2/6/16


Michael McDowell (1950-1999) siempre será el guionista de "Bitelchús". Hay trabajos que marcan toda una carrera y éste es uno de esos casos, hasta el punto de que la propia publicidad de "Cold Moon" nos recuerda que McDowell fue el responsable de escribir la mítica película de Tim Burton.

Pero antes de eso, Michael McDowell ya era un novelista de éxito, hasta el punto de que fueron precisamente sus libros los que llevaron a Burton a decidir contar con sus servicios. Y ahora el director (y actor) Griff Furst ha decidido llevar a la gran pantalla una de esas novelas, la citada "Cold Moon", cuyo estreno mundial tuvo lugar en el Festival Nocturna (lo que hace, ya lo notarán, que aún no haya demasiadas imágenes promocionales de la cinta. Con decirles que el montaje final se terminó sólo unos días antes de la proyección...)

La película arranca con la violenta muerta de una adolescente, que, como se descubre tras hacerle la autopsia, resulta que estaba embarazada. Su abuela está convencida de que el responsable del asesinato es Nathan Redfield, encargado del banco y procedente de una adinerada familia. Nadie la cree, pero aún así ella está dispuesta a hacer lo que haga falta para vengar la muerte de su nieta...


Contado de este modo parece que nos encontramos ante un thriller en toda regla. Y así es durante la primera mitad de su metraje, en el que se nos oculta la auténtica identidad del asesino, permitiendo al espectador preguntarse si la anciana estará en lo cierto o si está enfocando su ira hacia la persona equivocada. No es una película tramposa, en el sentido de hacernos sospechar de todo el mundo, pero sí que es cierto que el hecho de encontrarnos con una historia coral, con múltiples personajes, nos permite mantenernos de lo más entretenidos, mientras tratamos de unir las piezas.

Sin embargo "Cold Moon" es una película del Nocturna con todas las letras, lo que significa que en su segunda mitad la trama da un giro hacia lo sobrenatural. Una vez que se descubre quién es la persona responsable (algo que, por supuesto, no voy a desvelar aquí) pasamos a ver las cosas desde su punto de vista, sobre todo en lo relativo a cubrir sus huellas e intentar salirse con la suya. Pero no lo tendrá nada fácil, porque la chica muerta decidirá salir del lago en el que fue asesinada para ajustar las cuentas.

El director, Griff Furst
Que nadie espere tampoco una historia de fantasmas vengativos al uso, de los que despliegan sus poderes sobrenaturales en un clímax final en el que los efectos especiales se imponen. No, en "Cold Moon" todo es mucho más sutil, más comedido, hasta el punto de que uno de los puntos fuertes de la película es el hecho de que, hasta el final, nunca llegamos a tener claro si realmente el fantasma de la chica ha regresado de su tumba o todo es producto de la imaginación del asesino/a, que lucha contra sus propios remordimientos.

El hecho de que sólo él (o ella, no vamos a dar pistas) sea capaz de ver el fantasma de la fallecida hace que nos preguntemos si realmente hay un espíritu paseándose por el pueblo o si no es más que una alucinación. Una incógnita que sólo se resuelve en los instantes finales. Y aún así, todo queda abierto a la interpretación de los espectadores.

El principal problema de "Cold Moon" es su peculiar ritmo, quizás un poco más lento de lo que servidor hubiera deseado. Pero sí que hay que reconocerle el acierto en la mezcla de géneros, que hace que a ratos estemos ante una historia policíaca, a ratos sea una película de terror y que, incluso en algunas escenas, haya lugar para la comedia.


Griff Furst se beneficia, y mucho, de un reparto en el que encontramos a rostros tan conocidos como el de Christopher Lloyd (¿en serio necesita presentación?), Josh Stewart (protagonista de la saga de "The Collector"), Robbie Kay (un auténtico ídolo de masas entre las jovencitas, como me contó el productor), Frank Whaley o Rachele Brooke Smith ("Salto a la fama"). Todos hacen un trabajo de lo más solvente, ajustándose a lo que la película necesita de cada uno de ellos.

No puedo decir que "Cold Moon" sea una obra maestra, pero sí que me interesó lo suficiente como para desear que alguien (quizás el propio Furst) decida seguir adaptando a la gran pantalla las novelas de McDowell. Sin lugar a dudas el material lo merece.