22/10/18


Soy fan del trabajo de Takashi Miike. Casi diría que entro en la categoría de fanático. He visto más de 85 películas de su filmografía, y algún día espero poder completar las que me faltan. He permanecido fiel al director en las buenas ("Audition") y en las malas ("Izo"). Atento siempre a las dos o tres películas suyas que rueda cada año.

Por eso me resulta tan duro aceptar que el Miike de los buenos tiempos, el transgresor, el que era capaz de hacer barrabasadas como "Visitor Q" o "Fudoh: the next generation", ya nunca volverá. Que ahora su talento se despliega con cuentagotas ("13 samurais") y que sus proyectos son casi todos adaptaciones de mangas de éxito, realizados con mayor ("La espada del inmortal") o menor ("Terra Formars") fortuna. Como él mismo me dijo hace un par de años, mientras le entrevistaba, "hay que aprovechar cuando los productores te quieren y te ofrecen trabajos, porque no sabes cuánto durará".

Soy consciente de ello y hasta he llegado a aceptarlo. Lo que no podía imaginarme ni por un momento es que iba a llegar un momento en el que echara de menos sus adaptaciones de mangas.


Porque "Laplace's witch" (su única película presente en Sitges, situación que creo que no se había dado en la última década, en la que siempre presentaba como mínimo dos títulos) no viene del mundo de las viñetas, sino que es la adaptación de una novela de Keigo Higashino. Por qué los productores le vieron posibilidades a este material es una de esas cosas que jamás llegaré a comprender.

El inicio de la película no es malo. Misteriosos asesinatos en medio del bosque, producidos por la inhalación de sulfuro de hidrógeno y que, por difícil de creer que parezca, podrían haber sido provocados. Lógicamente el experto al que la policía acude intenta explicarles que eso es imposible, que nadie es capaz de variar las condiciones climatológicas hasta el punto de lograr esa reacción química en concreto. Pero entonces aparece una misteriosa chica que le hace replantearse sus ideas, al tiempo que ambos se lanzan en una investigación para tratar de encontrar al culpable.


¿Suena bien, verdad? Sí, yo pensé lo mismo. Y entonces la película avanza, y en vez de una investigación policial la trama va derivando hacia el melodrama barato. Sin grandes giros de guión, con un ritmo tan pausado (por no decir directamente aburrido) que cuando llegan las revelaciones sobre lo que realmente pasó, ya poco importa. Por no decir que la duración, casi dos horas de pelicula, tampoco ayuda demasiado.

El guión de "Laplace's witch" es soso, en parte porque a los protagonistas les hace falta una pizca de carisma como el comer. Si se supone que la chica misteriosa tiene que ser el revulsivo de la cinta,el personaje que aporte un poco de interés, el fracaso es mayúsculo, porque no tiene una sola escena que sea memorable. En verdad nadie la tiene. Sólo han pasado un par de semanas desde que la vi y ya comienzo a tener problemas para recordar la película. En un año, será un lienzo en blanco en mi memoria.


El problema es que si la materia prima ya de por sí no es brillante, la dirección de Miike es casi peor. Es posiblemente uno de sus peores trabajos detrás de las cámaras. Ya estamos acostumbrados a su estilo consistente en su falta de estilo (quiero decir, el director se adecúa siempre al material al que se enfrenta, sin imponer un aspecto visual determinado) pero es que en esta ocasión parece haber rodado con auténtica desgana, sin molestarse lo más mínimo en ofrecer un espectáculo medianamente entretenido. 

Es imposible destacar una sola cosa de la película, lo que es un delito capital teniendo en cuenta de quien estamos hablando. Aunque admito que, por mucho que me duela, ya me lo temía. El propio Ángel Sala (otro fanático de Miike) ya había dejado claro en alguna entrevista que no estamos ante un buen trabajo, y el horario en el que se proyectó (la 1 de la mañana) no invitaba a hacerse ilusiones.


Ahora bien, lo que pasa con Miike es que aunque a veces, como en este caso, te decepcione, no vas a abandonarle. Confías en que el año que viene tenga otras dos películas preparadas y que sean mejores (aunque admito que me preocupa que en imdb no aparezca ningún título en preproducción, cuando Miike es como Woody Allen, que siempre tiene algo nuevo en desarrollo. Confío en que esto cambie pronto, no quiero ni imaginarme lo que sería un Sitges sin películas del director nipón).

Fans irredentos de Miike, mejor que veáis la película estando sobre aviso. Y si no os gusta tanto este director, entonces hacedme caso: ésta os la podéis saltar.