8/10/17


El "problema" de crear una obra maestra del cine es que, pase lo que pase, siempre acabarán refiriéndose a ti como "el director de...", y que las comparaciones terminarán siendo inevitables (aunque lo bueno es que se puede vivir prácticamente la vida entera de una obra maestra y mantener el estatus. Y si no que se lo digan a Copppola, que lleva casi tres décadas sin hacer una película medianamente digna, pero sigue siendo uno de los grandes porque "El Padrino" es mucho Padrino...)

De modo que aquí estamos para hablar de "C'est la vie!", la nueva película de Olivier Nakache y Éric Toledano...que son los directores de esa joya que fue, es y será "Intocable". Y dentro de 15 años seguirán haciendo películas (o eso espero) y muchas serán buenas (o eso deseo), pero seguirán siendo los directores de "Intocable". Porque los seres humanos, yo el primero, somos así.


Afortunadamente Nakache y Toledano, que no son tontos, han decidido que lo mejor para poner distancia es hacer películas diferentes a la que les encumbró a la fama. Ya lo era "Samba" y lo es la cinta que aquí nos ocupa, que se mantiene dentro del género de la comedia, pero alejada de la profundidad de la historia que compartieron Omar Shy y Françoise Cluzet (el "Dustin Hoffman francés").

En esta ocasión los directores se adentran en el terreno de las bodas, a través de los ojos (muchos ojos) de los integrantes de una empresa encargada de organizar convites (desde la música hasta la fotografía, pasando, cómo no, por el catering). Sólo que en esta ocasión les toca además ir vestidos con pelucas, al estilo siglo XVIII, y lidiar con un novio que es bastante gilipollas, para qué negarlo. 


La historia, tras un pequeño prólogo (excepcional), se centra en las horas que van desde que los empleados llegan a la finca en la que va a tener lugar la celebración hasta el momento en que ésta acaba, al día siguiente. Menos de 24 horas que sirven para hacer un retrato de todos los problemas que se pueden presentar en este tipo de eventos, obviamente exagerados (aunque no tanto como la gente se pueda pensar, que tengo amigos que trabajan en estas cosas y me han contado historias para no dormir).

Seguro que Ken Loach habría aprovechado la ocasión para hacer un drama sobre las condiciones laborales de estos pobres trabajadores y los sinsabores de sus vidas. Pero afortunadamente ni Nakache ni Toledano son Loach, y prefieren centrarse en hacer una película divertida, llega de pequeños gags de esos que, sin hacerse reír a carcajadas, sí que hacen que mantengas todo el rato la sonrisa. 


Porque "C'est la vie" habla de seres humanos, de sus conflictos, sus manías, incluso toca temas sociales pero, no nos engañemos, tampoco es que profundice demasiado en ninguno de los protagonistas, que quedan marcados (perfectamente marcados, que conste) con un par de rasgos. Tenemos al jefe hastiado, el dj chulesco, la encargada con problemas de temperamento, el inmigrante que sólo dice obviedades (uno de los mejores running gags del film), el empleado torpe... Y así hasta más de una decena de personajes que componen esta historia coral tan simpática como divertida.

Es curioso, porque la verdad es que mientras la estás viendo piensas que la película es entretenida, sí, pero que tampoco es para tanto (vamos, que no tiene destellos de genialidad). Pero justo cuando está acabando, cuando los trabajadores comienzan a despedirse hasta la siguiente celebración, descubres que en realidad te importan y te caen bien. Que han calado más en ti de lo que realmente creías. Que durante cien minutos has estado completamente volcado en la historia y en sus protagonistas, y que los vas a echar de menos. Y ahí es donde se nota la maestría de sus responsables.


"C'est la vie!" es una comedia que, sin perder la ocasión de introducir gags y jugar con los tópicos, logra añadir a la mezcla ese ingrediente mágico que es lo que separa a las buenas de las malas películas: el alma. La cinta tiene alma, tiene ese no sé qué que es imposible de explicar, pero que es lo que hace que el espectador al final se sienta cómplice de lo que está saliendo en la pantalla. Que, más allá de reírse ante ciertas situaciones y sorprenderse por otras, lo más importante es que al final nunca pierda el interés. 

Todo ello sazonado con momentos impagables como el del globo, la búsqueda incesante de un pretexto, ese fotógrafo gorrón que al final es quien más provecho le saca a la celebración (y hasta aquí podemos leer), el recurso de los hojaldres y un sinfín más de divertidas ocurrencias que convierten a "C'est la vie!" en un título de obligado visionado y disfrute, que por si fuera poco tiene un elenco inspirado no, lo siguiente (Jean Pierre Bacri, Gilles Lellouche, Vincent Macaigne, Jean-Paul Rouve, Eye Haïdara...todos, sin excepción, lo bordan).


De modo que sí, la película me ha puesto de buen humor y  me deja deseoso de saber ya cuál será el nuevo proyecto de Olivier Nakache y Éric Toledano. Ya saben, los directores de "Intocable"...