29/6/16


Estoy viendo la serie "Predicador" ("Preacher"). O, mejor dicho, la estoy sufriendo. No sólo porque su desarrollo tenga diferencias abismales con lo que posiblemente es uno de mis diez cómics favoritos de todos los tiempos, sino además, y principalmente, porque me parece bastante mala.

Ninguna adaptación es fidedigna al cien por cien. En primer lugar, porque cada medio tiene sus reglas y lo que funciona en una novela no tiene por qué hacerlo en una película, al igual que el ritmo de un largometraje es diferente al de una serie, y así con todo. A eso hay que sumarle que no hay dos personas con los mismos gustos. Salvo casos excepcionales, todos haríamos las cosas de modo distinto. A veces de forma radical y a veces cambiando sólo pequeños detalles. Pero es muy difícil que veamos un material ajeno y decidamos no cambiar ni una coma. ¡Pero si hasta cuando releo lo que yo he escrito siempre me dan ganas de tocar cosas!

Quiero creer que al final los responsables de "Lucifer" no le han pagado nada a DC/Vértigo,
porque más allá del nombre del protagonista, la serie no se parece nada al cómic de Mike Carey
De modo que no me refiero a ese tipo de cambios. Y tampoco quiero hablar de esas series, películas... que se inspiran sólo de un modo muy superficial en una obra. En el mundo del cine es habitual que a un director le guste el planteamiento de una novela, de un cómic, pero no su desarrollo, de modo que, en vez de hacerse el loco y obviar sus fuentes, hacen lo correcto pagando los derechos, pero teniendo siempre en mente que no piensan ser fieles a la obra.

Los puntos anteriores darían para un interesante debate. Pero yo quiero centrarme en algo que me obsesiona: esas veces en las que alguien jura y perjura ser el fan número uno de un material, que es el sueño de su vida...y luego lo que hacen se parece como un huevo a una castaña. Soy incapaz de entenderlo.


Empezaba hablando de "Predicador" y es justo que volvamos a retomar el tema de la serie, ya que es la que me ha impulsado a escribir este artículo. El cómic de Garth Ennis y Steve Dillon es una obra maestra. Si no lo han leído, deberían hacerlo cuanto antes. Es una historia dividida en 66 capítulos (especiales aparte) y que siempre pensé que era difícil de adaptar. Y de serlo, tenía escrito el sello HBO por los cuatro costados.

Al final no fue la HBO, sino AMC. Y detrás de la serie, curiosamente, estaban el actor Seth Rogen y Evan Goldberg, responsables de "Juega hasta el fin" y "La entrevista" (ya saben, la polémica película sobre Kim Joung-Un). Los dos, por supuesto, comentaron lo mucho que les encantaba el cómic, la oportunidad que suponía para ellos y bla bla bla. Llegó el primer trailer y la cosa no pintaba bien. Llegó el piloto y la cosa pintaba peor. Llevo cuatro capítulos y esto ya es directamente una temporada tirada a la basura.


Porque la mayor tragedia es que la serie, de por sí, es incomprensible. Sólo la entenderán los que hayan leído el cómic (la aparición de "El Santo de los asesinos", en el segundo capítulo, sin venir a cuento y sin volver a aparecer luego, tendrá a más de uno preguntándose qué coño significa), Y esos lectores, en su gran mayoría, creo que estarán tan cabreados como yo. Esto no es "Predicador". Es una serie en la que salen unos cuantos personajes que físicamente se parecen y que comparten nombre. Me temo que eso es todo.

Insisto, la caracterización es buena. Me creo a Dominic Cooper como Jesse Custer, me creo a Ruth Negga como Tulip (más allá del cambio de raza) y lo de Joseph Gilgun como Cassidy es el mejor acierto de casting que he visto en años. Si esto fuera un concurso de fotos, sería la leche.


Pero no, es una serie. Y de repente resulta que Cassidy no es Cassidy, es Gilgun recuperando su personaje de "Misfits" sólo que en vampiro. Ruth Negga es...no sé, alguien, porque esa no es Tulip. Y Jesse Custer, un personaje que en el cómic rebosa carisma, aquí lo único que hace es pasearse de un lado a otro con su barba de tres días hablando sobre cuánto quiere a Dios.

¿Saben? En el cómic Jesse Custer está cabreado con Dios y precisamente va en su busca para cantarle las cuarenta. Así que sólo estamos empezando y ya vamos mal.

