4/6/16



Terminadas las críticas de las películas del Nocturna (a excepción de "The Conjuring 2", que hasta el 7 de junio no tenemos permiso para decir nada de ella), llega la hora de hablar de una de las actividades paralelas más interesantes (a mi juicio) que tuvo lugar este año.

Me refiero a la charla que dieron en el espacio de Ámbito Cultural de El Corte Inglés (que sustituyó este año al Fnac como punto de encuentro mañanero) Nacho Vigalondo, Koldo Serra y John Tones (con Luis Rosales, director del festival, como moderador) sobre la situación actual del cine fantástico ya no sólo en España, sino a nivel mundial.

¿Llegaron a alguna auténtica conclusión? Pues no. ¿Fue interesante y divertido? Muchísimo, sobre todo gracias a la vena de showman de Nacho Vigalondo, muy preocupado "por no dar titulares", pero que cada vez que abría la boca sabías que iba a soltar alguna perla.


Si tuviera que resumir la charla/debate, el titular sería que, como dice William Goldman, en este negocio "nadie sabe nada". Todo ello unido a cierta sensación de esperanza y pesimismo a partes iguales. Pesimismo porque es cierto que hace años que no se produce en España un estreno por todo lo alto de una película de género hecha en nuestro país (el último caso sería posiblemente "Rec"). Y optimismo porque sí que es cierto que a día de hoy es mucho más fácil que los creadores hagan llegar sus obras al mundo entero, aunque sea a través de youtube (Koldo Serra recordó cómo en sus inicios mandaban los cortos por correo a los distintos concursos, y que cuando los mandaba a Estados Unidos casi rogaba que no le seleccionaran, porque no sabía el pastón que le iba a salir mandar la copia buena).

Hubo tiempo para tocar todos los palos. Como el curioso caso de Carlos Vermut, de actualidad por el éxito de su "Magical Girl" (que está yendo muy bien en territorios como Francia o Japón, por poner dos ejemplos) y sin embargo resulta que el director sigue viviendo en casa de sus padres, lo que les ha llevado a Vigalondo y a él a acuñar los términos "triunfracaso" y "fonditecho", que, como sus propios nombres indican, es cuando alcanzas el éxito y te hundes miserablemente al mismo tiempo (Koldo Serra añadió que afortunadamente él aún no ha tenido que volver a casa de sus padres, pero que en el futuro a ver qué pasaba, a lo que Vigalondo le respondió de coña que siempre podía irse a vivir con los padres de Vermut).


En este sentido se habló de fenómenos como "It follows" o "La bruja", que aunque han conseguido distribución y no han ido nada mal, lo cierto es que antes de llegar a las salas de cine, se dejaron ver previamente en múltiples certámenes a lo largo de todo el mundo. Vigalondo apuntaba, con mucha razón, que hoy en día una película como "El exorcista" sería carne de festivales y no tendría la repercusión que tuvo en su momento (y lo mismo pasaría con "La semilla del diablo"). Dicho de otro modo, el cine está empezando a dividirse peligrosamente entre grandes blockbusters y películas de culto, sin que quede espacio para un término medio (películas con un toque personal, que no se inscriban dentro de una fórmula, pero que aún así puedan llegar al gran público).

Cómo no, también salió a la palestra Netflix, el gigante que se está comiendo actualmente casi todo el pastel. Y aunque había consenso en que su aparición es en términos generales una buena noticia (para creadores y para el público), también se apuntó el peligro que existe de que esto termine derivando en alguna especie de monopolio.

En este sentido Luis Rosales contó cómo a la hora de intentar comprar los derechos de alguna película se habían encontrado con que era imposible porque Netflix presenta ofertas globales para el mundo entero. Lo que estaría genial si no fuera porque luego en ocasiones no estrenan las películas en algunos países (no por maldad, sino sencillamente porque haciendo números no les salen las cuentas, o porque lo de los derechos iba en el pack, pero jamás fue su intención comercializar la cinta en cines de ese país concreto).


De modo que, por una parte es magnífico que se abra el abanico de posibilidades, pero al mismo tiempo resulta que es más difícil que las películas puedan llegar a las salas de cine. De locos (Koldo Serra contó los problemas que está teniendo con su nueva película, "Gernika", ya que hay una distribuidora que tiene los derechos para todo el mundo - menos España - y le están llegando ofertas de algunos países para estrenar la cinta y las está teniendo que rechazar, sin saber si al final su distribuidora se va a animar a lanzar la película en esos países en concreto o si, pese al interés despertado, al final resulta que nunca se podrá ver en pantalla grande en esos lugares).

Los tres invitados fueron muy poco optimistas con el futuro del cine en pantalla grande e incluso con la conservación de películas en formato físico. Vigalondo (quién si no) comentó que hace algunos años, cuando invitaba a alguna mujer a su casa y ésta veía la colección de dvds que tiene, eso le hacía parecer siempre un tipo culto e instruido. Pero que a día de hoy le convertía más en un tipo raro, un "creep" en toda regla.


El problema de la nueva forma de ver películas (en el ordenador, a través de Netflix...), según explicaron, es que resulta más difícil que nunca saber si tu película es un éxito o un fracaso. Es decir, antes las cifras hablaban: si recaudabas mucho en el cine habías triunfado y si no, te hundías con todo el equipo. Pero ahora con el Video On Demand, con las descargas por internet, ¿quién puede asegurar qué es un triunfo y qué no? No sólo los directores, sino que hasta los propios productores tienen problemas para interpretar los datos de los que disponen. Y, claro, esto siempre se traduce en más inseguridad y no tener muy claro si lo están haciendo bien o no.

También hubo tiempo para hablar de la piratería y de cómo,de un modo que nadie alcanza a entender, en este país existen dvd piratas que incluso tienen su número de certificación correspondiente emitido por las autoridades (es decir, que técnicamente son legales aunque en realidad no deberían serlos). Se comentó que ya casi todas las empresas te hacen "ediciones a la carta" (tú pide una película y hay quien se encarga de crear el formato físico), y Vigalondo habló de lo que sucede en China, donde pidas lo que pidas, ellos casi al momento tendrán una edición no sólo acabada sino además bastante currada, con figuras en relieve y todo (lo que servidor puede corroborar, ya que cuando viajé a ese país vi cómo funcionan los "videoclubs" y es una cosa flipante; lo que no tengan allí, directamente es que no existe. Y aún no existiendo es posible que ellos lo consigan).


Esto fue, a grandes rasgos, lo que dio de sí la charla. Al final la sensación que me quedó es que sí, que como siempre hay infinitas complicaciones, mil obstáculos que salvar, pero que a todos los que les (nos) gusta hacer cine, les da igual: seguirán desafiando las probabilidades para intentar alcanzar su sueño.

Por lo pronto, tengo muchas ganas de poder ver "Gernika" y "Colossal", los nuevos trabajos de Koldo Serra y Nacho Vigalondo. Y en pantalla grande, por supuesto.