21/10/16


Como el tiempo es oro, vayamos al grano: "Train to Busan" no sólo es una gran película sino que, a juicio de un servidor, es la película del año. Así de simple. Si querían una opinión directa, aquí lo tienen. A partir de aquí sólo me queda explicar por qué el film me fascina tanto.

Directores japoneses, chinos o coreanos (como en el caso que nos ocupa)...da igual. Está claro que el cine asiático está viviendo un gran momento y que los mejores títulos actualmente provienen de los mercados orientales. Sólo hay que echar un vistazo a la programación de este Sitges (tranquilos, que lo haremos) para ver que en la lista de lo mejor del festival aparecen cintas como "The handmaiden" o "The wailing", a la que habría que sumarle el thriller de espías "The age of shadows", que si bien no es el mejor trabajo de Jee-woon Kim (el director de "I saw the devil"), le da mil vueltas al trabajo de la mayoría de directores de Hollywood.


Y en medio de todo esto aparece "Train to Busan", el debut como director de imagen real de Sang-ho Yeong, que se ha cascado un blockbuster modélico que no sólo arrasa en taquilla sino que tiene a la crítica haciendo palmas con las orejas, como lo demuestra su reciente victoria en Sitges en la categoría de mejor director.

El planteamiento de la película es sencillo: zombis en un tren. Se desata la plaga, unos cuantos muertos vivientes se introducen en la locomotora que va hacia Busan (¿a que no se lo esperaban?) y ahí tenemos a un nutrido grupo de protagonistas tratando de conservar la vida. Ni más ni menos. Pero menudo espectáculo, madre de Dios. Una bofetada en la cara a los responsables de películas como "Guerra mundial Z" (sí, estos zombis también corren que se las pelan, pero cuando aparecen causan mucha más impresión que en la a ratos risible película de Brad Pitt) o incluso "Serpientes en el avión" (en el sentido de que sí que se puede hacer una película intensa en un espacio reducido...pero para ello hace falta tener claras las cosas).


En realidad, "Train to Busan", lejos de resultar innovadora, aplica la fórmula que tan buen resultado le ha dado a los asiáticos en los últimos años, esto es, mezclar drama familiar con amenaza sobrenatural, como ya sucedía en "The host" (aquí los protagonistas son un padre y su hija pequeña, a la que el progenitor no le presta la atención que se merece). Le añadimos un poco de "Snowpiercer" (por el tema del tren) y unos personajes carismáticos y nada, ya tenemos dos horas de adrenalina pura con unas escenas de acción espectaculares que se combinan con momentos intimistas que resultan igual o incluso más interesantes. 

Posiblemente lo más sorprendente de la película sea que esté a cargo del citado Sang-ho Yeong, que es un tipo que nos tenía acostumbrado a películas de animación de lo más intensas y malrrollista, como "King of pigs" o "The fake". Películas de esas que cuesta olvidar, y en las que el buen hombre lo mismo trataba el acoso escolar que la corrupción, los malos tratos o los tejemanejes de un cura poco ortodoxo.


Acostumbrado a sus películas, terriblemente duras, resulta curioso verle ponerse al frente de este "Train to Busan" (el guión también es suyo) que, sin ser una fantasía made in Hollywood (los asiáticos siempre son crueles con sus personajes, más incluso que George R.R. Martin) sí que es cierto que es una película mucho mas "light", más pensada para el gran público, sin escenas especialmente incómodas.

Pero claro, cuando uno "se vende" de este modo, creando una película de acción tan majestuosa, poniendo en marcha un espectáculo de primer nivel, no hay más remedio que quitarse el sombrero y aplaudir la capacidad de esta clase de directores por cambiar de registro sin poner en cuarentena su talento. Ya les dije que, a falta de un término más erudito, me había flipado. Muchísimo. Es una gozada,.


Tenemos antihéroes, niños, jóvenes y el villano de turno. Escenas llena de tensión en los pasillos del tren, con los protagonistas tratando de no ser detectados por unos zombis cuyos oídos funcionan mejor que sus ojos. Hay un par de "set pieces" majestuosas, de esas que no te cansan de ver una y otra vez (en especial dos que casualmente se desarrollan fuera del tren)... en serio, ¿qué más se puede pedir?

Bueno, ya puestos, yo le pediría a la gente que vaya al cine a verla, que la distribuidora A contracorriente films ha decidido estrenarla en nuestro país el próximo mes de enero. Sé que hay mucha gente que, al ver que los protagonistas son asiáticos y no americanos, se lo pensarán dos veces. Es el mayor error que pueden cometer. Porque "Train to Busan" no sólo no tiene nada que envidiar a las grandes superproducciones yankis sino que, siendo sinceros, éstas podrían aprender un par de cosas de la película que nos ocupa.