5/10/16


Empezaré admitiendo que soy un gran fan del Nacho Vigalondo "showman" y un poco menos del Vigalondo director. El primero jamás me decepciona (entrevistas, ruedas de prensa, saraos varios... en cuanto abre la boca, sabes que va a soltar unas cuantas perlas y que terminarás riéndote con alguna de sus ocurrencias) mientras que el segundo lo mismo te firma la interesante "Los cronocrímenes" o "Extraterrestre" (sé que hay mucha gente que la odia; para mí, hasta hace un mes era lo mejor de su filmografía) que perpetra esa cosa llamada "Open Windows" que, para qué engañarnos, no hay por dónde cogerla.

Por eso acudí a ver "Colossal" con la mosca detrás de la oreja, preguntándome qué Vigalondo iba a encontrarme. E incluso cuando terminó la película (su primer trabajo de gran presupuesto...o lo que es un gran presupuesto para él, que para los yankis es calderilla, y con una actriz de renombre como Anne Hathaway al frente del reparto), aún no tenía claro mi veredicto. Pero 24 horas después tomé una decisión: "Colossal" es la mejor película hasta la fecha de Vigalondo, un divertimento lleno de aciertos que hará las delicias del público cuando se estrene en salas comerciales.


¿Por qué tardé en decidirme? Porque, como no podía ser de otro modo, el director ha hecho una peli muy friki. Es una historia que, tras un primer acto convencional, te pide un auténtico acto de fe para poder seguir disfrutándola. Y en tu mano está decidir si te apetece divertirte y aceptar las reglas del juego que te están proponiendo, o indignarte por el giro de los acontecimientos y decidir que no es más que una memez. Ambas opciones son perfectamente válidas. Al final uno no puede escapar de quién es, y servidor decidió ponerlo todo de su parte en eso de la "suspensión de la credulidad".

Vale, pero ¿de qué diablos va "Colossal"? Pues nos cuenta la historia de Gloria (excelente Anne Hathaway), una chica a la que le gusta demasiado la fiesta y que de repente, de la noche a la mañana, se encuentra sin trabajo, sin novio, sin piso, y obligada a regresar al pueblo de su infancia. Hasta ahí nada nuevo bajo el sol. Allí se reencuentra con un viejo amigo, Oscar (sorprendente Jason Sudeikis), que regente un bar y que inmediatamente se convierte en su confidente. Entre otras cosas porque, como era de esperar, bebe los vientos por ella (yo también lo haría).


Lo que ocurre es que, de buenas a primeras, toda esta trama de "chica que se reencuentra a sí mismo en su pueblo natal" se cruza con una menos convencional que podríamos titular "monstruo gigante asola Seúl". Dos historias que aparentemente no tienen nada que ver, pero, y este es el momento de la verdad, resultan estar íntimamente relacionadas. Gloria y el monstruo tienen una conexión. ¿Cuál? Lo siento, hasta aquí puedo leer. El resto lo tendrán que descubrir cuando acudan a la sala.

Uno de los grandes aciertos de "Colossal" (no exento de riesgos, todo sea dicho) es su habilidad para ir combinando géneros. Es una película de monstruos, pero al mismo tiempo cuenta una historia intimista (en este sentido le encontré más de una similitud con lo que sucedía en "Extraterrestre"). Comienza como una comedia romántica, pero pronto da un giro hacia lo dramático que cogerá a más de uno descolocado. Si sirve de referencia, me hizo acordar a una frase que escuché una vez describiendo la excelente película de Jonathan Demme "Algo salvaje": es una cinta en la que te ríes, te ríes...hasta que te dejas de reír.


Pues eso es lo que ocurre aquí. Te lo estás pasando bien con los tópicos, los clichés, con el desastre con piernas que es la Hathaway, cuando todo toma otro cariz. Más serio. Y también más épico, por qué no decirlo. Las cosas no son exactamente lo que parecen, y Vigalondo se sirve de una trama muy marciana para hablar de cuestiones más cotidianas, más reales y mucho más espinosas.

Pero le sale bien, qué diablos. Logra plantear temas serios sin frivolizar demasiado, pero sin aburrir tampoco al personal. Al final, es tan sencillo (y tan complicado al mismo tiempo) como lograr que las piezas encajen. Si las distintas historias hubieran chirriado, la película no habría por dónde cogerla. Pero ha dado con las teclas correctas como para hacer una cinta que está llamada a convertirse en película de culto. Es más, tengo muchas ganas de dedicarle un segundo visionado.

Nacho Vigalondo ha cogido todo aquello que le interesa, que le gusta, lo ha agitado en una cocktelera y le ha salido algo fresco, divertido, novedoso. Una cinta que, más allá de las puertas que le abre el hecho de trabajar con una megaestrella (el director contaba la tranquilidad que da saber que gracias a la presencia de Anne Hathaway la peli ya se ha vendido a un buen número de mercados), pienso que puede ser su consagración definitiva. Si es que no estaba ya consagrado.


Resumiendo, "Colossal" es un delirio controlado. Una fábula, una historia de superhéroes, de perdedores, de redescubrimiento, de fantasmas del pasado...es todo eso y mucho más. Y luego está el plano final, ese maravilloso punch line marca de la casa, que te hace aplaudir con ganas. Por fin el Vigalondo "showman" ha logrado hacerse un hueco en el mundo del Vigalondo director. Y que no pare la fiesta.