2/11/15


La festividad de Halloween de este año nos trajo un maravilloso regalo: el primer capítulo de la serie "Ash vs Evil Dead". Ya había ganas de ver si se cumplían las expectativas o si al final iba a ser otro "Indiana Jones 4", es decir, una de esas continuaciones que nos esforzamos por convencernos que jamás existieron.

No me voy a ir por las ramas: el episodio es una jodida maravilla. No me extraña que, antes incluso de que este primer capítulo viera la luz, la serie ya haya sido renovada para una segunda temporada.


La existencia de este "Ash vs Evil Dead" parece cerrar las puertas a una cuarta aventura cinematográfica del personaje, lo que es una pena, porque siempre mola ver a Ash en pantalla grande. Pero al mismo tiempo nos regala más minutos del mítico personaje (diez capítulos por ahora, imagino que al menos otros diez el año que viene), lo que es una magnífica noticia.

Porque la serie prosigue exactamente donde lo dejó "Posesión infernal 2" (lo del "Ejército de las tinieblas" está en una especie de limbo y es posible que haya sido removido de la continuidad). No me refiero en cuanto al tiempo; a ese respecto han pasado treinta años y el bueno de Ash está bastante viejuno y no lo oculta. Me refiero en cuanto a sus intenciones, su fuerza, su sentido del humor. 

Muchas veces, cuando un creador retoma una antigua idea, se nota el paso del tiempo. Esa persona ha cambiado, ha evolucionado (muchas veces a peor) y eso se plasma en el modo en que trata a su propia criatura, a la que a veces incluso parece no entender del todo. Le pasó a Spielberg con la citada "El reino de la calavera de cristal", le pasó a Ridley Scott con "Prometheus"...


Pero en el caso de Sam Raimi es como si el tiempo no hubiera pasado. Mejor aún, el director actúa como si se hubiera librado del gran peso que supuso trabajar en algo tan mainstream como la trilogía de "Spiderman" y vuelve al tipo de cine que hacía en los ochenta, que es el que realmente le mola (y estamos de acuerdo con él). Efectos especiales algo anticuados, algo de gore y el ya famoso movimiento de cámara a través del bosque, ese "zoom" brutal que aquí usa (y abusa) sin el más mínimo pudor. Bien por él.

En cuanto al guión, Raimi tampoco cambia una pizca el rumbo. Tenía algo de miedo de que el resultado de "Ash vs Evil Dead" fuera excesivamente paródico, pero no es el caso. Es una historia de terror con un sentido del humor enfermizo. Es decir, lo que ya había en "Posesión infernal 2". La historia avanza casi de inmediato (si te apuntas, bien, y si no, también. Ésta no es la típica serie en la que las cosas se hacen de rogar y hay que esperar hasta el final del capítulo para que pase algo), hay demonios, hay Necronomicón, hay sangre...y hay mitología. A patadas. Raimi sabe lo que el espectador quiere, y se lo da. Vaya si se lo da.


Y lo que los espectadores queremos es a Bruce Campbell, pieza fundamental en el éxito de esta nueva encarnación (y de la antigua, pero eso no hace falta ni decirlo). Un Campbell viejo y pasado de kilos, que vuelve a reírse de sí mismo, pero no hasta el punto de convertirse en un chiste ambulante. Sí, sigue siendo un cabroncete. Sí, sigue eludiendo sus responsabilidades. Sí, sigue siendo un mujeriego empedernido. Pero también es un héroe. Y no uno cualquiera. Uno con un hacha...y una motosierra.

Por lo demás, este primer capítulo sirve para traernos de vuelta al universo Evil Dead y dejarnos con ganas de saber cómo continúa la cosa. Lucy Lawless apenas se deja ver unos segundos (pero unos segundos de esta mujer valen su peso en oro) y los nuevos coprotagonistas, Pablo y Kelly (Ray Santiago y Dana De Lorenzo) no molestan, que ya es bastante. Incluso puede que terminemos por cogerles verdadero cariño.


"Ash vs Evil Dead", por una vez, no decepciona. Los meses de espera han merecido la pena. Y aunque el resto de la serie fuera mediocre (que no lo creo), aunque Raimi y sus colaboradores perdieran el rumbo, siempre nos quedaría como mínimo este piloto, Porque sus 10 minutos finales son para enmarcar. Un recordatorio de todo lo que amábamos de la saga y una promesa de todo lo que aún nos queda por disfrutar.

No sé ustedes. Yo, como Ash, me siento realmente "groovy".