11/29/2015 12:00:00 p. m.
Fran Villalba
Vamos a no ser radicales. Si resulta que no sois superfans del maestro John Carpenter, no os vamos a expulsar de la web, os libraréis sólo con una amonestación (otra cosa sería que dijerais que no os gusta su trabajo. En ese caso quizás Michael Myers os visite un día de estos...)
En cualquier caso estamos hablando de uno de los directores más importantes de todos los tiempos. Creador de la saga "Halloween", responsable de "Golpe en la pequeña China", el cerebro detrás del Snake Plissken de "1997: rescate en Nueva York" y su secuela, el culpable de esa obra maestra que es "En la boca del miedo"... Lo dicho, un grande.
Lo que pasa es que al señor Carpenter lo de viajar como que no le gusta mucho. Y si no que se lo digan a Ángel Sala, director del Festival de Sitges, que intentó infructuosamente durante años que acudiera al certamen y al final tuvo que desplazarse él a Los Ángeles para hacerle entrega del premio "La máquina del tiempo", que estaban fritos por otorgarle.
Pues bien, las cosas van a cambiar un poco el año que viene. No, John Carpenter no va a venir a España, pero al menos se acercará a Reino Unido en octubre de 2016...para dar dos conciertos.
Sí, han leído bien. Y es que el maestro del terror no sólo dirige como los ángeles sino que además se suele ocupar de la música de todas sus películas. Su trabajo es de lo más interesante, pero éste tema, éste en concreto, no sólo es una maravilla sino que les tiene que sonar por narices.
Aprovechando que acaba de sacar su primer disco de estudio, "Lost Themes", Carpenter ha decidido ofrecer dos conciertos en los que interpretará sus melodías clásicas para los films de terror que ha dirigido, junto a temas del álbum y otras composiciones inéditas. El 29 de octubre visitará Manchester (concretamente el The Albert Hall) y el 31 estará presente en The Troxy, en Londres.
Si necesitáis escuchar más temas para saber qué os podéis encontrar, aquí os dejamos con otro ejemplo. Personalmente a mí me daría igual que al final decidiera tocar "la gallina turuleta", porque iré igualmente, aunque sólo sea para verle en persona.
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