9/10/18


"One cut of the dead" llegaba a Sitges con la etiqueta de película de culto instantánea, sleeper del año y lo que quieran añadir. No en vano hablamos de una película que costó 27.000 dólares, que inicialmente sólo se estrenó en tres o cuatro cines de Japón y a día de hoy sigue estando entre los diez títulos semanales que más dinero recaudan. O sea, expectación máxima. 

Entonces da comienzo y ves que la cosa va de un equipo de rodaje que está filmando una peli de zombis...hasta que se encuentra con zombis de verdad. Pero todo rodado de forma muy amateur, cutre, sin demasiado sentido del ritmo  Y te obligas a sonreír y a intentar profesar tu cariño por los responsables de la película, porque hacer un film sin dinero siempre es un gran mérito. Pero no lo voy a negar: por dentro me estaban llevando los demonios de lo encabronado que estaba.

Porque además es que pasaban los minutos y pensaba "¿de verdad van a conseguir estirar esto hasta los 100 minutos? La respuesta es no, no lo hacen. Y ahí empieza la genialidad de "One cut of the dead".



Resulta difícil escribir esta reseña, porque lo mejor que pueden hacer es enfrentarse a la película sabiendo lo menos posible. Pero lo que no quiero es que la premisa les tire para atrás, porque estamos ante uno de los títulos del año (y les juro que no exagero). Está muy bien pensada y maravillosamente ejecutada, demostrando que las buenas ideas siguen pesando mucho más que los presupuestos millonarios.

Cada vez resulta más difícil que una película me sorprenda (no es que yo sea muy listo, es que cuando has visto miles y miles de films, se va haciendo más fácil adivinar lo que va a pasar a continuación). Pues bien, ésta lo consiguió. Hasta el punto de que mi enfado inicial se tornó primero en incredulidad, luego una sonrisa, luego una sonrisa más amplia, carcajadas y dejarme las manos aplaudiendo al final de la película.


"Once cut of the dead" es arriesgada. Muy arriesgada. Porque lo hila todo de un modo tan maravilloso que, si aguantas hasta el final, el resultado es muy satisfactorio, pero también es cierto que corres el riesgo de perder espectadores durante el camino. Una vez más, les ruego que no lo hagan. Aguanten el tramo inicial porque ya no es sólo que descubrirán que vale la pena, es que es imprescindible para entender el conjunto. Sigo intentando sortear el tema de los spoilers, pero como símil se me ocurre que su estructura es muy parecida a la de la cuarta temporada de "Arrested development". Sólo que mucho mejor construida.

La película de Shinichirou Ueda (también guionista y montador de la cinta) es un canto de amor al cine. No sólo al género del terror y de los zombis, sino al cine en general. Resulta increíble y gratificante comprobar cómo una producción pequeña sobre muertos vivientes puede ser al mismo tiempo divertida e inspiradora. Al terminar la película, te dan ganas de hacer cine. Porque a pesar de las dificultades, a pesar de todo lo que puede salir mal, a pesar de los múltiples quebraderos de cabeza, el resultado final siempre merece la pena.



Como digo, no voy a hablar demasiado del argumento, porque gran parte de la gracia consiste en lo que descubran por ustedes mismos. Pero sí les hablaré de la reacción del público: una ovación al finalizar la película que duró casi 10 minutos, con todos los espectadores puestos en pie, aplaudiendo al equipo de la película presente en la sala. Sí, sé que el público de Sitges es muy agradecido. Pero créanme: no tanto. En realidad es muy exigente, así que, en diez años, he visto esta reacción sólo en contadas ocasiones. Es la mejor carta de presentación posible para el film.

"One cut of the dead" es divertida, encantadora e inteligente. Y además enseña el mejor movimiento de autodefensa de la historia (¡Pum!) así que no se le puede pedir más. Bueno, que alguna distribuidora española se haga con la cinta y no tarde en estrenarla. Si llega a la gran pantalla, yo seré el primero en pasar por taquilla.

Por una vez, el hype estaba más que justificado. Obra maestra.