23/11/16


¿Puede ser una cinta de ciencia ficción como "The arrival" (La llegada) la mejor película del año?  ¿Supone el film de Denis Villeneuve una absoluta renovación del género? ¿Estamos ante una obra maestra sin paliativos?

La respuesta es no, no y no. 

Una vez pasado este pequeño anti-clímax, es necesario decir que, si bien no comparto el nivel de alabanzas generalizado que la crítica le ha dedicado a la película, sí que estoy de acuerdo en que "The arrival" es muy, muy buena. Pero no tan buena. O a lo mejor es que no logré conectar con ella a un nivel tan personal o intenso como el resto de la gente, que todo puede ser. Pero vamos, que la he visto dos veces (San Sebastián y Sitges) y en ambos casos he salido satisfecho, pero preguntándome exactamente qué es eso que fascina tanto al personal.


No empecemos la casa por el tejado y hablemos primero, como es habitual, de su argumento. La película sigue a la doctora Louise Banks, una lingüista a la que los militares contactan con una misión muy concreta: tratar de entender qué diablos están intentando decir los extraterrestres que, de buenas a primera, han aparecido en el cielo repartidos por distintas ciudades de todo el mundo.  ¿Son amigos, enemigos, están aquí de turismo...?

Y eso, que la buena mujer se pone manos a la obra. Pero como esto no es "Independence Day" (a Dios gracias), la cosa no va de gente que se dispara ni de extraterrestres malvados intentando quedarse la Tierra como souvenir. Aviso para navegantes: no importa lo que hayáis podido imaginar tras ver el trailer, ésta no es una película de acción. Es más, brilla por su ausencia. Sólo hay gente que habla y reflexiona sobre las cuestiones importantes de la vida. Que está muy bien.,,pero mejor que vayan prevenidos.


Pasemos a hablar de los puntos fuertes de la película. En primer lugar, la banda sonora de Jóhann Jóhannsson que, él sí, puede empezar a ir seleccionando traje para la ceremonia de los Oscar, porque será uno de los cinco finalistas. De un modo más que merecido, añado. "The arrival", sin su música, ya no sería "The arrival". Y la voz en off de la protagonista correría el riesgo de resultar algo pedante (ay, lo que hace una banda sonora bien elegida...)

En segundo lugar otra que está estupenda es Amy Adams. Pero eso tampoco tiene mucho mérito porque la señorita Adams siempre está estupenda (sí, hasta cuando hace de la Lois Lane más torpe de la historia, qué coño). De nuevo tiene muchas papeletas para conseguir su enésima nominación al Oscar (que no el galardón). Y ojo, que la cosa tiene su mérito, porque lo cierto es que tampoco tiene tantas escenas de lucimiento. Hace el papel de persona normal...lo que siempre resulta extraordinariamente difícil (ahí está Jeremy Renner, que también intenta parecer un tipo ordinario...y al final casi que te olvidas de que está por ahí, porque no es que rebose carisma precisamente).


(Por no hablar de Forest Whitaker, que hace, una vez más. de Forest Whitaker. En serio, que del trío protagonista sea el único que ha ganado un Oscar demuestra que la victoria de Donald Trump no es la única cosa inexplicable que ha sucedido este siglo en Estados Unidos).

Siguiendo con la enumeración, tenemos el excelso trabajo detrás de la cámara de Denis Villeneuve, posiblemente el director más en forma de la actualidad ("Enemy", "Prisoners", "Sicario"). Su trabajo es tan, tan bueno, que ha conseguido algo casi imposible: que vuelva a tener fe en la secuela de "Blade Runner", que le tendrá a él detrás de las cámaras. Sí, podríamos detenernos en hablar de sus planos, de la planificación de las secuencias...vamos a saltarnos esa parte y dejárselo a críticos más sesudos. Yo lo resumo en que lo hace todo bien.


Pero, más allá de ello, el resto no brilla tanto. Sí, que Eric Heisserer, culpable de cosas como el remake de "Pesadilla en Elm Street", la precuela (precuela, dicen, cuando todo el mundo sabe que era un remake encubierto) de "La cosa", "Destino final 5" o "Nunca apagues la luz" sea capaz de sacarse de la chistera un guión tan sutil, tan hermoso, tan poético, es como para ponerse en pie y aplaudir al chaval. Claro que tampoco hay que pasarse, porque es uno de esos guiones-trampa que lo mismo terminan en película de culto (gracias a Villeneuve) que en telefilm de Antena 3 de primera hora de la tarde.

"The arrival" es interesante, pero demasiado fría y hermética a ratos. A lo mejor el problema es que tiene similitudes con "Interstellar", que es otra de esas cintas que a todo el mundo le encantan y a mí me parece un bluff en toda regla (como casi todo lo que hace Christoper Nolan en los últimos tiempos). Pero si a Nolan le dieron 150 millones y manga ancha para rodar escenas espectaculares en medio de su melodrama familiar, a Villeneuve le han dado sólo un tercio y le han pedido que se quede sólo en la parte de los sentimientos, los pensamientos y las emociones. Y ojo, que en comparación hace un trabajo infinitamente mejor.


Como ven, mi crítica ha sido bastante positiva. Ya les dije al principio que la película me gustó, y mucho. Lo que me sorprende es la reacción tan entusiasta que ha despertado en mucha gente, como si fuera lo más grande desde la invención de la rueda. Tampoco nos pasemos. Es una historia interesante que combina conceptos como la importancia del lenguaje, la teoría de factores de suma cero (eso me dejó impactado) y otros conceptos que no puedo poner sin revelar aspectos claves de la trama, así que seré bueno y permaneceré calladito.

Pero, en último extremo, es una película de ideas. Demasiado cerebral para mi gusto. Intenta ser emocionante (en el sentido de tocarte la fibra) y a ratos está a punto de lograrlo, pero hay algo que no termina de encajar. Es lo que la separa, por ejemplo, de esa obra maestra que es "Lost in translation". No puedo explicar por qué, pero esa película me llegó y "The arrival" no. Quizás porque, en una cinta que presta tanta atención al tema del lenguaje, acaba fiándolo todo a un idioma que parece haber encandilado al resto del mundo, pero en el que a mí se me escapan palabras claves.