13/8/16


John Grisham, abogado, comenzó escribiendo novelas de abogados. A Dan Brown lo que le van son los enigmas y de ahí toda la saga protagonizada por Robert Langdon. Stephen King casi siempre hace que sus novelas transcurran en su Maine natal. Y aunque sólo lleve dos novelas, si hay alguien que no se haya dado cuenta de que lo de Ernest Cline son los videojuegos clásicos, es que no se ha molestado ni en leer la contraportada de sus libros.

Me es imposible hablar de "Armada" sin hacerlo antes de "Ready Player one", la novela con la que debutó. Tengo que admitirlo, mi interés por el libro surgió al saber que Steven Spielberg pensaba llevarlo al cine. Al leerlo, descubrí a un autor que, seamos sincero, no tiene un gran talento, pero derrocha pasión por lo que está contando y que fue capaz de crear una historia que fluía con mucha soltura, que era muy fácil de leer y que, a pesar de que no me pareció una obra maestra ni de lejos, sí que me divirtió.

Esa es la palabra: diversión.


Sé que muchos me lapidarán por esta comparación, pero Ernest Cline me parece a la literatura de evasión lo que Rob Liefeld al mundo del cómic. Un tipo con muchas limitaciones pero tan feliz con su trabajo que esa alegría termina por resultar contagiosa (es decir, Liefeld dibuja fatal, pero hay que reconocerle que disfruta con lo que hace, que su forma de ser no es una pose. Admito que al menos yo empiezo a estar un poco harto de esa postura de "genio malhumorado" estilo Alan Moore, que parece que siempre te está recordando que eso que escribe es mierda muy por debajo de sus posibilidades, destinada a aficionados tontos sin gusto).

De modo que cuando salió al mercado "Armada", la segunda novela de Ernest Cline (publicada en España por Nova) no tuve ninguna duda en que terminaría por comprármela ya que sabía que, cuanto mínimo, sería una lectura amena. Y tenía curiosidad por saber si el novelista había evolucionado con respecto a su primer trabajo.

¿La respuesta? Pues no mucho, la verdad. En cierto sentido ha involucionado. Cline cambia futuro distópico por invasión extraterrestre en el momento actual, pero salvo eso, en realidad es todo más de de lo mismo. Mismo esquema, mismas referencias culturales, muchos videojuegos, una trama tan simple que parece diseñada por un adolescente y una escritura fresca, que no buena. Dicho de otro modo, entretiene, pero dudo que vayan a enseñar este libro jamás en ningún máster de escritura.


La trama sigue al joven Zack, un chico cuyo padre murió siendo un niño y que se pasa todos los días jugando a un videojuego muy realista en el que tiene que repeler una invasión extraterrestre. Pero como estas cosas no suceden al azar, pues sí, resulta que la invasión es real y se va a producir en 24 horas. Y como él, claro está, es uno de los 10 mejores jugadores, lo reclutan casi a la fuerza y se lo llevan a la luna para que controle remotamente drones con los que intentar repelir la invasión.

¿El concepto mola? Sí. Mola ahora y mola cuando inventaba historias similares a los 14 años. Pero lo que uno debe pedir a un escritor es que sea capaz de hacer algo "guapo" pero con estilo. Si no, parece el trabajo de un amateur entusiasta. Que es lo que sinceramente me parece Ernest Cline, por más que a él le de lo mismo mi opinión (hace bien) y tenga calambres en los dedos de contar billetes mientras que yo sigo en mi casa, escribiendo artículos como éste.


No quiero dar la sensación de ser el típico snob al que no le molan las historias de aventuras. ¡Me fascinan las historias de aventuras! Pero lo que diferencia "Armada" de, por ejemplo, "Parque Jurásico", es que la novela de Crichton estaba condenadamente bien escrita, porque el cabrón tenía talento. Cline, por su parte, tiene entusiasmo, sabe sacar partido a sus propios gustos y hacer una historia muy universal. Pero no es Stephen King. No es J.K. Rowling. 

Dicho de otro modo, Spielberg lo tiene que hacer muy mal para que su película no supere con creces la novela en la que se basa.

Y "Armada" (que, insisto, es peor que el otro libro) no es más que un catálogo de obsesiones del autor y una vuelta de tuerca al revival ochentero que vivimos, No es ya que muchas de las situaciones, personajes y lugares nos suenen... ¡¡es que directamente admite de dónde los ha sacado!! Básicamente (y esto se puede entender como un pequeño spoiler) se saca de la manga la teoría de que llevan treinta años preparándonos para la invasión con películas y videojuegos molones. Así que lo mismo puede hablar de "Encuentros en la tercera fase" que de "Star Wars" y meter cientos de referencias, homenajes o como lo quieran llamar (a lo que hay que añadir una "banda sonora" repleta de temas clásicos. Me juego al cuello que son las canciones que el autor escuchaba siempre).


La novela tiene todo lo que imaginas que va a pasar en una de estas historias. Sorpresas, regresos inesperados, personajes "molones", batallas, un plan a la desesperada... e, insisto, me divertí leyéndola, porque es lo que se podría considerar "placer culpable". Pero de ahí a decir que es una buena novela, va un trecho (pero al menos es mejor que "La chica del tren", ese bestseller que me demuestra que el mundo va en una dirección y mis gustos en otra, porque me parece incluso mucho peor escrita que el caso que nos ocupa).

Resumiendo, "Armada" es una novela de esas que a mí me habría dado cierto reparo escribir. Porque hay situaciones y giros que más vales que creas realmente en ellos, porque si se te ve el rejo de la duda, la gente podría sacarte los colores, de tan rocambolesco, absurdo y cogido con pinzas que está todo. Pero Ernest Cline cree en su historia, la defiende, y ese sentimiento "naif" le ha catapultado al éxito. Me alegro mucho por él. Ojalá en vez de estancarse en lo que sabe hacer, decida presionarse a sí mismo y mejorar como novelista.


En cualquier caso, tampoco lo escondo, cuando haya tercera novela la volveré a comprar. Porque entra fácil, porque es divertida y porque, si decides que no vas a ser demasiado duro en tus juicios, tiene su gracia. No es lo mejor que he leído, eso es cierto. Pero tampoco es lo peor. Y además tiene naves espaciales y no es nada pedante. En los tiempos que corren, me parecen dos razones de peso para apostar por el libro.