20/2/16


La imagen de cabecera no es casual... Y es que esto es lo peor que le puede pasar a Sylvester Stallone el próximo domingo en los Oscar: que le saquen una foto de su lado malo. Y en contrapicado.

No es por fardar pero, fue por allá a principios del diciembre pasado cuando este que escribe se preguntaba (en un artículo que pueden leer haciendo click aquí"¿puede Sylvester Stallone ganar un Oscar?", y mis conocidos, cinéfilos en general y críticos en particular, se me echaron encima... Pero luego sucedió esto:


El aplauso entusiasmado de los asistentes confirmaba los crecientes rumores: Sylvester Stallone conseguía ser nominado al Oscar al Mejor Actor Secundario por "Creed"... Y tras ganar el Globo de Oro, directamente se convertía en el favorito.

Muchas cosas han pasado en la carrera de esta edición, y la terna final en esta categoría es ligeramente distinta a la que apuntaban las quinielas hace unos meses.


Junto a Sly, encontramos a Christian Bale como único representante de "The Big Short", a pesar de haber sido promocionado (y nominado o premiado a más de un premio estos meses) como protagonista, y de que muchos pensaban que, de distinguir a algún miembro de ese reparto, optarían por Steve Carell, que en un inesperado giro a su trayectoria eminentemente cómica, ya fue nominado el año pasado como Mejor Actor por "Foxcatcher", donde se marcaba un papelón digno de la mejor tragedia griega. A priori, parece extraño que la Academia decida otorgar a Bale un segundo Oscar como secundario (ya ganó por "The Fighter" hace sólo unos años), así que probablemente esperen a la próxima ocasión en que se enfunde un buen protagonista...

También está Tom Hardy, nominado por primera vez y nada menos que por una de las dos películas favoritas, "El Renacido". Sin embargo, siendo su primera vez y habiendo otros nombres con más papeletas en la categoría, la sola nominación supone ya un premio en sí mismo, y su pasaje definitivo a la First Class del Hollywood de los próximos años, después de interpretaciones destacadas en éxitos como "El Caballero Oscuro: la Leyenda Renace", "El Topo" y, sobre todo, "Mad Max: Furia en la Carretera".

Por otro lado, tenemos a Mark Ruffalo... Probablemente, uno de mis actores favoritos de los últimos años. Nominado por la otra película del año, "Spotlight", Ruffalo consigue su tercera nominación (todas en esa categoría) tras "Los Chicos Están Bien" y, el año pasado, "Foxcatcher". Al igual que en el caso de Hardy, la tendencia de los académicos a rubricar con todos los premios posibles la victoria de sus películas favoritas puede jugar a su favor. Sobre todo en su caso, ya que sería la única posibilidad realista (Rachel McAdams, su compañera, probablemente sea la menos votada en su respectiva categoría) de premiar al reparto de "Spotlight", especialmente elogiado y respaldado en su conjunto por el SAG (el premio del sindicato de actores). Sin embargo, y a pesar de la simpatía que despierta, todo hacer pensar que Mark Ruffalo tendrá que esperar a que le llegue un papel con más relumbrón para hacerse con el Oscar.

Y por último, el quinto en discordia con el que Stallone tendrá que vérselas el próximo domingo y, según todas las quinielas, el único que podría noquearlo en el último round:


Para sorpresa de muchos, sin Michael Keaton interponiéndose ya en su camino (una de las mayores y más injustas ausencias de esta edición), a pesar de haber comenzado la temporada como el gran favorito, y de realizar en "Spotlight" una interpretación brillante, llena de una serenidad y una verdad pasmosas... Stallone sólo tendrá que vérselas con Mark Rylance, un actor semidesconocido para el gran público, pero del que el mismísimo Al Pacino ha dicho en alguna ocasión que "recita a Shakespeare como si le hubiera escrito el texto para él la noche anterior a cada función"... Una eminencia en el teatro, ganador de varios premios Tony (y del Bafta en esta categoría, hace sólo unos días), sorprendió a los críticos y a cualquiera que lo haya visto en "El Puente de los Espías", en la que componiendo a ese frío espía soviético, parco en palabras y gestos, consigue hacerle sombra a Tom Hanks y convertirse en lo mejor de la película de Spielberg.

Así que, a tan sólo una semana de los premios, y aunque parece que todo está bastante claro, siempre quedará un resquicio de duda hasta que alguien cante aquello de "and the Oscar goes to...", y sepamos por fin si este prestigioso británico con pinta de hippy reconvertido se lleva el gato al agua... O si el bueno de Stallone protagoniza (con permiso de DiCaprio...) el momento homenaje de la noche.

Hasta entonces (y por si acaso), recordemos su discurso emocionado en los Globos de Oro. O todo lo emocionado que le permite mostrarse el bótox, claro está...