10/11/15


"Spectre" es la última vez que veremos a Daniel Craig haciendo del agente 007 en la gran pantalla. Y ya no sólo porque el actor haya declarado que está cansado del personaje (a lo tonto han sido casi diez años encarnando a Bond) sino que además en la película todo queda atado y bien atado para decirle adiós a esta encarnación del mítico héroe y empezar un nuevo reboot, al estilo de los que sucedió con Batman en la trilogía de Christopher Nolan.

Estamos ante el cuarto y último capítulo de una saga que comenzó con "Casino Royale" y que, aunque cada película se puede ver de manera independiente, sí que es cierto que por primera vez en la historia de Bond se le ha dotado de cierta continuidad. "Quantum of Solace" arrancaba una hora más tarde de lo sucedido en la anterior película. "Skyfall" tenía múltiples referencias a lo sucedido anteriormente y en "Spectre" se intentan atar todos los cabos sueltos y otorgar una conclusión satisfactoria al camino de venganza y muerte emprendido por el agente desde que en 2006 le mataran a su chica (bueno, si a mí me hubieran matado a Eva Green, también andaría bastante cabreado, la verdad).


La verdad es que me parece una gran idea. En esta simbiosis cada vez mayor entre cine y cómics, podríamos decir que estas cuatro películas forman un gran arco argumental, con principio, nudo y desenlace, y luego, cuando venga el siguiente Bond, se empieza de nuevo y listo. El público tampoco creo que se vaya a quejar mucho.

Como digo, la idea es buena. La ejecución, no tanto.

No hay nada que me fastidie más que tener que hacer una mala crítica de una película en la que tenía depositadas tantas esperanzas. Pero he de admitir que "Spectre" me parece fallida por múltiples motivos. Y el principal es que la "saga" de Craig quizás comenzó poniendo el listón demasiado alto.



Me explicaré. "Casino Royale" fue un peliculón. No sólo por su calidad (aunque a mí el tramo final me sigue pareciendo irregular) sino, sobre todo, porque era un cambio radical en la trayectoria de Bond. Veníamos de Pierce Brosnan y sus aventuras ligeras, su sentido del humor, sus escenas cada vez más disparatadas y de repente nos encontramos con Daniel Craig, una bestia parda que carecía de glamour pero tenía cara de que podía conseguir la información que quisiera a ostias.

Era un Bond más físico, más "realista" (no, no era realista ni de coña, pero como se daba de puñetazos con la gente en vez de conducir tanques por las calles de Moscú, pues eso, que parecía menos fantasioso). Pero el problema es que ese truco sólo te sale bien una vez, En "Quantum" la cosa se empezaba a disparatar. En "Skyfall" así, así, y en "Spectre" tenemos de nuevo los gadgets, coches capaces de todo, helicópteros (hay casi una obsesión con ellos)... pero la película sigue sir ser espectacular en el sentido de las set pieces que se montaban en "Misión Imposible 5". Es decir, ejecución "realista" con espíritu de "aventura pulp". Y claro, la cosa se queda en tierra de nadie.


Pero no es su único problema. A ello hay que sumarle un guión que hace aguas por todas partes. Exactamente igual que el de "Skyfall", pero al menos esa peli era tan divertida que sólo te dabas cuenta a posteriori. "Spectre" es densa. Intenta parecer más profunda de lo que realmente es. Adopta un tono crepuscular que particularmente me pareció aburrido y hace malabares para dar sentido y coherencia a todo lo sucedido en las cuatro películas, pero la explicación es de esas que encajas con calzador. Dicho de otro modo, si quieres que "La jungla de cristal" y "Arma letal 2" (por poner dos ejemplos) también entren en la continuidad de la saga, podrías hacerlo perfectamente.

Un Christopher Waltz demasiado desatado da vida al villano de la función (en la única "sorpresa" interesante de la película), pero su Spectre al final termina pareciendo una organización de medio pelo. Uno viene de ver "Capitán América: el soldado de invierno" y cómo se trata el tema de Hydra, y piensa que es triste que en la película de superhéroes la amenaza resultara mucho más creíble y mejor planteada. Aquí, tristemente, al final Spectre no deja de ser el grupo de malos de turno para pasar el rato.


Sam Mendes (mucho menos inspirado que en "Skyfall") necesita dos horas y media para contar una historia que no es tan interesante y en la que desaprovecha a personajes como los de Monica Belluci (eso no es un papel, eso es un cameo), o Naomie Harris-MoneyPenny (de Léa Seydoux no digo nada, que está muy bien, aunque sinceramente no me parece que dé el perfil de chica Bond. Pero esa es una apreciación personal y de lo más subjetiva). Un final de juego que promete ser espectacular pero que se queda en simple aventurilla llena de tópicos. 

Especialmente sangrante es ese momento de "no crea que voy a caer en sus brazos, señor Bond" que, dos escenas después, se convierte en "bájeme las bragas, señor Bond". Que es algo que ha pasado siempre, lo sé. Pero ese es el problema: que es un cliché (uno de tantos) en una película que intenta vendernos que este Bond era algo distinto. Y no, no lo era.


Cuatro películas, de las cuales sólo una era realmente buena. La cosa es que lo era tanto que, con todo, hace que aprobemos con nota al Bond de Daniel Craig y nos preguntemos quién será el siguiente de la lista y qué nos ofrecerá. De todos modos da igual lo que yo diga o cuanto me haya decepcionado. El público siempre tiene la última palabra, y la recaudación de "Spectre" deja claro que ellos tienen razón y que yo me equivoco. O, dicho de otro modo, que si yo fuera el productor, intentaría retener a Craig al menos para otra peli, porque con él las arcas del estudio están más llenas que nunca.



(fotografías de Jonathan Olley, sacadas de la páginas de imdb)