Petra Delicado es una inspectora creada por Alicia Giménez-Bartlett, autora que está de actualidad porque ha sido galardonada con el Premio Planeta por su obra “Hombres desnudos”.Cuando conocemos a Petra trabaja en el Servicio de Documentación de la policía de Barcelona. Se ha divorciado de un abogado con el que llevaba una vida burguesa, cómoda pero gris, para casarse con un hombre mucho más joven y bohemio, del que también se separa. Acaba de comprarse una casa grande a las afueras de la ciudad que está reformando.
Para cubrir una situación
puntual de escasez de mandos a Petra se la encomienda una investigación de
campo. Se trata de “Ritos de muerte”, donde le asignan como compañero a Fermín
Garzón, un subinspector mucho mayor que ella que no acepta que su jefa sea una
mujer.
Hasta el momento hay publicadas nueve novelas de Petra
Delicado. Tras el éxito en su primera investigación la vemos investigar peleas
clandestinas de perros (“Días de perros”), recibir paquetes con penes amputados
(“Mensajeros en la oscuridad”), investigar el mundo de los programas del
corazón (“Muertos de papel”), de la alta burguesía catalana (“Serpientes en el paraíso”)
viajar a Rusia (y practicar sexo en el
mausoleo de Stalin), viajar a Roma, perseguir a un asesino en un monasterio (“El
silencio de los claustros”)..siempre acompañada de su fiel escudero el
subinspector Garzón, que le sirve de contrapunto.
Las novelas de Giménez-Bartlett tienen un estilo claro y
sencillo. La investigación aunque a veces parece estancarse fluye gracias a la
persistencia de Petra, que le echa muchas horas, que se queda noches en vela
con Garzón, en el salón de su casa, bebiendo y releyendo los informes una y
otra vez. Y cuando el cansancio es inaguantable y la crispa, se mete con su
compañero, le pica, solo porque es quien está a su lado y de ahí surge a veces
la inspiración para continuar la investigación por el buen camino.
El carácter de Petra –como tiene la “suerte” de comprobar su
primer sospechoso en una escena mítica de la serie- es fuerte. Fuerte y seco. Y
lleno de mal humor. Petra está de mal humor constantemente y tiene muy poca
paciencia con los defectos de los demás. Fermín la ayuda a lo largo de los
años, mientras toman unas cervezas en “La Jarra de oro” y charlan, a ser más
tolerante. A aguantar a sus dos ayudantes, que tienen muy buena voluntad, pero
son muy negadas para el trabajo policial. A aguantar a su segundo ex marido que
durante unos años sigue obsesionado con ella. A no crucificar a los hijos de su
tercer marido, con los que tiene una relación curiosa… en definitiva, Garzón la
ayuda a ser menos Petra y más Delicado.
Otro rasgo característico de estas novelas es la crítica social subyacente.
Como ya sabemos en España, hay un cierto esnobismo literario. No se puede
disfrutar leyendo (o escribiendo) novela negra a no ser que sea de la mano de
un escritor consolidado. La novela social es inexistente en la actualidad y
muchos autores recurren a la novela negra para plasmar su descontento con la
sociedad.
Lo que me engancha de estos libros es la relación de Petra
con Fermín. Hay un pasaje en el que ella le hace el regalo que mas ilusión
puede hacerle a él, que me emocionó al leerlo y sigue haciéndolo ahora mismo mientras
escribo estas líneas. Os recomiendo que os internéis en el mundo de Petra y Fermín porque leer (y releerles) es como
encontrarse con dos viejos amigos, con los que tomar una cerveza y reir (y
discutir).
Eso si, por favor, no veáis esa serie en la que
Ana Belén interpreta a Petra y Santiago Segura a Fermín..
“Miré el traje a rayas que llevaba, la panza sobresaliendo
por el pantalón, y comprendí, que aunque nunca llegáramos a tutearnos, habíamos
sentado los cimientos de una larga y sólida amistad”