto al que hago alusión, y si se respeta el canon marcado por Hollywood, no le deben quedar muchas más oportunidades de brillar antes de esa siega que parece producirse tras cruzar la barrera de los 50... Una barrera que cruzó hace ya 20 años la quinta en discordia.


Charlotte Rampling, con 70 años, y Jennifer Jason Leigh en la categoría de secundarias, con 54, son las dos únicas actrices mayores de 50 años nominadas en esta edición... Casualmente, nominadas ambas por primera vez a los premios, a pesar de contar con interpretaciones sobresalientes en sus carreras. ¿Por qué no lo fueron antes? Porque en sus tiempos mozos, en sus años "nominables", ambas optaron por un cine más independiente, alejado de las majors... Y para perdonarles sus pecados y rescatarlas del ostracismo, han tenido que llegar Tarantino para reclutar a Jason Leigh entre "Los Odiosos Ocho", y una interpretación deslumbrante en "45 Años" (Oso de Plata en Berlín a la Mejor Actriz incluido) para que Rampling sea reconocida y colocada en el lugar que merece desde hace décadas.

Así que, visto lo visto... Esta es la realidad: envejecer en Hollywood está casi tan mal visto como ser negro. Aún a riesgo de sonar a titular polemista, a las pruebas me remito. Y cierto es que, aunque la manga es más ancha, con los hombres tampoco hay piedad: por nombrar sólo a algunos, a pesar de haber partido como favoritos este año, se han quedado fuera de la terna final el propio co-protagonista de Rampling en "45 Años", Tom Courtenay (79 años), los veteranos protagonistas de "La Juventud", Harvey Keitel (76 años) como secundario y Michael Caine (82 años) como protagonista (según todas las críticas, en uno de los mejores trabajos de su carrera... Y eso, en el caso de Caine, es mucho decir), o Ian McKellen (76 años) por su brillante interpretación en "Mr. Holmes"... Pero, en el caso de McKellen, deberíamos contar con un factor añadido: la homofobia. Sí, que nadie se eche las manos a la cabeza. Si no, no se entiende que este magnífico actor inglés, reconocido activista en favor de los derechos del colectivo gay, no ganara en ninguna de sus dos nominaciones anteriores: como Mejor Actor en 1998 por "Dioses y Monstruos" o, sobre todo, como Mejor Actor Secundario en 2002 por su inolvidable Gandalf de "El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo".


"Algunas personas son gays. ¡Supéralo!"

En cualquier caso, y a día de hoy, la realidad es que las mujeres se llevan la peor parte en este sentido. Una realidad de la que ya hablé en un artículo anterior (pueden leerlo haciendo click aquí), y por la que me gustaría destacar el trabajo de algunas de las muchas actrices que, este año como tantos otros, han sido relegadas a las últimas posiciones en el último tramo de la carrera de premios, probablemente, por ser demasiado mayores para ser noticia.

5. Jane Fonda, en "La Juventud":

A sus 78 años, Fonda sigue en plena forma, y no se debe a sus míticos vídeos de aerobic ni a la cirugía estética (aunque no lo comparta, reconozco que es una de las pocas que ha recurrido con cierto éxito al bisturí)... Se debe, únicamente, al talento de una actriz temperamental, legendaria, que hace casi 40 años ya tenía 2 Oscars en su vitrina, y que con sólo una escena en esta película del multipreamiado Paolo Sorrentino, podría haberse colado este año perfectamente entre las nominadas a la Mejor Actriz Secundaria.


4. Helen Mirren, en "La Dama de Oro" y "Trumbo":

Como protagonista por una y como secundaria por otra, Helen Mirren (70 años) habría sido una digna contendiente en ambas categorías. A pesar de haberse movido con igual brillantez ante las cámaras o sobre los escenarios de EE.UU. e Inglaterra, y de una carrera plagada de grandes interpretaciones, el verdadero estrellato de Mirren llegó hace pocos años, por su magistral retrato de Isabel II de Inglaterra en "The Queen", que le valió su hasta ahora único Oscar... Una de las pocas en conseguirlo tras cumplir los 60 y, para este que escribe, una de las mejores actrices de la historia.



