5/10/15


¿Genialidad o tomadura de pelo? Estas parecen ser las únicas dos opciones posibles a la hora de valorar "Screem Queens", la nueva serie de televisión de Ryan Murphy. Por mi parte, tras ver los tres primeros episodios, tengo claro mi veredicto: Murphy se ríe con y de la audiencia.

A decir verdad, el popular creador televisivo (vale, también ha dirigido un par de pelis en el cine, pero teniendo en cuenta que la última fue ese engendro de "Come, reza, ama", mejor obviamos su vinculación con la gran pantalla) siempre me ha parecido un tipo de ideas interesantes que, a lo Álex de la Iglesia, pero más a lo bestia (y mira que es difícil), no tarda en hacerlas descarrilar a lo grande.


Su primera temporada de "Nip/Tuck", la serie sobre cirujanos plásticos, es fabulosa. La segunda, un poco menos (y soy generoso, porque sale Famke Janssen). La tercera, con asesino en serie, ya resulta delirante. Y a partir de ahí perdí el interés y sinceramente no sé ni como acaba.

Lo mismo me pasó con "Glee". Estúpida y superficial, sí, pero la primera temporada me lo pasé en grande, no voy a negarlo. En la segunda ya di algún que otro bostezo. La tercera, directamente, no la terminé. Más allá, ni sé cómo continuó la cosa, ni tengo ganas de enterarme.

Como no hay dos sin tres, me temo que "American Horror Story" sigue la misma dinámica. Una primera temporada algo fallida, pero interesante, con una historia de fantasmas, seria y bien armada. Una segunda temporada que ya daba más bandazos, pero aún así, aunque al final todo se descontrolaba, seguía siendo una historia mínimamente sólida. Pero a partir del tercer año las tramas dejaron de importar. Había una idea general, sí, pero la historia como tal no había por dónde cogerla. Giros, más giros, vueltas de tuerca, cambios de sentido... En realidad, en vez de una historia dividida en trece capítulos, parecía justo al revés. Que Murphy le había preguntado a la cadena cuántos episodios quería, y más tarde se encargaba de ir improvisando tramas hasta completar el cupo.


Y llegamos a "Scream Queen". Y aquí, como si se hubiera dado cuenta de que la vida es corta y que para qué andarse por las ramas, su creador decide saltarse la primera temporada bien armada y regalarnos desde el inicio una trama desquiciada y desquiciante que no hay por dónde cogerla. A ratos parece prima-hermana de "Aterriza como puedas", sólo que la peli de los Zucker tenía más sentido si cabe.

Si "Scream" caminaba por la fina línea que separa la seriedad de la parodia, "Scream Queens" se deja de sutilezas y se convierte en un vodevil que es imposible tomarse en serio. Sus protagonistas son simples caricaturas, personajes excéntricos que actúan con gracia (eso sí es cierto) pero sin que sus actos tengan el más mínimo sentido. Es un festival del humor exagerado y aberrante, muy en la línea de lo que le gusta a Ryan Murphy.


En tres capítulos han aparecido ya una chica sorda seguidora de Taylor Swift, cadáveres que desaparecen, chicas que mueren dando a luz en una fiesta mientras sus amigas van a bailar la canción que les gusta y ya si eso volverán más tarde, chicos gays que pertenecen a un club de gof, enfrentamientos entre jóvenes con bates y asesinos con motosierras con la música de los Backstreet Boys de fondo, chicas de una fraternidad que se llaman igual, diferenciadas únicamente por la numeración, una decana que impone las normas que le viene en gana, una mascota con forma de helado... y me estoy quedando corto. Es todo aún mucho más extravagante y absurdo.

Las actrices, eso sí, se lo pasan en grande, empezando por una Jamie Lee Curtis desatada y continuando por una Emma Roberts que no sabes si es así de mala actriz o se esfuerza por parecerlo, Lea Michele deseosa de salir lo más fea posible, Abigail Breslin dando rienda suelta a su vena payasa o a iconos populares como Ariana Grande o Nick Jonas saliéndose de su imagen habitual y pasándoselo en grande con sus cameos.


Ojo, como broma no está mal. Tiene gracia, y algunos de sus diálogos son sumamente divertidos. El problema llega a la hora de intentar ponerlo todo en perspectiva, como una historia unitaria. Porque en el fondo sigue el mismo planteamiento de una serie tan clásica como "Enredo", es decir, ser una soap ópera donde todo es posible. Sólo que "Scream Queens" no es "Enredo". O no debería serlo.

Con sólo tres episodios me queda claro que la serie podría durar 13 o 45, da lo mismo. Y que, a diferencia de "Scream", donde querías saber quién diablos era el asesino, aquí podrían revelarte que se trata del Pato Lucas o de Pumuki reencarnado que te daría igual. Porque tendría el mismo sentido que todo cuanto sucede en la serie.


Así que, lo admito, me parece una tomadura de pelo. Una lo suficientemente honesta como para tener claro que Ryan Murphy sólo se está divirtiendo, no puteando al personal, pero tomadura de pelo al fin y al cabo. Lo único bueno es que ha creado una nueva escuela: la serie que continúa pero en la que no pasa nada si te saltas algún capítulo. Porque no es que le puedas volver a pillar fácilmente el hilo, es que no hay hilo alguno. Sólo imaginación demasiado, demasiado, demasiado desbocada.