16/10/15


La fijación del Festival de Sitges por el cine asiático es harto conocida, con lo que es habitual ver cada año incluidos en la programación un buen número de títulos orientales, algunos relacionados con el género y otros no. Pero, ¡ey!, mientras sean buenas películas no seré yo quien se queje (al contrario, vaya que si lo agradezco) porque creo que ponerse demasiado purista es una tontería que no beneficia a nadie.

(Es igual que el otro día, cuando la organización intentaba justificar el premio a Oliver Stone,  diviendo que en sus inicios hizo una peli de terror, aparte de escribir "Conan", y que es un gran fan del género y bla bla bla. A ver,  a quién queremos engañar. Se le dio el premio porque es un gran director que además daba la casualidad de que estaba de gira por España en estas fechas.  Y estuvo genial,  y su master class fue interesantísima, y yo se los agradezco en el alma y no hay que buscarle tres pies al gato).


Pues bien,  "Coin locker girl" pertenece a esa clase de películas que no tienen nada que ver con el fantástico (es cine negro puro y duro) pero que es tan buena que me alegra mucho que esté presente en Sitges. Uno de esos dramas criminales duros, intensos, bien hechos, que tan magníficamente dominan los coreanos.

Nuestra protagonista es la "Coin locker girl" del título, un bebé abandonado en una taquilla de la estación y que de niña es vendida a la jefa de un pequeño imperio criminal en el que la regla básica está muy clara: se ocupará de ella...mientras le sea útil.  Cuando deje de serlo, la matará.  Así de claro, así de duro. Pero es que en el mundo criminal los sentimientos (como acabará descubriendo muy a su pesar la protagonista) son una debilidad que pueden acabar contigo.


La chica crece, se vuelve de armas tomar y se convierte en una de las mejores trabajadoras de "mamá", ya sea recolectando deudas, dando palizas o haciendo lo que sea necesario hacer (La dueña del negocio es una prestamista que, a los que no pagan sus deudas, los mata y vende sus órganos en el mercado negro, para recuperar así su inversión.  Y es que la banca siempre gana).

Pero claro,  si no hubiera conflicto no habría película.  Y en este caso los problemas surgen cuando nuestra protagonista se enamora del hijo de un moroso al que "mamá" manda asesinar. ¿Qué hará la chica? ¿Ser leal a su familia o hacer caso a su  corazón e intentar salvar la vida al joven que le ha mostrado por primera vez lo que es la ternura y le ha descubierto que hay un mundo ahí fuera mucho más grande de lo que ella jamás hubiera imaginado?

"Coin locker girl" es un drama que no hace concesiones al espectador. No esperen finales felices ni que todo se solucione por arte de magia. Al contrario, de forma muy realista, cada personaje termina pagando las consecuencias de las decisiones que adopta. Al final no se trata sólo del dilema de la protagonista, sino de todos cuanto la rodean: si la ayudan, si la traicionan, si huyen, si se quedan... Todo acto tiene consecuencias, y muchas veces se trata de consecuencias funestas.


Muestra del mejor cine coreano (en una edición de Sitges en la que la calidad de las películas asiáticas no pasará a la historia; no hay grandes obras maestras como en años precedentes) que conjuga una factura técnica impecable, grandes interpretaciones, una historia tan dura como atrayente y la constatación, una vez más, de que nadie sabe manejar tan bien esa mezcla de tensión y drama criminal como los coreanos. Merece muchísimo la pena.