15/10/15


Guillermo del Toro es uno de mis realizadores favoritos. El genio mexicano además no se prodiga mucho dirigiendo películas, sacando una cada varios años, por lo que cada vez que llega una cinta dirigida por él es motivo de alegría y alborozo. Además, suele cambiar totalmente de registro; si hace dos años nos deleitó a todos con esa maravilla fanservice llamada “Pacific Rim”, ahora es el turno de retomar el terror, género que llevaba sin catar en la gran pantalla (los episodios de “The Strain” no cuentan) desde el año 2006 y la singular “El Laberinto del Fauno”.

 
Con “La Cumbre Escarlata” Del Toro nos traslada a finales del siglo XIX, a una historia dramática con fantasmas de por medio y una ambientación gótica que le sienta de maravilla al film. Ahora bien, quien busque una historia de terror es mejor que se espere a la siguiente entrega de “Paranormal Activity”, porque en “La Cumbre Escarlata” hay algún susto y hay también espectros, pero no es una película de “miedo”.


La historia nos pone en la piel de Edith Cushing (interpretada magistralmente por la genial Mia Wasikowska) una niña que de pequeña sufría apariciones de fantasmas y como consecuencia de esto decide escribir una novela. La joven es hija del magnate Carter Cushing (el veterano Jim Beaver). Víctima de la tragedia que no delataremos, la pobre Edith cae en los brazos de Thomas Sharpe (un inmenso Tom Hiddleston) e indirectamente en las de su hermana Lucile (asombrosa y macabra Jessica Chastain) que la integrarán en la familia y la llevarán hasta Inglaterra, donde todos sus miedos y pesadillas se reabrirán.


Sí, ya sé que no he contado gran cosa, pero es que no quiero destripar nada (y ojo al trailer, que cuenta demasiado) ya que “La Cumbre Escarlata” me ha gustado mucho precisamente por ser lo contrario a lo que me esperaba. Lejos del convencionalismo de las películas de terror de época, Del Toro nos mete en la piel de una muchacha que se ve superada en todo momento por una situación que no comprende y de la que no parece haber escapatoria, todo un descenso a la locura.

“La Cumbre Escarlata” tiene uno de los mejores trabajos de ambientación que he visto en mucho tiempo. El diseño de producción de la casa donde se desarrollan el grueso de los acontecimientos es exquisito y la banda sonora de Fernando Velázquez junto a la fotografía de Dan Lautsen consiguen que la casa sea un personaje más dentro de la trama, consiguiendo tapar algún que otro agujerillo del guion (ains, Guillermo cómo te gusta dejarlos por aquí y por allá).


Por último destacar que en el reparto encontramos también en un rol secundario al popular "Hijo de la Anarquía" Charlie Hunnam y al especialista Doug Jones, que da vida a algunos fantasmas y criaturas asombrosas.