29/11/15


Comenzamos la semana hablando de "Alias" (en un estupendo artículo de Txema SG sobre el estupendo cómic de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos) y la terminamos hablando de "Jessica Jones", la serie inspirada en dicho cómic que se puede ver actualmente en Netflix.

Admito que en este caso el fan se impuso al crítico. A pesar de que llegué a sopesar la posibilidad de pegarme un atracón para poder hacer esta reseña lo más rápido posible, al final decidí (y creo que con buen criterio) ir viendo la serie de manera escalonada, a razón de dos capítulos al día, para poder saborear mejor la nueva propuesta de la factoría Marvel. ¿El resultado? Agridulce. Muy agridulce.


A lo largo de estos días no he podido evitar ir leyendo comentarios sobre la serie. La opinión generalizada es que empieza muy lenta pero su parte final es impresionante. Está claro que, o vi una serie diferente, o estoy condenado a estar en minoría, porque me ocurre exactamente lo contrario. Sí, es cierto que "Jessica Jones" da muchas vueltas sobre sí misma, pero al menos en el primer tramo reconozco al personaje del cómic y siento interés por los secundarios (bueno, por algunos. En el caso de los vecinos sólo deseaba que una explosión se los llevara a todos por delante). En la parte final no siento más que vergüenza ajena.

Por si no conocen nada sobre la serie, intentaré resumirles el argumento. Jessica Jones es una tipa con poderes (como superfuerza y esas cosas) que tuvo la mala suerte de cruzarse con Kilgrave, otro tipo con poderes, pero que molan  mucho más: puede controlar a la gente. De modo que el villano convirtió a la protagonista en su esclava (novia en su imaginación) forzándola a hacer cosas horribles.

Con el tiempo (que todo esto es un flashback), Jessica Jones logró escapar a su control y dio por muerto a su captor. Pero obviamente no lo estaba. Y regresa, decidido a hacerle la vida imposible a la protagonista (ahora detective privada) que tendrá que encontrar un modo de pararle para siempre.


"Jessica Jones" comienza muy bien. Tras unos primeros minutos titubeantes, el ambiente noir de la serie, el carácter autodestructivo de su protagonista (excelente Krysten Ritter) y su crudeza (el final del primer episodio es sencillamente antológico) me cautivaron. Pensé que podía estar a la altura de "Daredevil".

Además las similitudes entre ambas series, al menos a nivel básico, son evidentes. Una trama general por temporada, que va in crescendo. Una presentación del personaje en una especie de "año uno". Y un villano al que se le descubre poco a poco, y que, conforme avanza la trama, se va "humanizando", de modo que no vemos sólo a la amenaza sino también a la persona y sus debilidades. Kilgrave (David Tennant, con diferencia lo mejor de la función) funciona de un modo similar a como lo hacía Kingpin. Al menos al principio. Hasta que los guionistas terminan por convertirlo en un villano de opereta.


Porque ese es el problema de "Jessica Jones": que está mal estructurada. Que no tiene claro hacia donde va y comienza a dar palos de ciego. Sí, en "Daredevil", mal que nos pese, había bajones de ritmo, porque es imposible mantener el interés durante trece horas. Pero al menos la cosa evolucionaba, veías hacia donde iba la historia. Aquí la trama da vueltas y vueltas y, cuando acaba, te das cuenta de que lo mismo podrías haberte hecho una serie de 50 capítulos que una miniserie de tres. Hay un clímax final porque estás en el capítulo 13, no porque los acontecimientos te hayan llevado a ese momento. 

Lo diré más claro: el plan final de Jessica Jones para acabar con su némesis (lo usual en este tipo de series, el desenlace) es rematadamente malo y no tiene maldito sentido. 


Y es una pena, insisto, porque durante dos terceras partes del tiempo tenía fe en la serie. Me fui contento a la cama unos cuantos días, hasta que todo empezó a degenerar en tramas absurdas que no venían a cuento, vueltas de tuerca innecesarias y la sensación de estar viendo la traslación a imagen real de un cómic de los malos. Algo que nunca fue "Alias",

El capítulo 10 es mi punto de no retorno. Un despropósito tan grande que resulta hasta doloroso. Porque a partir de ese momento es cuando descubres que sus autores te intentan vender una historia muy oscura, muy adulta, muy realista, pero en realidad son críos que piensan en tramas "supermolonas" de superhéroes de patio de colegio (y que han visto demasiadas telenovelas donde los personajes hablan mucho para no decir nada). Y al final ni se parece a "Daredevil" ni a "Agentes de Shield" (dos propuestas completamente diferentes pero igualmente disfrutables), sino que es una mezcla imposible de ambas que no pega ni con cola.


Párrafos (éste y el siguiente) de spoilers para poderles explicar un poco mejor el por qué de las críticas. Hay que joderse meter con calzador historias que no llevan a ninguna parte para luego terminar la serie con cabos sueltos para aburrir. La historia del personaje de Carrie Anne Moss (que se veía claro hacia donde se encaminaba) está mal resuelto no, lo siguiente. La historia entre Jessica y Luke se queda en el aire. Todo el leiv motive con el primer asesinato, a la mierda. La historia del policía, o Nuke, o quien diablos sea al final, tampoco se resuelve. ¿En serio? ¿Nadie sabe que puedes dejar cosas en el aire sin la necesidad de que parezca que no sabes cerrar una sola trama de la manera adecuada?

Y luego está el tema de Kilgrave. Esa "leyenda urbana" de la que nadie ha oído hablar pero que, en la serie, se comporta como un elefante en una cacharrería, hasta el punto de que convierte en inverosímil la premisa de que "nadie se creerá que existe el control mental". ¡Coño, si toda la ciudad se ve afectada en un momento u otro! Y no ciudadanos corrientes, no. Policías, médicos... Y en un mundo en la que todos saben que hay gente con superpoderes y conocen a Los Vengadores, se me hace difícil pensar que sea tan difícil demostrar la existencia de este villano concreto. 


Podría seguir comentando errores de bulto de la serie, porque los hay para aburrir. Pero prefiero terminar quedándome con lo bueno. En especial con las interpretaciones de los citados Rytter y Tennant, a los que sumaría a Rachael Taylor, que sinceramente no sé si lo hace bien, pero es que es tan guapa y tan maravillosa (la sigo desde "Transformers", que ya es decir) que yo encantado de que disfrute de muchos minutos en pantalla.

"Jessica Jones" no es una mala serie. El problema es que te muestra lo buena que podría haber llegado a ser, y por eso te da rabia darte cuenta del despropósito en el que termina convertida. ¿Segunda temporada? Por mí no hace falta. Y si me apuran, tampoco necesito la de Luke Cage (que al menos aquí tiene el carisma de una patata cruda) o Los Defensores. En lo que a mí respecta, prefiero concentrarme en la continuación de "Daredevil", una de las propuestas más interesantes del año, muchísimos escalones por encima que este fallido segundo proyecto.