3. Maggie Smith, en "The Lady in the Van":

No se puede ser más británico que Maggie Smith... Ni seguir teniendo el talento tan intacto a los 81 años. IMDB la describe directamente como "una de las actrices más famosas y distinguidas del mundo", algo incuestionable tras más de 60 años de carrera y 2 Oscars. Desde sus incursiones en varias adaptaciones al cine de las populares historias de Agatha Christie, hasta algunos de los mejores títulos de la cinematografía inglesa... Pasando, por supuesto, por dos éxitos que la acercaron a nuevas generaciones, en la pequeña y la gran pantalla: su laureado papel en la serie "Downton Abbey", y su impecable Profesora McGonagall en la saga de "Harry Potter". La actriz witty por excelencia, dotada de una elegancia que no ha hecho más que refinarse con los años, en "The Lady in the Van" la encontramos como nunca la habíamos visto antes: en la piel de una anciana vagabunda, sucia, tosca y desagradable, que ha enternecido a los críticos... Pero no así a los académicos. Aunque, lo confieso... Sus trabajos en "California Suite" y "Gosford Park" siguen siendo mis favoritos.


2. Lily Tomlin, en "Grandma":

Lily Tomlin (76 años) es una mítica actriz estadounidense que nunca ha terminado de ser reconocida como una estrella, mucho menos a este lado del charco, probablemente por dos motivos: por un lado, casi siempre ha interpretado papeles secundarios, y por otro... Es lesbiana, y nunca lo ha ocultado. Mucho antes de que Ellen DeGeneres saliera del armario en su serie de televisión y se convirtiera en la abanderada de la causa, Tomlin vivía con absoluta diafanidad su relación con Jane Wagner, con la que ha compartido su vida durante más de 40 años... Y puede que ningún agente o productor se haya atrevido nunca a reprobar el hecho en su cara (su carácter es casi tan mítico como ella...) pero, probablemente hace décadas, su condición la alejara de alguno de esos proyectos destinados a encumbrar a sus protagonistas. En "Grandma", una pequeña película independiente, realiza una interpretación sencilla, honesta... Pero que tocó la fibra y arrancó las ovaciones de la crítica y el público de los festivales de Sundance y Tribeca. Su única nominación, a la Mejor Actriz Secundaria en 1976 por "Nashville", parece que seguirá siendo la única...


1. Charlotte Rampling, en "45 Años":

La única nominada de este ranking... Y la última en prácticamente todas las quinielas. Han pasado más de 40 años desde que su papel en "Portero de Noche" la convirtiera en un sex symbol para el resto de su vida... Y de cualquiera que la viera en ese o muchos de sus trabajos posteriores ("Swimming Pool"... Impagable). Alejada de Hollywood desde hace décadas, centrada en una carrera a caballo entre Reino Unido y Francia, pero siempre apostando por el cine de autor, Charlotte Rampling ha sido y sigue siendo una de las mujeres más hermosas e indiscutiblemente atractivas que ha podido filmar una cámara: con una voz oscura, teñida por un precioso acento británico, una mirada intensa, inteligente, y una gestualidad siempre elegante, poco dada a extridencias, en "45 Años" sublima todo su carisma, su encanto y su amargura para ofrecer una de esas interpretaciones que coronan y dan sentido a una carrera... Y que sólo pueden abordarse desde la experiencia de una actriz consumada. Sólo una mirada suya vale más que sagas enteras protagonizadas por las púberes de turno, más preocupadas por cómo sonreír en el próximo photocall o por qué diseñador las vestirá en la alfombra roja...


Y es por eso, porque no puede ser sano vivir en un mundo que desprecia la experiencia y rechaza cualquier signo de ella, en un sistema que etiqueta y clasifica todo únicamente en favor de la novedad, pero siempre dentro del mismo canon establecido... Es por eso por lo que me gustaría que Charlotte Rampling ganara el Oscar este año, porque, irónicamente, sería lo más transgresor y progresista que podría hacer la Academia. Por eso y porque, honestamente, creo que interpretaciones como la suya hacen palidecer a cualquier actriz que se ponga a su lado... Por blanca que sea.

Pero tranquilos, queridos haters... No temáis: ganará Brie Larson, con sus 26 añitos, aunque dentro de un tiempo es más que probable que nadie recuerde especialmente su interpretación en "Room"... Magnífica, maravillosa, seguro... Pero no tanto como su juventud.