De repente aparecen personajes que no recuerdo, básicamente porque no existían en la obra original. Y me faltan otros. Y me pregunto cuándo saldrá la familia de Jesse Custer (pero claro, dado que aquí su padre era otro predicador, entiendo que todo el excelente background ideado por Garth Ennis se ha ido a la mierda), y Herr Starr, y El Grial... Más aún, todavía estoy esperando que comiencen su viaje por todos los Estados Unidos en busca de Dios. Pero teniendo en cuenta que este Custer ya ha dicho que va a quedarse en su parroquia para salvar a sus feligreses, más vale que me espere sentado.


Esta es una pregunta para Rogen y Goldberg: ¿exactamente qué diablos os gustaba de la obra original? ¿La sonoridad de los nombres de los protagonistas? Porque el resto os lo habéis cargado. Gracias por nada. Bueno, sí. Gracias por hacer que me entren ganas de releer otra vez el cómic. Ahora me parece incluso mejor.

Por desgracia no es un caso único. Tim Burton se hizo cargo de Batman admitiendo (y con orgullo, que esa es la parte más delirante), que jamás había leído un cómic. Y seguimos con el personaje, porque en las películas de Nolan está claro que al director no le gusta el Hombre Murciélago. Quizás le guste Gotham, los secundarios, las alegorías...pero por algún motivo Batman le aburre. Algo que se nota en unas películas en las que el superhéroe queda reducido a la mínima expresión, para "alegría" de todos aquellos que realmente amamos al personaje y lo que de verdad nos gustaría es que él fuera el protagonista y no un mero comparsa en su propio film.


Zack Snyder dice que entiende a Superman como nadie. Y por eso no tiene reparo en hacer que destruya y asesine, vamos, lo que se dice la raíz del personaje (ironía modo on). Luego demuestra que tampoco sabe quién diablos es Batman, citando "El regreso del caballero oscuro" como su inspiración para hacerle usar armas...cuando en la obra de Frank Miller el personaje dice exactamente lo contrario y da una explicación de por qué nunca empuñará una pistola.

Puedo entender (no justificar, pero sí entender) que toques esos temas en un cómic. A fin de cuentas hay miles de historias de los personajes, y todo el mundo busca ser original. El propio John Byrne exploraba al final de su etapa el conflicto moral que le suponía a Superman matar a unos enemigos (y que le terminaba llevando a un auto-exilio en el espacio). Pero en el cine sólo tienes una oportunidad (varias, si lo haces bien). ¿Entonces por qué no apegarte a lo icónico y dejar los experimentos para otra ocasión? A no ser que, por mucho que digas que eres fan del personaje, no tengas ni idea de lo que lo hace icónico.


(Un último ejemplo para no extenderme más de la cuenta: "Los 4 fantásticos" siempre han sido una familia, eso es posiblemente el aspecto más definitorio del grupo. Pues bien, ¿saben cuántas veces se hablan La Cosa y La Antorcha Humana en la película de Josh Trank? Una, al final. Que es una frase más de las que se cruzan La Cosa y La Mujer Invisible. Si ese es el concepto que tiene el director de familia, no quiero imaginarme el tipo de infancia que tuvo...)

Servidor no soporta la saga "Crepúsculo". Pero si me encargaran una serie de televisión sobre el tema, desde luego lo que no haría es llevarla a mi terreno. No puedo convertirla en "Buffy 2". No puedo hacer que dé miedo. No puedo cargarme a Edward, por mucho que me apetezca. Porque la serie está pensada para la gente a la que sí le gusta "Crepúsculo". Y debería tener un poquito más de respeto hacia ellos.


Hay millones de historias que se pueden contar. Rogen y Goldberg han escrito guiones originales (y bastante buenos). Si no se les ocurre nada, tienen miles de novelas, de cómics, de pelis antiguas a las que meterle mano. Sólo tienen que elegir algo que verdaderamente les motive.

El por qué cogieron algo que aseguraban amar para darle la vuelta por completo y convertirlo en otra cosa (encima manifiestamente mejorable) es algo que escapa a mi comprensión. Es lo más extraño que he visto desde la bizarra declaración de amor de Frank Miller a su amigo Will Eisner, haciendo una película sobre "Spirit" que, de no haber estado muerto ya, seguro que habría llevado al creador del personaje a la tumba.