26/10/17


Este año vamos a hacer las cosas de un modo un poco distinto. Sí, seguiré hablando de algunas películas de forma individual, pero creo que es mejor retomar al formato de resumen del día (que ya usé hace un par de años) para intentar dar una imagen más general de lo que es (ha sido) este festival de Sitges.

Vamos al lío. El festival comenzó su 50 edición por todo lo grande, con el estreno de la última película de Guillermo del Toro "La forma del agua". Un cuento de hadas adulto con unos personajes algo estereotipados, para qué negarlo, pero que resultan tan entrañables que resulta imposible no encariñarse con ellos. Esta historia de amor entre una mujer muda y una criatura marina está llamada a ser uno de los grandes títulos de la temporada.


(No puedo evitar ser un poco puñetero. La película es fantástica, está muy bien dirigida, el casting es acertadísimo...pero escuchar a Guillermo del Toro decir que "le pedí a los responsables que la criatura no se pareciera a la Criatura del Lago Negro ni al Abe sapiens de Hellboy"... Guillermo, tío, te tangaron, porque es UNA MEZCLA EXACTA DE AMBOS SERES).

En comparación, "Jackals" es una peli menor. Mucho menor. Seamos sinceros, si no la ves en Sitges la cosa no pasa de mediocre, pero ya saben que aquí uno se deja llevar mucho por el ambiente. 


De modo que seré benévolo con esta película sobre un desprogramador de sectas que intenta ayudar a un chico en una cabaña en medio de la nada (eso nunca es una buena idea), pero que descubre que sus antiguos compañeros no están muy por la labor de ir perdiendo adeptos. "Jackals" es una peli de atmósfera, oscura, con sangre, asesinatos y actores de esos cuyas carreras están un poco enterradas, como Stephen Dorff y Debeorah Kara Unger, pero que servidor (que ha desperdiciado muchos años de su vida viendo pelis de todo tipo, la mayoría de ellas mediocres) aún recuerda con cariño. Más allá de eso se ve y se olvida con una facilidad increíble.


Y eso que adoro las historias de sectas. Pero para eso ya está la fantástica, maravillosa, increíble "The endless", una de las grandes sorpresas de este Sitges. Y eso que comienza como una peli de sectas (dos hermanos que formaron parte de un culto pero que, aunque llevan ya unos cuantos añitos fuera, deciden volver a visitar a sus antiguos compañeros porque uno de los hermanos no termina de adaptarse a su nueva vida) pero pronto se convierte...en otra cosa.

Es imposible hablar en profundidad de "The endless" sin arruinar la experiencia al espectador, así que me morderé la lengua y sólo diré que es divertida, ingeniosa, fantástica (en todos los sentidos) y, sobre todo, que no te la ves venir. Su parte final es delirante. Eso sí, para disfrutarla del todo recomiendo haber visto antes "Resolution", ya que los directores (y al mismo tiempo protagonistas) Justin Benson y Aaron Morhead no sólo repiten universo...sino los mismos papeles que ya interpretaron (brevemente) en su ópera prima.


Dicho de otro modo, se entiende perfectamente por sí misma, pero "The endless" tiene algunos chistes ocultos que sólo se aprecian si has visto también la otra película. En cualquier caso, como digo, es una película de las de levantarse y quitarse el sombrero.

Este año decidí no cometer los errores de otras ediciones e intentar descansar un poco más, así que sólo me dio tiempo a ver una película más en esta primera jornada: "Tokyo Vampire Hotel" del inclasificable y genial Sion Sono.


El "Tokyo Vampire Hotel" que se vio en Sitges es en realidad la versión cinematográfica de la serie que Sion Sono hizo para Amazon Japon, Es decir, 10 horas de material al que se le ha metido mucha tijera para dejarlo en dos. ¿El resultado? Demencial, delirante y todo cuanto se quiera decir. 

Verla a la 1 de la mañana desde luego tampoco ayudó, pero creo que ni viéndola totalmente descansado me habría enterado más de esta historia llena de asesinos, vampiros, cultos secretos y un hotel que a ratos parece "La que se avecina" pero en versión gore. ¿Me gustó? Mucho, pero es que yo con Sion Sono no soy nada objetivo.


"Tokyo Vampire hotel" era la primera peli de un maratón de tres, pero en cuanto acabó y dije eso de "what the fuck" me levanté y me fui al hotel a dormir unas horas. A veces hay que saber retirarse a tiempo.