4/2/15




Con 7 nominaciones a los Oscar de este año, Birdman describe muy gráficamente la eterna lucha entre el cine/teatro comercial de palomitas y refresco, y el cine/teatro mas serio e intimista, y que para algunos representa el auténtico séptimo arte. Lucha sin sentido, a mi entender, pues las salas son grandes y hay sitio para todos.

En la piel de Riggan Thomson, un maduro Michael Keaton se debate entre su deseo de recuperar la pasión que le hizo convertirse en actor y demostrar su valía, arriesgándolo todo, o coger el camino fácil volviendo a interpretar el personaje que en su día le dio fama y dinero, pero renunciando al prestigio y a su propia satisfacción personal.

Un original montaje, una escenografía muy lograda y cierto toque subrealista, son los instrumentos de los que se sirve Alejandro Gonzalez Iñarritu para mostrarnos, de forma divertida unas veces y con dureza otras, el backstage de los teatros neoyorquinos, la parte de atrás de Broadway, en sentido amplio, no solo de los escenarios. A esta labor contribuye en gran medida el trabajo de los actores, entre los que destacan, además del ya mencionado Michael Keaton, Emma Stone y un estupendo Edward Norton personificando mucho de lo que Birdman quiso pero no pudo ser.