5/10/17


Gran fanático del tema como soy, tengo el firme convencimiento de que no hay película mala sobre sectas. Las hay brillantes y menos brillantes, pero todas tienen su aquel. Y "The endless" no es una excepción.

Claro que la cosa tiene trampa, porque no estoy seguro de que la película se pueda inscribir dentro de esa categoría. O al menos no únicamente. Porque como ya hicieran en sus anteriores trabajos (sobre todo la excelente y nunca suficientemente alabada "Spring"), a Justin Beston y Aaron Moorhead les gusta mezclar géneros, y cuando el espectador cree que sabe por dónde va a ir la cosa, dar un volantazo e ir en dirección contraria.


Dos hermanos (los propios directores, excelente tanto delante como detrás de las cámaras) malviven atrapados en unas vidas rutinarias que no les llevan a ninguna parte. No tienen parejas (ni citas), no tienen dinero... Puede que buena parte de la culpa se deba a los efectos secundarios de haber pertenecido a una secta destructiva de la que escaparon años atrás.

Aunque lo que no está tan claro es que se tratara de una secta, y mucho menos destructiva. Así al menos lo ve Aaron, que sólo recuerda las cosas buenas del tiempo que pasó de niño en la comunidad. Y el hecho de que su hermano jurara y perjurara que la secta pensaba realizar un suicidio colectivo y que 10 años más tarde todos sigan vivitos y coleando no ayuda precisamente a quitarle la idea de que en este caso cualquier tiempo pasado fue mejor.


Y Aaron está tan deprimido que a su hermano no se le ocurre otra cosa que ceder a sus deseos y llevarle de visita a su antiguo hogar, donde aún vive la misma gente, gozando encima de tan buena salud que incluso parece que el tiempo no ha pasado por ellos.

A ver, cuando una persona que te ha acusado de pertenecer a una secta destructiva (y que todos sus componentes masculinos están castrados) reaparece, la reacción lógica yo diría que es montar en cólera, ¿no? Pues no este grupito. La comunidad acoge a Aaron y a Justin con cariño. Mucho cariño. ¿Demasiado cariño?

Si creen que saben cómo continua la película créanme, hay una gran posibilidad de que se equivoquen. Porque cuando uno piensa que le ha cogido la medida a la historia todo cambia, entrando en un terreno mucho más extraño pero igual de fascinante. Tan extraño y tan fascinante que servidor cierra la boca, emplazándoles a que lo vean con sus propios ojos (y con la mente abierta; no es que sea un mal giro, simplemente es que la trama pasa a ser otra cosa).


Lo que sí puedo comentar es que "The Endless" tiene muchos puntos con común con "Resolution", la ópera prima de este dúo de directores. No sólo porque ambos recuperan los papeles que hicieron en aquella cinta (un simple cameo en aquel caso, pero sí, son los mismos personajes) sino porque aunque no es imprescindible haber visto "Resolution" para disfrutar la película que nos ocupa, quienes lo hayan hecho desde luego que apreciarán la conexión entre ambas citas. Y de nuevo, hasta aquí puedo leer.

En un momento en el que las películas se acogen cada vez más a fórmulas preestablecidas, que visto el trailer o escuchado el punto de partida todo es terriblemente convencional, es de aplaudir que haya propuestas como "The Endless" que juegan con el espectador y le invitan a vivir una experiencia en la que cualquier cosa es posible. Tanto si les gusta el resultado final como si no (para mí es una peli de notable), lo cierto es que al menos nadie puede decir que sea aburrida, ya que te pasas todo el tiempo tratando de adivinar qué va a pasar a continuación e intentando unir los puntos.


Si a esto le sumamos algunos golpes de humor tan sutiles como logrados y una historia de amor fraternal sobre dos fracasados que necesitan aprender a comunicarse, la conclusión es que "The Endless" se trata sin duda de los grandes títulos de la temporada en el fantástico.

El punto de partida es una secta. Estaba claro que no podía ser mala...