8/7/15


El otro día, tras “La chispa de la vida”, en el programa Versión Española entrevistaron a Álex de la Iglesia y a José Mota, director y protagonista de la película. Aludieron de refilón a la polémica de los tweets de Guillermo Zapata (sin nombrarla), y el “cómico” manchego, como sentando cátedra, mencionó una cita atribuyéndosela a Woody Allen: “Comedia es igual a tragedia más tiempo”.

No es la primera vez que escucho hacerlo, pero cada vez que alguien al decir la frase nombra a Woody Allen, para que así la autoridad de éste la dote de razón, se me llevan los demonios.

Por un lado, porque no es suya.

Si nos fiamos de quoteinvestigator, el origen de la expresión está en un artículo de Steve Allen en la Revista Cosmopolitan, en 1957.

When I explained to a friend recently that the subject matter of most comedy is tragic (drunkenness, overweight, financial problems, accidents, etc.) he said, “Do you mean to tell me that the dreadful events of the day are a fit subject for humorous comment? The answer is “No, but they will be pretty soon.”

Y en 1958, en una entrevista para la NBC, Steve Allen afirma:

“Tragedy plus time plus the will to be amused equals comedy. If you don’t have the will to laugh, you won’t be amused—whether it’s by a Chaplin or anyone like him.”

Así que vemos que la cita no es del director, pero sí que aparece en una de sus películas, "Delitos y Faltas" (1989). Forzando el razonamiento, se podría de alguna manera afirmar que el texto representa su forma de pensar... si lo hubiera puesto en boca de uno de los personajes en los que solemos ver reflejada su personalidad (Alvy Singer en "Annie Hall", Isaac en "Manhattan"...)


Pero es que quien afirma esto es el personaje interpretado por Alan Alda, un triunfador pretencioso que representa todo lo contrario que el personaje de Woody Allen. Podemos pensar (yo siempre lo he visto así), que el Woody Allen guionista, al poner esta frase en labios de ese personaje en particular, hacía ver que consideraba la frase una soberana gilipollez. Quizá no, pero en cualquier caso, en este contexto, como mínimo, la afirmación es presentada como un tópico sobado.

Todo esto partiendo de la autoridad que en materia de comedia se le suele atribuir a Woody Allen, dando por sentado que lo que pueda decir él en alguna de sus entrevistas (más bien sosas, por lo general), o puesta en boca de alguno de los personajes con los que le solemos confundir, va a misa. Quizá sea mucho pensar, pero en cualquier caso, es el valor que le atribuía José Mota a la frase. 


Por otro lado, y esto es a lo que iba, siempre he pensado que esta afirmación, por muchas veces que se repita, es una soberana estupidez. Como mucho, estoy dispuesto a admitir que “tragedia más tiempo no hace daño”, pero no que haga gracia o que se convierta en comedia. Como mucho, se tolera mejor por la gente que, al no querer ofender por intentar llegar a todo el público, tiende al máximo común denominador. 

Dándole vueltas a esto, me viene a la cabeza uno de los mejores chistes que he escuchado en toda mi vida. Hace un par de años, falleció la madre de uno de mis mejores amigos. La víspera de que fuera incinerada, tras visitar el velatorio, fui a un bar junto a mi amigo y algunos familiares suyos, muy cercanos, a tomar unas cañas mientras el dolor se aliviaba entre anécdotas. Por casualidad, en la televisión del bar apareció una mujer cuyo nombre coincidía con el de la madre de mi amigo. Viendo la semejanza, alguien dijo: “todo encaja”, a lo que otro familiar respondió: “todo encaja… ¡¡y en urna!!”. 

Visto con el tiempo (ahora sí), no se me ocurre mejor momento que ese para sentirse ofendido, enfadarse y poner el grito en el cielo, pero lo que pasó fue todo lo contrario. Creo recordar que todo el mundo se rió a carcajadas. Carcajadas incómodas, con un “hala cómo te has pasado”, pero quiero pensar que liberadoras.

Si intentamos aplicar la famosa ecuación, veríamos que no sirve. El chiste en sí, es malo. Contado ahora, fuera de ese contexto, no es más que un juego de palabras sin mucha gracia, pero la cercanía a la tragedia obra a su favor, es lo que lo hace realmente gracioso.

No quiero decir que tenga una gracia universal, por supuesto. Pero sí que comprobé, y eso sí que me parece irrefutable, dos cosas:

Se puede bromear estando cerca de una tragedia.

Y alguien que está sufriendo puede reírse de su dolor.

Y me parece bueno. Muy bueno. En cualquier caso, es un ejemplo inscrito en un ámbito muy pequeño. Lo que a mi amigo y sus familiares les hizo reir es posible que no funcione con otras personas en el mismo contexto. El problema que veo es que a fuerza de tender a no ofender a la hora de hacer humor, este se está convirtiendo en otra cosa. Algo inane, ramplón e insípido que, creo, cada vez tiene menos gracia.

En el siguiente video hay otro ejemplo (quizá mejor) de lo que intento explicar. Tig Notaro, una cómica estadounidense, riéndose (o por lo menos intentándolo), del cáncer que le acaban de diagnosticar.