2/10/15


Publicamos esta crítica hace un par de semanas, cuando la película inauguró el Festival de Cine de San Sebastián, pero con su estreno en salas comerciales nos parece oportuno rescatarla, con ligeros retoques, por si se la perdieron en su momento.

Qué bien le han venido a "Regresión" las tres horas en las que, en vez de ponerme a escribir esta crítica, decidí que sería más productivo dormitar un poco. Porque al salir de la proyección, hubiera afirmado que, si bien es mejor que "Ágora" (cosa que tampoco tiene tanto mérito), la película no terminaba de funcionar. Pero, por algún extraño motivo, está calando en mí. A cada minuto que pasa me gusta más.

No es una obra maestra, tampoco va a calar tanto. Pero es una película muy interesante que, sin duda, hay que ver con una mente muy abierta. Porque Amenábar no hace películas para ti, ni para mí, sino para él mismo. Que luego conecta con la audiencia, estupendo. Sin embargo esa no es su principal preocupación. Su objetivo es hacer las cintas que le gustaría ver como espectador ("hago cine para evadirme y para expresarme", admitió en San Sebastián). Y al muchacho le gusta mezclar géneros, esa es la verdad. 


El punto de partida de "Regresión" parece que nos va a devolver al Amenábar de "Tesis".Una joven (espléndida Emma Watson, la revelación de la película) asegura haber sido agredida sexualmente por su padre que, sin embargo, es incapaz de recordar haber hecho algo así. De modo que el policía encargado del caso (un más que solvente Ethan Hawke), ayudado por un psicólogo (brillante David Thewlis), somete a ambos, padre e hija, a una terapia de regresión, para intentar desenterrar sus recuerdos y descubrir qué ocurrió realmente. Pero cuanto más avanzan, más se complica la cosa, con la aparición de un culto satánico que podría estar detrás de lo sucedido.

Dicho así, parece que vamos a asistir a una película de terror al uso. Bien, ya pueden irse olvidando. Lo de Amenábar, dicho por él mismo, es un thriller psicológico. Una película de terror que intenta desactivar los mecanismos del terror. Para que nos entendamos todos, no vamos a ver aquelarres ni a Ethan Hawke enfrentándose a Belcebú en el tercer acto. Es todo más contenido, más sutil, más...psicológico, vaya.


En este sentido, "Regresión" se aproxima más a"Abre los ojos". en el sentido de que, en un momento determinado, cambia las reglas y pasa a ser otra cosa. Pero, aunque pueda resultar desconcertante (ya les digo que he tenido que darle tiempo a la película) no tiene por qué ser necesariamente malo. Simplemente es una historia diferente. Una sobre la que tampoco puedo hablar demasiado, por el riesgo a contar más de la cuenta.

Lo que sí demuestra la película es que el director ha madurado con el paso de los años. Algo que fastidiará un poco a los que, como yo, consideramos "Tesis" su mejor película o, mejor dicho, la que más se acerca a nuestros gustos. Pero si algo queda claro es que es un genio a la hora de colocar la cámara y contar una historia. Lo hace con toda la intención del mundo, buscando ser seco, cortante, pausado, al estilo de las pelis policíacas de los setenta. Y, nos parezca acertada su decisión o no, lo cierto es que consigue su propósito.


"Regresión" habla de lo frágil que es la mente. Hace un magnífico discurso sobre el mal y las formas en las que éste se presenta. Sin grandes golpes de efecto, sin escenas de acción, con una cadencia lenta pero demoledora, construye una historia sólida que pide a gritos un segundo visionado. Porque sólo cuando conoces las reglas del juego puedes llegar a apreciar del todo lo que Amenábar ha intentado hacer aquí.

Hace dos semanas, cuando escribí la crítica, dije que vería de nuevo la película para terminar de aclarar mis pensamientos. Pues bien, ya hay veredicto definitivo: no es mi rollo (vamos, que la película no me convence como espectador) pero mantengo todo lo que dije en su momento. Que, aunque la crítica la esté vapuleando, es un ejercicio muy apreciable por parte de un cineasta interesado en hacer cosas distintas. Hay que saber distinguir los gustos personales de la calidad objetiva. Y, en ese sentido, Amenábar ha hecho la película que le ha dado la gana. Como debe ser. Y además, la ha hecho muy bien, qué demonios.