18/10/15


"Macbeth" es "Macbeth". Con esta frase, que parece de perogrullo, lo que quiero decir es que la película sigue fielmente la obra de William Shakespeare. Su trama, sus personajes, sus diálogos... Es decir, el contenido no les va a sorprender. Si son fans de la obra del Inmortal Bardo, seguro que la disfrutan. Y si se les hace un poco cuesta arriba escuchar tanto diálogo enrevesado (he de decir que a mí particularmente me agota), pues eso, que también están advertidos.

Entonces, si lo del contenido ya está claro, ¿de qué podemos hablar con respecto a la versión que ha firmado Justin Kurzel? Pues de su aspecto visual, sin lugar a dudas. El punto fuerte de la película y una de los trabajos más poderosos de los últimos años, que hacen que importe poco si te interesa o no la historia, ya que en cualquier caso quedarás cautivado por sus imágenes.


El director se acerca a la historia de "Macbeth" como si se tratara de una auténtica película de terror, merced a una muy conseguida atmósfera pesadillesca, llena de apariciones fantasmales, profecías, temor, ambición y locura. Cuando la cámara se recrea en las escenas de batalla, casi puedes saborear el olor a sangre y a muerte. Cuando Macbeth comienza a dar forma a su maquiavélico plan, el mal prácticamente se hace tangible en pantalla.

Kurzel sabe cómo jugar con la paleta de colores. Rojos, azules y ocres se van combinando en pantalla dependiendo del momento en el que nos encontramos. Todo ello apoyado por la envolvente y magnífica banda sonora obra de su hermano, Jed Kurzel (así todo queda en familia), que termina de sumir al espectador en el estado de ánimo perfecto para disfrutar de una historia harto conocida a la que, no obstante, el director logra añadirle nuevos matices.


Pero si sobresaliente es el trabajo de Kurzel detrás de la cámara, no menos brillante es el de sus dos protagonistas, Michael Fassbender y Marion Cotillard. El primero hace uno de esos tour de force que tanto le gustan, en los que es capaz de encarnar al héroe, al villano, al hombre de honor y al loco sediento de ambición. Y te lo crees en todas las facetas. Señal de que estamos hablando ante uno de los grandes monstruos actuales de la interpretación.

En cuanto a Marion Cotillard...qué puedo decir de ella. Si hiciera un anuncio de detergente, estaría igualmente brillante. Y esto no es un anuncio de detergente, sino lady Macbeth. Y Cotillard lo sabe, y saca la artillería pesada del baúl de sus (ilimitados) recursos y nos ofrece una (otra más) interpretación memorable, llena de matices, donde, como ocurre con su compañero de reparto, es igualmente convincente como instigadora de la traición que cuando cae abatida por el peso del remordimiento.

Sería injusto no loar también al resto del reparto (excelente), a los encargos de vestuario, escenografía... si "Macbeth" se lleva alguna que otra nominación al Oscar no seré yo quien se sorprenda, porque lo cierto es que es una película de lo más atractiva, Un espectáculo visual que demuestra que todavía existen formas novedosas e interesantes de contar historias clásicas.


Hace un mes, cuando supe que Kurzel, Fassbender y Cotillard (se nota que han hecho buenas migas) estaba filmando la adaptación a la gran pantalla del famoso videojuego "Assasin's Creed", creía que es una de estas cosas que se hacen única y exclusivamente por dinero, y que el resultado dejaría bastante que desear. Después de ver "Macbeth" ya no lo tengo tan claro. Si logran dotar a la cinta de un look la mitad de atrayente de lo que ha sido su anterior trabajo, será algo digno de ver,

Fans de Shakespeare, no fans de Shakespeare pero amantes del buen cine, ésta es vuestra película. Hacedme caso.