19/9/15


Supongo que cuando uno cubre un festival de cine, hay ciertas normas de etiqueta que tiene que cumplir al hablar del mismo. Pero si quieren una crónica estándar, para eso ya tienen otras cientos de webs. Si son lectores asiduos a la página, creo que ya sabrán que a los que escribimos en todoocio3d nos gusta entablar una comunicación más directa y pasional (y si no son lectores asiduos, en primer lugar, no sé a qué están esperando para empezar a leer interesantes artículos en nuestra hemeroteca y, en segundo, pues eso, que avisados quedan de cómo nos las gastamos por estos lares).

Les cuento esto para que entiendan lo complicado que resulta hacer un seguimiento en vivo de un Festival como San Sebastián cuando: a) eres el único redactor de la página que está sobre el terreno; y b) intentas abarcarlo todo, ya no sólo por hablar luego de ello en la web sino, sobre todo (dije que no iba a mentirles) porque me apasiona el Festival y todo cuanto le rodea.

Para entendernos, estoy escribiendo esto a las dos y cuarto de la mañana, recién salido de la proyección de "The Assassin" (otra hora cuarenta que jamás regresará) y aún tengo pendiente críticas de "Truman" y "The Assassin", la rueda de prensa de Amenábar y la presentación del corto de Paco León. Lo que quiero decir es que intentaré teclear tan rápido como me sea posible (aunque ello signifique no poder revisar los textos tanto como me gustaría), pero que aún así habrá algo de "delay" entre lo que suceda en San Sebastián y el momento en que aquí hablemos de ello. Pero tranquilos, que habrá crónica completa, exhaustiva, y si quieres saber cualquier cosa, sólo tienen que preguntarlo.

Fotografía de Iñaki Pardo
Pero basta de rollos. Porque el motivo de esta crónica era. principalmente, hablar de mis primeras impresiones sobre la edición de este año. Y he de admitir que, desde que llegué a San Sebastián esta mañana, no he podido quitarme la sonrisa de la cara. Esta ciudad huele a cine, respira cine. Es una maravilla.

No hay nada como darse una vuelta por el Kursaal a primera hora y ver más de una decena de vallas con los carteles de algunos de los largometrajes a competición (eso es algo que hecho mucho de menos en Sitges: las vallas. El primer año que fui había  muchísimas, y ahora prácticamente han desaparecido todas). Escuchar a la gente, sentir el hormigueo, comprender que estás en tu salsa, entre personas que comparten tu pasión.

Hablamos de un Festival que quiere implicar activamente a los espectadores (si no, no se entiende que den una información tan precisa que incluso hacen pública la hora de llegada de todos los invitados al hotel, alentando así a los frikis del séptimo arte a que se den (nos demos) un paseo por la puerta, a la espera de ver a las estrellas e intentar arrancarles un saludo, un autógrafo o una foto (dependiendo de lo simpático/a que sea)

Fotografía de Iñaki Pardo
Y la gente responde, vaya que si responde. Siempre hay alguien acampado en la puerta del Hotel María Cristina (el lugar al que llegan la práctica totalidad de rostros conocidos), desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche. Por no hablar de la de gente que se agolpaba a las puertas del Kursaal para ver pasar a los invitados en la ceremonia de inauguración. O, casi lo más flipante, las colas que siempre hay para todas las sesiones de todas las películas en todos los cines. Ver el Kursaal (que no es precisamente pequeño) lleno hasta la bandera un viernes a las11 de la mañana para asistir al estreno de "Regresión" pone los pelos de punta.

Y no es cuestión de estar mareando a la gente con cifras, pero lo cierto es que la misma mañana en que se pusieron las entradas a la venta, volaron más de 25.000 (un 30 por ciento más que el año anterior). Ahora mismo las cifras ya rondan las 85.000 entradas. Y, lo más sorprendente, sin que el sistema, que gestiona la empresa Impronta (se han ganado la línea de publicidad por su buen hacer, sí señor) se haya caído una sola vez (¿oíste eso, Ticketmaster? Parece que sí es posible dar servicio a mucha gente a la vez sin que las redes se vayan a la mierda durante horas, panda de cutres)

Fotografía de Montse Castillo
En cuanto a la organización, sólo puedo decir cosas buenas. Eficiencia, rapidez, sonrisas y ayuda útil (que a lo mejor debería ser lo habitual, pero cuando uno está acostumbrado al "uff, no se puede",que la gente tenga respuesta a tus preguntas, que sean corteses, serviciales y te hagan la vida más fácil es un regalo del Cielo). Chapó. Y les juro que lo digo en serio, no es para quedar bien con la organización. Quiero decir, si hablar bien de ellos me permitiera tener más ventajas en los años venideros, no lo haría sólo aquí, en un artículo, sino en todas partes a todas horas (ya dije que iba a ser sincero). Y la verdad es que, desgraciadamente estas líneas no me otorgarán ninguna ventaja. Pero siempre intento ser justo, y si hacen una labor encomiable, creo que es de recibo reconocerlo.

Por lo demás, a título personal, ha sido una jornada muy fructífera. Aparte de las amistades que haces en las colas, he podido escuchar a Amenábar (el artículo está a medias, mañana sin falta tendrán resumen de la rueda de prensa), me ha firmado mi libro del festival, vi a George Miller (aunque fuera de lejos), a Cayetana Guillén Cuervo, a Bárbara Goenaga, Carmen Maura, Paco León, Secun de la Rosa. Dafne Fernández...

Fotografía de Iñaki Pardo
Y, sobre todo, pude charlar unos pocos minutos con otro de mis grandes ídolos, el magnífico guionista y director Charlie Kaufman ("Cómo ser John Malkovich", "Olvídate de mí", "El ladrón de orquídeas", "Synecdoche"...y la serie de televisión de culto "Búscate la vida"). Le confesé que, como guionista, es una de mis grandes fuentes de inspiración. Hablamos de "Olvídate de mí", tanto de la peli como de su horrible título en español (me pidió que se lo tradujera al inglés y le hizo gracia descubrir lo que habían hecho con él por estos lares)

Fueron apenas cuatro minutos, la verdad. Pero tiempo más que suficiente como para que ya no sólo el día, sino todo el Festival de San Sebastián, haya valido la pena para mí.

(Por cierto, ante mi nula pericia como fotógrafo, he decidido usar fotografías de la web oficial del Festival de Cine. Todo el crédito de las mismas es para sus responsables, tal y como dejo claro en los pies de foto. Por cierto que la que abre el artículo es también del magnífico Iñaki Pardo)