1/10/18


Vince Gilligan, el creador de "Breaking Bad", está de visita por España (la primera vez que pisa nuestro país, según confesó). Y ha aprovechado la oportunidad para dar dos Masterclass (una en Barcelona el viernes y otra ayer en Madrid, auspiciada por el Sindicato Alma) y una charla.

Las Masterclass suelen ser muy interesantes, pero demasiado técnicas, así que, como tampoco podía estar demasiado tiempo fuera de casa (el viaje a Sitges de este miércoles no se organiza solo), opté por asistir a la charla del Serielizados Fest (gran festival, grandes invitados. En años anteriores han pasado por aquí gente de la talla de Dan "Rick y Morty" / "Community" Harmon" y David "The wire" Simon), sobre todo porque en las conversaciones es donde los invitados sueltan más chascarrillos interesantes.

Vince Gilligan es un tipo simpático, rápido en las respuestas...y comedido. Así que no esperen grandes titulares (no como cuando el "bocachancla" de Michael Douglas se descolgó en Londres hablando sobre la enfermedad de Val Kilmer...enfermedad que nadie había confirmado). Pero sí que habló de todo un poco con una naturalidad envidiable.



Yendo en orden cronológico, habló sobre su trabajo como guionista en "Expediente X", serie de la que ya era fan antes de empezar a trabajar en ella, y en la que estuvo siete años. Habló de cómo la serie había calado, al menos en él, por la química entre sus protagonistas (Mulder y Scully, los personajes; "los actores son otra cosa", añadió, así que pueden leer entre líneas) y admitió que quizás la serie tardó más de la cuenta en decir adiós, cuando los fans ya estaban un poco cansados.

Recordó con cariño su trabajo al frente del spin off dedicado a "Los pistoleros solitarios", que sólo contó con una temporada de 13 capítulos, lo que fue una pena (admitió que le encantaban los personajes) y una bendición al mismo tiempo, ya que entre "Expediente X" y la serie nueva estaba sobrecargado de trabajo, y no sabe cómo lo habría podido hacer con una segunda temporada de 22 episodios.

Pero, tras este calentamiento, llegó el momento de hablar de "Breaking Bad". Serie que jamás creyó que llegara a hacerse realidad (Gilligan admitió que prefiere tener siempre unas expectativas muy bajas para no sentirse desilusionado) hasta el punto de que cuando le dijeron que podía rodar el capítulo piloto pensó que al menos sería un material interesante que llevar consigo cuando fuera a pedir su siguiente trabajo...



Para más inri, si la gente a la que le presentó el pitch ya alucinaban un poco con la propuesta de ese profesor enfermo que empieza a cocinar meta, el jefe supremo de la cadena AMC declaró directamente que "era la peor idea que había escuchado jamás". Pero bueno, si sus empleados (la gente del pitch) creían en ella, podían seguir adelante porque a fin de cuentas eran sus trabajos los que estaban en juego.

Así que hubo una primera temporada que tampoco se convirtió en un gran éxito, hasta el punto de que según su creador sólo se dio cuenta de que quizás la cosa tenía recorrido cuando Bryan Cranston ganó el Emmy al Mejor actor (hasta ese momento no creía que tanta gente le estuviera prestando atención a la serie, pero si habían decidido premiarle quizás significara lo contrario).

Vince Gilligan aclaró una vez más que Bryan Cranston fue su única opción para interpretar a Walter White, ya que desde que trabajó con el actor en un episodio de "Expediente X" se dijo que tenía que volver a hacerlo. De este modo negó categóricamente que Matthew Broderick llegara a ser considerado siquiera para el papel. El resto de los personajes sí que son un acierto de sus responsables de casting, como el caso de Aaron Paul, del que dijo divertido que también estuvo en "Expediente X", pero que de él no se acordaba (porque no intervino en un capítulo suyo, añadió por si las moscas).


"Breaking Bad" tenía que rodarse en Los Ángeles, básicamente porque él quería dormir cada noche en casa, pero cuando le propusieron Nuevo México (por las típicas ventajas fiscales y ayudas a la producción) dice que tardó 5 minutos en aceptar, lo que cree que fue un gran éxito porque le dio a la serie un cierto tono de western, convirtiéndose el paisaje en un personaje más de la historia.

Gilligan explicó que contaron con un asesor del gobierno que llegó a fabricar meta y grabarlo en video para que vieran cómo se hacía (aunque le dijeron que no era necesario tanto realismo, que se quedarían con lo suficiente como para dar la sensación de que sabían de lo que se hablaban, que la cosa no era convertirse en un tutorial para narcotraficantes), que Bryan Cranston lo daba todo (en la famosa escena en ropa interior le dejó claro a Gilligan que no tenía que preocuparse por él, que obviamente no estaba cómodo, pero lo importante era hacer lo mejor para la serie), que lo único que cambiaría de la serie son los dientes demasiado blancos de Jesse Pinkman y que el equipo de guionistas jamás probó meta, ya que "se me hace difícil pensar que en caso podrían haber escrito el capítulo que les tocaba. O cualquiera de los siguientes".

También admitió que le sorprendió descubrir que los fans odiaban tanto a Skyler (intentó que Toni García Ramon, que hizo las veces de entrevistador, le explicara por qué la odiaba él, pero no consiguió sonsacárselo) y que aunque no tenía previsto un número determinado de temporadas para "Breaking Bad", sí que siempre supo que quería acabarla antes de que el público empezara a cansarse de la serie.


Pero si hay algo que merece la pena destacar de la charla, es el momento en que Vince Gilligan habló del mayor regalo que les había hecho la cadena AMC. No dinero para la filmación, sino tiempo. Tiempo para pensar bien las cosas (dentro de lo que es el mundo de la televisión, donde todo sucede muy rápidamente).

Admitió que gracias a eso pudieron darle muchas vueltas al final de la serie, y que consideraron prácticamente todas las opciones, incluyendo (Spoiler alert) lo de acabar la serie cuando Walter White aún respira, 5 minutos antes de su fallecimiento (un poco "al estilo Los Soprano", de cuyo final también habló) o incluso que todos los personajes murieran salvo Walter White. 

Pero al final llegaron a la conclusión de que quizás no hacía falta un giro sorprendente, sino satisfacer al espectador, y por eso optaron por el final emitido. Eso no significa que esté seguro de que fuera el mejor final posible, está convencido de que varias de las otras opciones que barajaron posiblemente también habrían funcionado bien, pero al final se dejaron guiar por el instinto y está orgulloso del resultado.


Por último habló sobre "Mejor llama a Saul", de la que admitió que está algo desconectado porque no se ocupa personalmente de la serie, aunque en la cuarta temporada sí que ha dirigido un capítulo. Explicó que la primera idea había sido convertirla en una comedia ligera de media hora, pero que pronto se dieron cuenta de que ellos no saben escribir esas cosas, así que se atuvieron a lo que mejor se les da (de nuevo, atendiendo a lo que les decía su instinto).

La hora y media de charla aún dio para más. Para escucharle admitir que ve muy pocas series ("si te pasas todo el día haciendo pasteles, cuando llegas a casa no te apetece comer pastel") y que sobre todo pone viejas series de los años 70 y 80 (como "Mash"), para dar las gracias al equipo de actores y guionistas del programa y para hablar de "Raven", la miniserie "que debería estar escribiendo en vez de estar aquí".

Ah, y también, después de que Toni le pidiera insistentemente algún adelanto jugoso, admitió que en el próximo capítulo de "Mejor llama a Saul" saldrá Walter White...y descubriremos que es un robot.

Así es Vince Guilligan. Un genio detrás de las teclas y también en las distancias cortas.