4/11/17


Esto se acaba. Última jornada, que más bien pareció un epílogo, sobre todo después del listón tan alto que dejó el día anterior. Un día sin grandes películas lo que, unido a la tristeza de tener que decir adiós a Sitges (ya les he dicho que uno tiene sentimientos encontrados; quiere que acabe todo y no quieres que acabe nunca) me dejó un regusto agridulce.

Paradójicamente la primera película del día, "The Lodgers", es la cinta de la gala de clausura. A ver, tiene sentido, sobre todo porque después vino la rueda de prensa y es un poco absurda darla sin que nadie haya visto el film (es algo habitual en todos los festivales).


Es "The Lodgers" (una pequeña historia sobre maldiciones en una casa alejada) una buena película? Sí. ¿Es material para la clausura? Lo siento, pero no, sobre todo cuando este año comenzamos fuerte con "La forma del agua".

Quiero decir, la peli de Brian O'Malley está muy bien rodada, sabe sacar partido a sus recursos (es un film de bajo presupuesto), la atmósfera es cojonuda y David Bradley y Charlotte Vega están geniales. Pero en conjunto es una historia demasiado pequeña como para tener el honor de clausurar Sitges. A mí, siento decirlo, me supo a poco (aunque visto lo que se ha proyectado en ediciones anteriores me doy con un canto en los dientes, que aún me acuerdo de esa cosa, "Into the forest", con la que nos castigaron no hace mucho. Qué puto horror).


Lo mismo que he dicho de "The Lodgers" sirve para "The Brink", cinta oriental adrenalínica (ya las echaba de menos, que este año aún no había logrado ver ninguna de esa clase en el festival) sobre poli decidido a hacer lo que haga falta para capturar a unos contrabandistas de oro. A ver, te lo pasas bien, es entretenida y se olvida con una facilidad pasmosa.


Un poco mejor es "What happened to Monday?", cinta distópica con Noomi Rapace dando vida a siete hermanas gemelas distintas en un mundo en el que uno no debería tener hermanos, con lo que básicamente lo que hacen es turnarse para vivir una única vida (de ahí que sus nombres sean Monday, Tuesday, Wednesday...). Pero claro, cuando una de ellas desaparece, el resto de hermanas se ponen nerviosas, sobre todo cuando queda claro que alguien va a por ellas...

La película es curiosa y entretenida. Y punto. No sé, quizás a estas alturas ya estoy cansado o quizás aún sigo pensando en las cintas del día anterior, pero lo cierto es que tampoco me quedo maravillado. Porque una vez pasados los primeros minutos, con su original planteamiento, el resto de la peli es bastante convencional, con buenos muy buenos, malos muy malos y alguna que otra sorpresa que, a poco que seas amante del género, ves venir de lejos.


Pero oye, que la cosa no está nada mal. Y además se dejan ver en la cinta Willem Dafoe y Glen Close, dos de esos actores realmente buenos que de vez en cuando coquetean con productos más comerciales que a priori no les pegan ni en pintura (lo de Dafoe viene de más atrás, que para algo fue el Power Ranger...digo El Duende Verde del Spiderman de Raimi, pero ver a Close en cintas como ésta o "Los guardianes de la Galaxia" la verdad es que me tiene totalmente descolocado, para qué negarlo. Pero bueno, imagino que todo el mundo tiene derecho a pasárselo bien...y a cobrar un buen cheque por un papel que no les exige ningún esfuerzo. Quién soy yo para criticarlo).

Y llegamos a la parte más dura, porque la última película que vi en Sitges, técnicamente hablando, fue "The Super"...aunque "ver" no se ajusta demasiado a la realidad.


Hablemos claro, "The super" es un subproducto. Uno de los peores que yo he visto en Sitges en una década que llevo viniendo al festival. Una peli de Antena 3 de sobremesa, pero en malo y con Val Kilmer demostrando que si alguna vez fue un buen actor, esos tiempos han quedado muy, pero que muy atrás.

La cosa es que tenía entrevista concertada (con los directores de "Leatherface") que casi me coincidía con el final de la película (que encima empezó tarde), así que yo estaba muy nervioso, porque odio irme de la sala antes del final (no lo hago jamás) y porque temía perderme los últimos minutos de algo bueno. Bien, gracias al cielo mis preocupaciones se desvanecieron muy rápidamente. Creo que no tardé ni 20 minutos en darme cuenta que la peli era tan mala que no iba a pasar nada por echarme a dormir. Y cuando me desperté, media hora más tarde, decidí que para qué seguir pasándolo mal y me fui a tomar un café y esperar pacientemente a que fuera mi turno para la entrevista.

Creo que con esto está todo dicho. Podría hacer un esfuerzo por intentar explicarles de qué iba la película, pero no voy a desperdiciar mi tiempo ni el suyo. Infame.


Tanto me duele acabar la última crítica de Sitges con esta película que he decidido añadir una más que no vi en Sitges (era la peli sorpresa de un maratón para el que no tenía entrada...ni cuerpo para resistir toda la noche) pero sí en San Sebastián. Me refiero a "The disaster artist", esa maravilla de James Franco sobre el rodaje de la película "The room".

"The disaster artist" es divertida pero no irrespetuosa. Lo que es difícil centrándose en una película tan rematadamente mala como "The room" y en un personaje tan estrambótico como Tommy Wiseau. Pero James Franco sale del embolado y con nota, detrás y delante de las cámaras. Si la película es genial, su interpretación de Wiseau es sencillamente magisttral. Si no le nominan al Oscar será uno de los mayores escándalos de la década (si por mí fuera, directamente le daría la estatuilla).

"The disaster artist" sí es un buen modo de concluir el resumen de Sitges 2017. Un festival mítico que cumple 50 años (que se dice pronto) y al que llevo acudiendo desde hace más de una década.


Seré sincero: no sé si volveré el año que viene. No sólo porque estoy algo cansado (no del festival,  es el lugar en el que he pasado algunos de los mejores días de mi vida, gracias a una programación de primera...y un equipo humano de matrícula, tanto cuando era sólo un aficionado como en los años que he venido acreditado). Pero es que 10 años son muchos años.

Además, y he aquí la última bomba, ni siquiera sé que va a pasar con la web. Los lectores asiduos saben que a lo largo de los años hemos pasado por malos momentos (básicamente porque servidor escribe el 95% de los artículos...y a veces la vida real se interpone en tu pasión). Y ahora, justo al terminar Sitges, me he embarcado en un proyecto de televisión como director (la primera vez que dirijo un programa, bien por mí) que me mantendrá alejado de todoocio3d al menos los próximos 8 meses.


Así que, ya ven, el futuro es incierto. En cualquier caso ha sido un auténtico placer. No sé, quizás si todo sale bien podamos relanzar la página con Sitges 2018 (sería la leche). Si no como profesional (que entiendo que no pueden acreditar a cualquiera, sobre todo cuando está 8 meses fuera del mercado) sí como fan...si finalmente voy a Sitges.

En cualquier caso ustedes sí deberían ir. Es el primer festival de cine al que acudí en mi vida, porque ya entonces sabía que tenía algo mágico, especial, único. 10 años después sé que no me equivoqué. Y sigo pensando lo mismo. De modo que, pase lo que pase, gracias por todo, Sitges. Por esta edición, por las últimas 10, por las diez siguientes.