8/7/16


Siempre me ha fascinado el tema de en qué momento la carrera de un actor o actriz de éxito se va al garete. No me refiero a cuando Hollywood simplemente se olvida de ti (Geena Davis, Brendan Fraser) o cuando eres tú quien decide que lo de rodar ya no es una prioridad en tu vida (Michelle Pfeiffer, Sean Connery). No, quiero decir cuando eres una celebridad categoría A, de los que hacen pelis importantes, y de repente, por culpa de tus propias decisiones, terminas interviniendo en toda clase de subproductos.

En contra de lo que podríamos pensar, Hollywood es un lugar bastante indulgente, profesionalmente hablando. Es muy, muy difícil, que la carrera de un actor se vaya al traste por una mala decisión. Ni siquiera por dos. Tres errores consecutivos pasan factura, pero dependiendo de quién seas, todavía pueden reconducir la situación. Pero llega un momento en que el crédito se agota. Seas quien seas.


Ejemplos se me ocurren unos cuantos, empezando por dos de los más grandes de la industria, Al Pacino y Robert De Niro que, seamos sinceros, viven de las rentas de unos primeros trabajos soberbios. Pero en realidad, y dejando aparte la fijación de De Niro por intervenir en malas comedias (qué daño le hizo la por otra parte magnífica "Una terapia peligrosa", que le llevó a creer que es un tipo gracioso...y no. Al menos no tanto como se piensa), ambos han sabido mantenerse gracias a, de tanto en tanto, intervenir en alguna película brillante. Es decir, un "Heat" siempre sirve para perdonar varios "Asesinato justo".

Tom Cruise tenía una carrera diseñada casi a la perfección...hasta que la Cienciología entró en su vida. Eso, y saltar como un idiota en el programa de Oprah diciendo que quería a Katie Holmes, destruyó dos décadas de duro trabajo. Sí, es cierto que Cruise no hace subproductos (no ha caído tan bajo), pero no hay más que echar un vistazo a su filmografía de la última década, repleta de "Misiones Imposibles" (apuesta segura) y pelis de acción que fueron éxitos moderados en taquilla para entender que ya no es el que era.


Luego, por supuesto, podría hablar de Nicolas Cage, que sí que entra en esta categoría de "cuesta abajo y sin frenos"...pero se habla tanto del pobre sobrino de Coppola que mejor dejarle tranquilo con sus excentricidades. Lo que me lleva a mi mejor candidado: Bruce Willis.

Bruce Willis nunca ha sido el mejor actor del mundo, las cosas como son. Pero lo que le faltaba en talento lo suplía con carisma e inteligencia. Caía bien a todo el mundo y más allá de su conocida enemistad con Cybill Shepherd (su coprotagonista en la serie que le lanzó a la fama, "Luz de luna", y que, todos sea dicho, siempre ha tenido fama de diva), nunca leí que ningún compañero de rodaje se quejara de él, ni ofreció jugosos titulares a los tabloides sensacionalistas. Estuvo muchos años felizmente casado con Demi Moore, y cuando se divorciaron tampoco montaron ningún escándolo, manteniendo una relación de lo más cordial.


Eso fuera de las pantallas. En el aspecto profesional, tras trabajar dos veces con Blake Edwards (en la excelente "Cita a ciegas" y la muy inferior "Asesinato en Beverly Hills") tuvo la gran suerte de hacerse con el papel de un tal John McClane en una película dirigida por John McTiernan (sí, por supuesto que hablamos de "La jungla de cristal"). Ahí su carrera despegó definitivamente.

Willis se convirtió en un héroe de acción (en la saga de "La jungla", "El último boy scout", "Persecución mortal"...) pero siempre se resistió a jugárselo todo a esa carta. Fuera cosa suya o de su agente, hay que aplaudirle sus decisiones, porque lo cierto es que trabajó con algunos de los mejores directores de Hollywood: Quentin Tarantino ("Pulp Fiction", "Four Rooms"), Robert Zemeckis ("La muerte os sienta tan bien"), Terry Gillian ("Doce monos"), Wes Anderson ("Moonrise Kingdom"), Richard Donner ("16 calles"), Walter Hill ("El último hombre")...


Más aún, aunque a veces se equivocara, nunca le importó correr riesgos en películas pequeñas de dudosa viabilidad económica, como "El desayuno de los campeones" o "Fast Food Nation" de Richard Linklater. Era un actor que demostraba más versatilidad de la que se esperaba de él y que, precisamente por alternar grandes superproducciones con películas más modestas, lograba mantener su estatus de gran estrella interesante (algo similar a lo que a día de hoy le pasa a George Clooney que, las cosas como son, es mucho mejor actor).

Y entonces llegó 2010 y todo se fue a la mierda.

Pongo esa fecha porque fue el momento en el que empezaron a sonar las alarmas con respecto a su actitud. Ese fue el año en que Kevin Smith cometió el gran error de contratarle para su por otra parte horrible película "Vaya par de polis", que, como el director ha comentado muchísimas veces, ha sido con diferencia su peor experiencia profesional.


