27/10/16


Dos amigas actrices, cuyas carreras se encuentran en lugares muy diferentes (una es una estrella al alza, la otra apenas consigue trabajo) deciden irse de viaje juntas un fin de semana con la idea de pasarlo bien, reconectar y ese tipo de cosas. Pero el remedio es peor que la enfermedad, porque pronto queda claro que la situación entre las dos es del todo menos idílica. Y la cosa se va poniendo cada vez más chunga...

Yo leo esta premisa y compro de inmediato, más aún si una de las dos protagonistas es la siempre fabulosa Mackenzie Davis. Además, a título personal, estuve a punto de ver "Always shine" en abril, en  el Tribeca Film Festival, aunque al final me quedé con las ganas. Y claro, cuando ves que está en la programación de Sitges y que la vida te está dando una segunda oportunidad, pues decides ir a verla a toda costa, aunque para ello te pierdas "Creepy". de Kiyoshi Kurosawa (al final, por mucho que lo intentes, en Sitges siempre tienes que acabar renunciando a algo).


Pero el problema es que a los pocos minutos ya me quedó claro que la historia que a la directora Sophia Takal le interesaba contar no era la historia que yo quería ver. Qué quieren que les diga, yo cuando escucho "enfrentamiento entre dos mujeres" y "comportamientos disociativos" siempre pienso en el "Mullholland Drive" del maestro Lynch, pero esto por desgracia va en una línea completamente diferente.

Lo que a la directora le apetece es hablar sobre la identidad, el trastorno y meterse dentro de las cabezas de las protagonistas, en una historia que tiene mucho más de drama intimista que de thriller atractivo. Ni siquiera es una ida de olla de las que particularmente me gustan. Si tuviera que compararla con algo, en cuanto a intenciones, sería a la película de Monica Belluci y Sophie Marceau "Ne te retourne pass" (que también pasó hace unos años por Sitges). Y dicho film en su momento me pareció un auténtico coñazo, así que mal vamos.


Las dos amigas pelean, porque una (la actriz con carrera prometedora) es tímida, apocada y desea un fin de semana tranquilo, mientras que la otra es irascible, deslenguada y le va la fiesta cosa mala. La primera, Beth,  intenta pasar desapercibida, que la dejen tranquila, mientras que la segunda, Anna, trata de hacerse notar por todos los medios, llegando a caer en ocasiones en el más absoluto de los ridículos. Lo malo es que todo el mundo parece adorar a Beth y preferirla a Anna, lo que desde luego no hace mucho por la autoestima de esta última.

En realidad no es que ocurran demasiadas cosas. Quiero decir, el conflicto se refleja más gracias a la gran actuación de la pareja protagonista (la citada Mackenzie Davis y Caitlin Fitzgerald) que porque en la película sucedan acontecimientos que te hagan presagiar que se masca la tragedia. Sí, un comentario desafortunado por aquí, un tipo que le presta más atención a una que a la otra por allá, un "no le hablaste a este director de mí"... pero eso es todo. Y en estos casos hay que hilar muy fino para que realmente la película termine de conectar con el espectador.


Al final es una cinta sobre actrices y sus neuras. Sobre "problemas del primer mundo", por más que sea cierto que la falta de trabajo repercute en falta de dinero para una de ellas. Pero esto no es una cinta de Ken Loach, lo que realmente le saca de quicio a Anna es no tener reconocimiento, que la gente no la prefiera a ella. Y en esta oda a la vanidad haría falta, si no un Lynch, al menos un Nicolas Winding Refn, que con un planteamiento en parte similar saca petróleo en su fastuosa "The neon demon".

Pero Sophia Takal, por desgracia, no es Refn. No logra extraer de su historia toda la mala leche que sabes que está ahí, latente. No crea una ambientación tan estimulante, ni sus personajes son lo fascinantes que deberían ser para que la película funcionara. Y cuando en la parte final entra ya en el terreno de las alucinaciones, cuando la narración deja de ser lineal y entra en ese terreno de "a saber qué es real y qué no, qué está pasando y qué se están imaginando las protagonistas que está pasando"...pues eso, que en vez de crear expectación hace que se te escape un bostezo y mires el reloj. Y en una película de menos de hora y media, ya tiene delito.


"Always shine" es una decepción precisamente porque no brilla. Porque se queda en la superficie y, como si fuera el índice de capítulos de un libro, te sugiere temas e ideas que podrían ser muy interesantes pero que luego se quedan ahí, sin desarrollar, a medio camino. Por si fuera poco, lo peor es que amigos míos me cuentan que la peli de Kurosawa estaba muy bien. Decididamente esta vez mi intuición me traicionó.