24/9/15


Aunque nos dé rabia y pena a partes iguales, aunque nos parezca una herejía decirlo en voz alta, hay que afrontar los hechos: a Woody Allen hace ya bastante tiempo que se le vienen notando los años. O, mejor dicho, el hecho de que, con su admirable capacidad de rodar una película cada 365 días, se le han agotado las ideas.

Sí, de vez en cuando se saca de la manga una película redonda como "Medianoche en París", o una cinta que permite el lucimiento de su protagonista, como "Blue Jasmine", que le da carta blanca para seguir viviendo de las rentas unos cuantos años más. Pero, si somos sinceros y echamos la vista atrás, veremos que en las últimas décadas el número de malas películas de Woody Allen supera con creces el de las buenas.


Si viniera firmada por cualquier otro cineasta, se podría incluso decir que "Irrational Man" es una película bastante digna. Pero tratándose de Allen, no puedo negar que nos encontramos ante una desilusión, un film menor que no aporta nada nuevo a su filmografía. Todo cuanto narra ya lo ha contado antes, y mejor. En especial en "Delitos y faltas", esa obra maestra sobre cuyos temas regresa una y otra vez ("Match Point"), cada vez con peores resultados.

Un profesor de filosofía depresivo (excelente Joaquin Phoenix) recupera las ganas de vivir después de cometer un crimen que, en su mente, no sólo está justificado sino que era necesario llevar a cabo. El problema es que su futuro se verá comprometido por las sospechas de una de sus alumnas (correcta Emma Stone), que no comparte los mismos principios morales.


El primer gran problema de la película (al menos para mí) es su indefinición de género o, en cualquier caso, el uso de uno que me parece poco acertado. Woody Allen, excelente comediante, se olvida aquí de los chistes o de crear situaciones divertidas. El problema es que tampoco se decanta por el drama en su estado más puro (algo que tampoco se le da nada mal), sino que se queda en tierra de nadie,ofreciendo un drama ligero que a ratos parece demasiado frívolo y a ratos muy poco entretenido. Lo peor de ambos mundos.

Tampoco ayuda que sea su película menos coral de los últimos tiempos. Woody Allen nos suele regalar unos personajes secundarios impagables, que se nos quedan grabados a fuego con sólo aparecer unas pocas escenas en pantalla. Pero aquí, con la salvedad de Parker Posey (que hace lo que puede con su papel), Joaquin Phoenix y Emma Stone monopolizan el film, lo que nos impide desviarnos de una historia principal que, la verdad, tampoco daba para tanto.


Incluso en el final (que no voy a desvelar, obviamente) se pone de manifiesto que el director ya no es lo que era. Que su arriesgado discurso de antaño se ha ido volviendo más convencional, como si con la edad poco a poco hubiera ido haciendo las paces con el mundo. El tercer acto está muy por debajo de lo que cabría esperar de un genio como Woody Allen.

Y ahora que parece que ya me he despachado a gusto, diré que "Irrational man" no me parece una mala película. Que sus noventa minutos se pasan rápidos y que esa ligereza en su planteamiento lo hace todo muy llevadero. Que los actores están bien, que la trama, aunque algo convencional, tiene su aquel y que el conjunto, en general, es bastante digno.

Pero el problema, como decía más arriba, es que estamos hablando de Woody Allen. Sí, quizás deberíamos juzgar las obras únicamente por lo que son, sin tener en cuenta su contexto, quién las firma. Pero a la mente que ideó "Annie Hall", "La rosa púrpura del Cairo" o "Balas sobre Broadway", por citar tres de mis títulos preferidos, hay que pedirle siempre más. Y en este caso, lo cierto es que "Irrational Man" la podría haber rodado cualquier director con mucho menos talento.


Lo bueno de Allen es que, como nunca para, ya está inmerso en el rodaje de una nueva película. Ojalá sea de esas que les decía, de las joyas que nos cautivan lo suficiente como para perdonarle, al menos durante un par de años más, que no siempre esté al cien por cien de su capacidad.