"Infeliz, amargado y jodido gilipollas" fueron algunas de las cariñosas palabras que le dedicó Smith al actor. Lo curioso del caso es que ambos ya habían coincidido previamente en el rodaje de "La jungla 4". Y sí, posiblemente por aquel entonces Bruce Willis ya era un poco primadonna. pero si Smith decidió contratarle a posteriori es que su comportamiento eran cuanto mínimo correcto (no creo que fuera ta estúpido de fichar a alguien con quien pensaba que podía tener problemas tan serios).

Sí, por supuesto que podría ser un hecho aislado. Más aún, no tenemos por qué creernos a pies juntillas la versión de Smith (yo no estuve allí, así que no sé de quién fue la culpa). El problema está en que algunos años más tarde el actor volvió a estar en el ojo del huracán, concretamente por culpa de "Los mercenarios 3". Esa película en la que Willis tenía un papel que le iba a llevar cuatro días rodarlo...hasta que se subió a la parra pidiendo un millón de euros por jornada. Lo que a su vez llevó a que Sylvester Stallone no sólo prescindiera de él, sino que también dejara claro en las redes sociales que era un vago y un codicioso.


Verán, no conozco en persona a Bruce Willis, así que no tengo ni idea de si realmente es un gilipollas o no. Siendo sinceros, tampoco es que importe mucho. He puesto estos ejemplos porque los chascarrillos siempre son interesantes y porque creo que explican en parte su debacle. Pero todo esto es tan subjetivo como debatible. Ahora bien, los proyectos en los que ha intervenido en los últimos años, eso ya no lo es.

Posiblemente "Looper" (2012) sea la última película de calidad en la que ha intervenido Bruce Willis. A partir de ahí sí que se empieza a notar un retroceso en su carrera, con la multiplicación de secuelas. Si hasta ese momento sólo había repetido los papeles de John McClane y Jimmy Tudeski (en las dos partes de "Falsas apariencias), en menos de dos años firmó tres secuelas más: "La jungla 5", "Red 2" y "Sin City: una dama por la que matar", a lo que habría que sumarle su participación en otra franquicia (en este caso en "GI JOE 2: La venganza")


Sí, el exceso de secuelas nunca es buena señal (es un "vayamos a lo seguro"). Si encima las tres películas son tan malas como las ya citadas (me niego a contar "La jungla 5" como título oficial de la saga, y las otras dos son terriblemente inferiores a sus respectivas primeras partes) y además no van demasiado bien en taquilla, empiezas a tener un serio problema. Y si lo que haces a continuación es elegir aún peor, ya ni te cuento.

"The prince" (2014): subproducto en el que hace de malo. "Vice" (2015): subproducto en el que hace de malo. "Rock the Kasbah" (2015): secundario en un film de Barry Levinson, que sería algo bueno si no fuera uno de los mayores fracasos de la historia. "Extraction" (2015): subproducto en el que hace de malo. "Precious Cargo" (2016): subproducto en el que hace de malo. "Marauders" (2016): subproducto en el que hace de malo.

¿Empiezan a ver un patrón ahí?


Ni que decir tiene que, salvo la peli de Levinson, ninguna de las otras se ha llegado a ver en la gran pantalla, al menos en un estreno mayoritario (y viendo el resultado, casi hubiera sido mejor que "Rock the Kasbah" hubiera ido directamente al mercado doméstico). Es más, en ninguna de ellas, si se fijan, es el protagonista ni el héroe. Y, habiéndolas sufrid...visto, debo añadir que su trabajo en los citados títulos es sencillamente lamentable. Un "poner cara de palo/aburrido" y confiar en que la jornada de rodaje acabe pronto para volver a casa a contar billetes.

Seis películas en dos años. Cinco de ellas directas a dvd. Todas muy malas. ¿Qué diablos ha pasado, Bruce Willis? Porque tú antes molabas...


No sé el presupuesto que tienen las cintas ni cuánto dinero ha ido a parar a las arcas del señor Willis, pero me sigue pareciendo un mal negocio. No sé si es un error de cálculo, un exceso de codicia, un pensamiento erróneo de "para qué esforzarme si lo que les interesa es mi nombre"... No tengo ni idea. Pero sé reconocer una carrera hundida cuando la veo. Y mucho me temo que la de Bruce Willis lo está, y me atrevería a decir que de modo irremediable.

Son muchas malas películas seguidas. Antes de eso fueron muchas malas secuelas seguidas. Por si fuera poco, el público empieza a estar un poco cansado de él. Y, para rematarlo, Woody Allen decidió sustituirlo en su nueva película. La versión oficial es que el actor no podía compatibilizar el rodaje con la obra de teatro que estaba representando en Nueva York, "Misery" (eso es cierto: lo de la obra, digo). Pero las malas lenguas dicen que fue porque Willis era incapaz de aprenderse los diálogos de su personaje.


Leo cuáles van a ser sus próximos proyectos y me digo que aún hay una posibilidad de que resucite su carrera. Al menos rueda con gente conocida, como Shyamalan o Eli Roth. Pero luego pienso en las últimas películas de estos directores y me digo a mí mismo que como Quentin Tarantino no acuda a su rescate, mucho me temo que Bruce Willis jamás volverá a ser una gran estrella. Que, con la cuenta corriente que debe tener, entiendo que no le quita el sueño. Pero, como fan suyo que fui muchos años, me parece una pena.

Yipi ka yei, señor Willis. Ojalá estos últimos años le hubiera prestado más atención a su carrera y menos al cheque que iba a cobrar...