13/10/15


A Mamoru Oshii hace tiempo que se le viene acabando el crédito.  Durante muchos años vivió de las rentas de esas dos obras maestras que son "Ghost in the shell" y "Avalon" (curriculum más que suficiente como para ingresar en el panteón de los grandes, eso es cierto), pero el bueno de Oshii parecía obcecado en empañar su buen nombre con subproductos que hacían perder la fe al seguidor más fiel.

Su última gran obra, al menos para que el que aquí suscribe, es "Sky Crawlers". Pero claro, lo malo es que ya ha llovido desde esa película (que data del2008), así que tenía muchas ganas por ver qué nos proponía con su último trabajo,  "Nowhere girl". Si hacía bueno el dicho de que quien tuvo, retuvo, o si debo dejar de sentirme ilusionado cada vez que se anuncia un nuevo trabajo suyo.



Y al final el veredicto es que no hay veredicto. Dicho de otro modo, "Nowhere girl" no es tan mala como me temía, pero tampoco tan buena como me hubiera gustado. Es un drama en toda regla sobre una estudiante brillante con síndrome de estrés postraumático, a consecuencia de un suceso misterioso sobre el que apenas se nos dice nada (salvo en la parte final de la historia en la que, afortunadamente, todo queda explicado).

Así que, como exploración de las consecuencias psicológicas de un suceso impactante, la película está bien. Podemos entender el dolor de su protagonista, su desconcierto. Y ni siquiera puedo decir que la trama no esté bien planteada, porque Oshii va sembrando pequeñas y sutiles pistas sobre lo que en verdad está pasando. Por esa parte, nada que objetar.


El problema es que esto es cine (más aún, esto es Sitges), y no es lo mismo hacer un buen planteamiento que entretener al personal. La película (que sólo dura 85 minutos con créditos) es aburrida. Cuando llevan media hora dando vueltas una y otra vez al mismo tema (toda la acción transcurre en el instituto), lo único que deseas es que pase algo, lo que sea. Pero lo único que pasa, y muy lentamente, es el tiempo,

Tampoco ayuda la banda sonora, con el piano repetitivo (acompañado a ratos por un violín) que te pone de los nervios. Es una especie de bucle interminable que simboliza a la perfección la situación de la protagonista (incapaz de avanzar, incapaz de volver ella misma) pero que, desde la butaca, hacen que te vayas desesperando poco a poco,

Al menos no es una de esas películas de "interpreta tú lo que crees que ha pasado". En el cuarto de hora final por fin  tenemos respuesta. Y, de paso, Oshii nos regala una secuencia que nada tiene que ver con lo que nos ha mostrado hasta el momento (en una dirección bastante estática, todo hay que decirlo) y que, para qué negarlo, es lo que más disfruté de la película. Quizás porque soy una persona con gustos simples, que prefiere las escenas de acción de "Sucker Punch" a todos los momentos psicológicos por los que tanto cariño siente Snyder (y cuando vean "Nowhere girl" entenderán a qué me refiero)


De modo que todo se resuelve, tú piensas "ah, así que era eso" y te das cuenta de que la peli tiene sentido. Pero eso tampoco justifica el ritmo lento y cansino de la misma. Porque tampoco es que "Nowhere girl" descubra la pólvora. Es, simplemente, una historia sencilla contada de un modo que, al menos a mí, no me pareció especialmente atrayente. Quizás porque sigo teniendo "Avalon" y "Ghost in the shell" en la cabeza. Y a veces, las comparaciones son muy malas.