23/5/17


Poco a poco vuelven a estar disponibles todas las obras del gran Akira Toriyama. Además en formato kazemban, para que se puedan colocar en la estantería al ladito de “Dragon Ball” y queden estupendamente. La última obra en ser reeditada hace unas semanas es la divertida “Kajika”.
 
Portada del tomo japonés
Ya hemos hablado de algunas obras cortas de Toriyama en esta web y nos hemos referido al genial mangaka como un cuentacuentos con ideas maravillosas para todos los públicos que puede estar más o menos acertado, pero que siempre consigue sacarnos como mínimo una sonrisa, y eso no es moco de pavo.

El protagonista de nuestro manga de hoy, “Kajika”, es un joven con cola de zorro que es acompañado por el espíritu de este animal. Kajika es el último superviviente del clan Kawa, lo que le confiere habilidades especiales. Va acompañado del espíritu del zorro – que parece un espermatozoide – porque un buen día Kajika, que era un cafre, le tiró una roca encima y le cayó la maldición de que para volver a ser un ser humano normal tendría que salvar la vida de un millar de seres.

Así conocemos a este genial chiquillo que un buen día se cruza con una chica y un puñado de matones que la persiguen por haber robado el último huevo de dragón del mundo (Toriyama siempre sigue unos patrones…) A partir de aquí comenzará esta divertida comedia de aventuras con moraleja y algunos toques de humor negro marca del maestro.

Este combate fijo que os suena de algo
“Kajika” fue publicado originalmente en 1988 en la revista Shonen Jump y recopilado posteriormente en un solo volumen de casi doscientas páginas. Como es habitual, se cumplen los requisitos de toda obra corta de Toriyama. Tenemos a un protagonista con elementos fantásticos que si hace el bien es porque le obligan, no porque quiere; que tiene ciertos hábitos alimenticios raros, se cruza con una chica en problemas que le causa más y acaba salvando el día a mamporros.

Sobre esto último, la influencia de “Dragon Ball” es notable. O bien es que tampoco le apetecía mucho quebrarse el cráneo, que también puede ser. Porque uno de los malos a los que se enfrenta Kajika y que se llama Isaza tiene un diseño mezcla de los soldados de la Red Ribbon y un peinado a lo super Saiyajin. Todo es suyo, desde luego, pero personalmente aunque se agradecerían unos diseños más originales, estos autohomenajes me hacen mucha gracia.

Sobre la presente edición, Planeta Cómic parece haberse dejado a posta las páginas en color en blanco y negro, pero ha ofrecido un tomo con sobrecubierta y a un precio competente que puede resultar ideal para regalarle a los más pequeños para que empiecen su afición por el cómic.

El malo es un poco "así"
No es su mejor obra corta, pero un rato divertido no te lo quita nadie y el chiste de la última página todavía hace que me parta de risa.