1/2/16


La nostalgia es algo peligroso. Cuando nos tocan la fibra sensible es fácil que nos ilusionemos más de la cuenta. La última vez que me ocurrió fue con Indiana Jones, al descubrir que podría volver a ver por cuarta vez a uno de mis héroes favoritos en pantalla grande. Luego Indy se metió en una nevera y desde entonces intento convencerme de que "El Reino de la Calavera de Cristal" en realidad nunca existió.

Por eso, en plena época de "revivals", siempre me muestro cauto (y un poco escéptico, como Scully) ante lo que me voy a encontrar. No me malinterpreten, deseo con todas mis fuerzas que el resultado final sea magnífico (no soy de esa clase de gilipollas que parecen alegrarse de que el producto sea espantoso para poder decir eso de "yo ya lo sabía"). Pero por cada "Ash vs Evil Dead" hay cinco "Heroes Reborn". Y si tengo que explicar cuál es la serie buena y cual no, entonces es mejor que dejen de leer, porque me temo que no vamos a entendernos.


Pero vamos al grano, es decir, a "Expediente X". Soy un gran fan de la serie original...como casi todo el mundo, vamos. A pesar de su confusa historia de fondo, de sus innecesarias vueltas de tuercas que hacían casi imposible entender qué estaba pasando realmente (¿soy el único que es incapaz de recordar qué diablos pasó al final con la hermana de Mulder? Porque al principio había sido abducida, luego resultó que la habían secuestrado, luego la encontraron, luego creo que resultó que no era ella...). A pesar de todo ello, la serie era terriblemente simpática, sobre todo, cosa curiosa, en sus episodios autoconclusivos de "monstruo de la semana".

Hay verdaderas joyas. como el capítulo con Peter Boyle haciendo de tipo que veía el futuro, o ese en el que homenajeaban a "La Cosa", o "Tooms"... Incluso cuando a Duchovny se le fue la olla pidiendo dinero y terminó dejando la serie y ésta empezó a pegar bandazos, admito que las historias me siguieron pareciendo de lo más interesantes (otra cosa es que sin Mulder y con Scully en plan "invitada especial permanente" no tuvieran el más mínimo sentido).

Entonces todo acabó. Con un último episodio confuso y precipitado que no estuvo a la altura. A continuación vino una segunda película tan mala que intento borrarla de mi mente aún con más fuerza que la cuarta entrega de Indiana Jones. Y después, el silencio.

Hasta ahora.


2016 supone el regreso de "Expediente X" en lo que en USA ahora llaman "special event", que significa que: a) los actores no tienen tiempo para grabar una temporada completa; y/o b) que la cadena no confía demasiado en el producto, y así si al final no es el éxito arrollador que esperan, siempre se pueden escudar en que ellos en todo momento tuvieron claro que era una miniserie y que no pensaban continuar la historia y bla bla bla.

¿Ilusión por el regreso de la mítica serie? Sí. ¿Temor a que la cosa no esté a la altura? También. Y en gran parte por culpa de su creador, Chris Carter.

Existen dos clases de creadores: aquellos que entienden mejor que nadie a sus personajes y los que parecen odiarlos por algún motivo. En la primera categoría está Joss Whedon por ejemplo. Cada vez que se ocupaba del guión de un episodio de "Buffy" sabías que éste iba a ser muy especial y casi siempre brillante. Por contra, Chris Carter (como George Lucas, no puedo evitar mentarlo) pertenecen a la segunda categoría: la de aquellos que casi preferirías que no se ocuparan de ningún capítulo, porque éstos terminan siendo de lo peor de cada temporada (en comparación con los escritos por Vince "Breaking Bad" Gilligan o James Wong, por poner dos ejemplos de magníficos guionistas).


De modo que, con todo esto en la cabeza (y sé que es mucho) me senté a ver los dos primeros capítulos. El primero de ellos, escrito por el propio Carter, confirmó mis sospechas: "Expediente X" ha envejecido mal. O quizás lo que quiere contarnos su creador es muy diferente a lo que los aficionados realmente queremos ver, no lo sé.

Lo que tengo claro es que Carter usa sus 43 minutos para volver a enredarlo todo, hablar de conspiraciones humanas, dar una vuelta de tuerca a lo que creemos saber y soltar teorías y teorías, olvidándose de dos aspectos claves: una trama (el capítulo parece un episodio de "Seinfeld" en el sentido de que en el fondo no pasa nada) y un poquito de cariño por los personajes. 

Los protagonistas parecen más unidimensionales que nunca. No me queda claro qué han estado haciendo, por qué, para qué vuelven a la acción o a quién le importa que los "Expediente X" puedan reabrirse. Duchovny se pasa el capítulo poniendo cara de aburrido, y Gillian Anderson repite los tics de su personaje de "Hannibal", sin que nadie le haga caer en la cuenta de que ahora vuelve a ser Scully (y ojo, que tras haberla visto en teatro creo que es una actriz cojonuda).


Así que incapaz de sentir empatía por los personajes, incapaz de sentir interés por la trama, el primer episodio (de seis, es decir, que no hay mucho tiempo para remontar) me ha parecido una grandísima decepción. Sólo 24 horas después vi el segundo, y sí, la cosa mejora con un "caso de la semana", pero hay algo que me sigue chirriando. Y ese "algo" es un error de planteamiento imperdonable.

Ésta no es una miniserie de 12 capítulos, sino de 6. Una cantidad tan ínfima que casi hubiera sido más aconsejable centrarse en una única historia, una película alargada que durara 6 horas (bueno, algo menos, que son capítulos de 43 minutos) y que cerrara la trama de un modo satisfactorio. Un "special event" en el que cada episodio terminara con un cliffhanger que nos hiciera mantener el interés.

Pero, en vez de eso, se ha optado por una historia que intuyo que sólo se desarrollará en el capítulo inicial y el final, dejando los otros cuatro a tramas autoconclusivas que no seré yo quien rechace, pero que saben a muy poco. Porque esta clase de capítulos sólo tienen gracia en temporadas largas, cuando se van intercalando con "episodios importantes".


Lo peor ha sido descubrir que este segundo capítulo fue el quinto guión de la preproducción. Me explico. Cuando se rueda una temporada, los capítulos tienen un orden. Pero luego, dependiendo de lo bien que hayan quedado, de lo buenos que sean los guiones... hay cambios en la emisión. Si se cree que algún capítulo es más flojo, habitualmente se le posterga en emisión (siempre y cuando hablemos de historias intercambiables; nadie haría eso con "24", por ejemplo).

Así que ver que el segundo capítulo era en realidad el quinto me hace estar seguro, más allá de toda duda, que no hay una historia de fondo. Que la trama no va a avanzar capítulo a capítulo. Que esta semana es un caso, luego vendrá otro, luego otro, y en el capítulo final Chris Carter nos volverá a contar alguna bobada que no estará bien desarrollada. Ese es mi pronóstico. Ese es mi temor.


Esta noche se emite en Estados Unidos el tercer episodio. Y lo veré con la misma ilusión, deseando estar equivocado y que lo que queda por venir sea mucho mejor. Confiando en que quizás a "Expediente X" le ha costado arrancar, pero que el final será brillante (como la cuarta temporada de "Arrested Development"). Pienso así porque en serio que me gusta la serie y aún tengo la esperanza de que me dejará un buen sabor de boca, con ganas de una undécima temporada.

Como Mulder, yo también quiero creer. Pero por ahora, seamos sinceros, me lo están poniendo muy díficil...