21/11/15


Seguimos repasando lo que sucede en los escenarios teatrales londinenses. Que sé que queda un poco lejos, pero bueno, ésta es una web de alcance mundial (al menos ese es nuestro deseo) y además las conexiones aéreas con Londres son magníficas y pueden plantarse allí en unas pocas horas, así que no tienen excusa para no ir.

En cualquier caso toca hablar de "The Winter's tale", la primera obra de Kenneth Branagh dentro de ese acuerdo al que ha llegado con el Garrick Theatre para ocuparse de su programación durante todo un año (y que se extenderá con títulos como "Harlequinade", "Red Velvet", "The Painkiller", "Romeo and Juliet" y "The Entertainer", todos ellos dirigidos y/o protagonizados por el propio Branagh).


Si decidí decantarme por ver "The winter's tale", más allá de que sea el primer montaje (no descarto volver a Londres el año que viene para ver algún otro) fue, para ser sinceros, porque además de tener al magnífico actor en el reparto, me permitía también la ocasión de ver sobre los escenarios a una de las mejores actrices del mundo, Dame Judi Dench (a la tercera fue la vencida, ya que no pude verla ni en "Peter y Alice" - entradas agotadas - ni en "The vote" - las entradas eran sólo por sorteo -). Les digo desde ya que sólo por eso la experiencia mereció muchísimo la pena.

En cuando a la obra en sí...pues es Shakespeare, con todo lo que ello conlleva. La calidad está asegurada, pero sabes a lo que te enfrentas (creo que ya he comentado unas cuantas veces que siendo sinceros sus obras me agotan un poco; y si sus diálogos a veces son difíciles de seguir en español, ni les cuento en su lengua vernácula...). Se trata, además, de un Shakespeare menor (si es que tal cosa existe), entendiéndolo como que no estamos ante una de sus grandes y más conocidas obras como "Hamlet" o "Romeo y Julieta", por poner dos ejemplos.


La historia, para los que la desconozcan (no es un reproche; yo jamás la había leído) trata sobre un rey al que le pueden los celos infundados, lo que termina conduciendo a la muerte de su esposa y la desaparición de su hija, a la que da por muerta. La obra oscila entre la comedia y el drama, con espacio también para alguna canción e incluso un inesperado final feliz con momento mágico incluido (teniendo en cuenta que se escribió hace cuatro siglos, no creo que se me pueda acusar de soltar spoilers).

La puesta en escena es espectacular, para qué negarlo. Pero es que es Branagh, este es su terreno y está claro que podrá tener muchos fallos como director, pero la ambientación de todos sus trabajos (tanto en cine como en teatro) siempre resulta exquisito. Y más cuando la co-dirección corre a cargo de Rob Ashford, ganador en los Tony, los Emmy, los Olivier...y que no sólo es el encargado de las coreografías de los números musicales de los Oscar en sus últimas ediciones, sino que además ya colaboró con Branagh recientemente en la película "Cenicienta".


En ese sentido, disfrutarán de lo lindo, porque está claro que no han escatimado en medios y hay algunos momentos (la proyección sobre una sábana, todo el tema de la nieve y el patinaje...) especialmente interesantes. Y si a eso le unimos la buena labor de la compañía (se nota que todos los actores están acostumbrados a trabajar con textos clásicos), pues lo dicho, que ya sólo por eso merece la pena.

Pero claro, la cosa, no lo niego, es que yo iba principalmente para ver a Kenneth Branagh y a Judi Dench. El primero es ese actor que comenzó muy bien en Hollywood (doble nominación al Oscar por su primera película "Henry V") pero cuya estrella se ha ido apagando poco a poco, hasta el punto de que, como director, sus últimos trabajos han sido proyectos tan poco personales como "Thor", "Jack Ryan: operación sombra" o "Cenicienta". Todas ellas tan magníficamente filmadas como carentes de alma, y que son la prueba de que Branagh se ha convertido en el chico para todo de Hollywood, aceptando encargos que luego le permiten gastar dinero en lo que verdaderamente le gusta, el teatro.


El teatro...y Shakespeare. A ver, como actor él siempre está bien, pero está claro que ha nacido para interpretar personajes escritos por el Bardo Inmortal. Incluso cuando se trata de un protagonista como Leontes, alejado del tipo de papeles shakesperianos que suele hacer, Branagh demuestra que no hay nadie como él para crear personajes con carisma, trágicos y heroicos al mismo tiempo. De sobresaliente.

Y luego está Judi Dench. El suyo es sólo un personaje secundario, que no está demasiado tiempo sobre el escenario. Pero es que un minuto de Judi Dench vale como 100 de otras muchas actrices. Cuando deje de actuar (lo que espero que ocurra dentro de mucho, mucho tiempo, pero no nos engañemos; tiene 80 años y problemas de visión) siempre podré decir que yo la vi sobre los escenarios. Y que pude comprobar de primera mano por qué el público la respeta tanto y se la considera una de las mejores actrices del mundo. Porque lo que hace es impresionante.


La conclusión es que disfruté más de las interpretaciones que de la obra en sí, pero esto es achacable únicamente a mis gustos personales. ¿Hubiera preferido ver a Branagh y a Dench en algo que no fuera Shakespeare? Sí. ¿Me arrepiento de haber pagado mi entrada para "The Winter's tale"? ¡Ya pueden apostar que no! No todos los días uno ve tanto talento sobre un escenario. No todos los días uno está a unos metros de dos monstruos de la interpretación a los que admira desde hace muchos, muchísimos años.