22/6/16


Jesse Eisenberg es un tipo de lo más interesante. Aún recuerdo la primera vez que lo vi, en el festival de Sitges, mientras presentaba la excelente "Zombieland". Quién me iba a decir en aquel momento que ese joven desgarbado, tímido y nervioso (con trastorno obsesivo compulsivo, algo de lo que habla sin complejos) estaría nominado al Oscar por la fascinante "La red social", trabajaría hasta dos veces con Woody Allen y protagonizaría títulos tan destacados como "Adventureland" o "Ahora me ves" (sí, también fue un pésimo Lex Luthor en la igualmente pésima "Batman vs Superman", pero recordemos que el magnífico Eddie Redmayne tampoco estuvo fino en "Jupiter ascending", vamos, que todo el mundo tiene un mal día).

Eisenberg no sólo es un gran actor sino también un prometedor dramaturgo, como demuestra con "The Spoil", su tercera obra teatral, que en esta ocasión escribe y protagoniza (primero en Nueva York y ahora en Londres, en el Trafalgar Studios Theatre), dirigido por Scott Elliot y acompañado por los televisivos Kunal Nayyar (Raj en "The big bang theory") y Alfie Allen (Theon Greyjoy en "Juego de Tronos") y las menos conocidas pero igualmente fantásticas Katie Brayben y Annapurna Sriram.


Ben es un joven autodestructivo al que resulta difícil querer. Comparte piso con Kaylan, un inmigrante de Nepal que es su mejor amigo y al que no le cobra alquiler, pero con el que no siempre se porta bien. Más tirante aún es su relación con la novia de Kaylan, Reshma, una mujer algo mandona a la que no soporta (y el sentimiento es mutuo). 

Las cosas se complican cuando un día Ben se cruza en la calle con Ted, un antiguo compañero de colegio al que tampoco soporta, y que encima le da una inesperada notica: va a casarse con Sarah, su primer amor cuando sólo era un crío. Y aunque hace muchísimo tiempo que no la ve, de repente Ben decide que tiene que impedir esa boda y arrebatarle la novia a Ted, ya que esa es su única posibilidad de ser feliz.

Si esto fuera una comedia romántica de Hollywood, Ted resultaría ser un idiota y en realidad Ben, a pesar de su carácter complicado, demostraría ser una persona de gran corazón destinado a convertirse en el gran amor de Sarah. Afortunadamente "The Spoil" deja a un lado los cuentos de hadas y se centra en el mundo real. Esto quiere decir que en realidad Ted es un buen tío y que el plan del protagonista es tan estúpido como mezquino. En realidad él no está enamorado: simplemente intenta sobrellevar su dolor haciendo infelices a la gente que le rodea.


"The Spoil" es una fantástica obra que reflexiona sobre sentimientos que son universales, y que nos tocan muy de cerca a todos. A lo largo de sus dos horas estamos deseosos de poder sentir simpatía hacia su protagonista, de convencernos de que no es mala persona. Pero se hace difícil, vaya que sí. Porque es una persona tóxica que, aunque sin mala intención, destruye todo lo que está a su alrededor. Se comporta como un idiota con el resto de personajes que, pese a todo, siguen preocupándose por él. Me temo que todos hemos tenido un amigo así en nuestras vidas. Incluso es posible que en ocasiones hayamos sido ese amigo.

Lo más interesante de la obra de Eisenberg es que su personaje ni siquiera es un tipo cerebral, un psicópata que mide sus pasos a la perfección. No tiene un plan maestro para enamorar a la chica, no es frío ni calculador. Es un pobre diablo muy perdido que no sabe qué hacer con su vida, que sufre mucho y que arrastra a los demás en su desesperación, haciéndoles la vida imposible. Un caso de comportamiento autodestructivo tan de manual como fascinante en su ejecución.


El final de la historia es imperfecto, lleno de aristas, de ideas inconclusas. Lo que habitualmente me parecería un error, pero aquí encaja a las mil maravillas, porque el mundo es así. No hay moraleja. La tienes que construir tú mismo, sin poder separar lo que has visto de los sentimientos que te han despertado los personajes. Serás más o menos indulgente con ellos dependiendo de lo que desees pensar.

Porque ninguno de ellos es perfecto. Es una de las ideas más interesantes de "The Spoil". Como le dice en un momento de la obra Ben a su compañero de piso, "cuando me comporto como un gilipollas, en comparación te estoy haciendo quedar mejor". Y eso es cierto. El personaje tiene tantos defectos, es tan fácil ver lo perdido que está, que podemos cometer el error de creer que el resto de protagonistas son perfectamente unidimensionales. Nada más lejos de la realidad. Todos tienen, a su modo, grandes defectos, como seres humanos que son. Porque a veces la simpatía excesiva tampoco es síntoma de ser mejor persona.


Jesse Eisenberg lleva la voz cantante con el personaje más complejo, Kunal Nayyar aprovecha para demostrar que tiene muchos más registros como actor de los que habitualmente le dejan mostrar, Alfie Allen se queda con el personaje más simple (que no el más sencillo), Katie Brayben está arrebatadora (y tiene un par de líneas que ya me hubiera gustado escribir yo en mi propia obra "Friendzone") y Annapurna Sriram se queda con un personaje difícil que, a ratos, me parecía aún peor que el protagonista. Todo es cuestión de interpretaciones.

En cualquier caso hablamos de un reparto modélico para una obra interesantísima, que mezcla con maestría momentos de comedia con reflexiones que son como un puñetazo en el estómago y que, días después de haberla visto, aún sigo pensando en ella. Me dejó tocado, no voy a negarlo. Porque habla de temas universales que demuestran que en el fondo todos los seres humanos nos enfrentamos a los mismos problemas. Y que la vida, sin un manual de instrucciones, a veces se hace condenadamente difícil.